¡HIPÓCRITAS!

Ya el salmista se había indignado ante la hipocresía de quienes usaban a Dios para sacralizar sus propios intereses mundanos: “Por qué vas repitiendo mis preceptos y estás hablando siempre de religión, tú que no vives de acuerdo a mis enseñanzas y te echas mis palabras a la espalda” (Ps 50, 16-17). Es la hipocresía de usar a Dios en función de los propios intereses de riqueza y de poder, que motivó también al profeta Jeremías a criticar radicalmente el cumplimiento hipócrita
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Publicado en: Análisis Social Latino Americano