“No es posible la relación sexual de los divorciados en una nueva unión civil”
El Cardenal Muller afirma que “mi tarea es tutelar la fe, pero mi libro no va contra el Papa, que tiene algunos serviles aplaudidores…”.
El cardenal Gerhard Ludwig Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, bajó ayer a lo concreto, es decir, a las relaciones sexuales, lícitas o no, de una persona divorciada civilmente -y sin nulidad canónica de su previo matrimonio cristiano-, y que ha vuelto a unirse a otra persona como pareja o en matrimonio civil. “Para recibir la comunión en la eucaristía, esas personas deben abandonar la nueva unión o vivir con la otra persona como si fueran hermanos”, esto es, sin dichas relaciones.
Esta parcela de los divorciados en segunda unión ha condensado gran parte de la atención de los católicos que han leído el último documento del Papa Francisco, “Amoris laetitia“, que ayer Müller aquilató en la conferencia que ofreció en el Seminario de Oviedo, ante el numeroso público que llenó su salón de actos.
El cardenal habló -en un castellano básicamente entendible-, del futuro de la familia, uno de los asuntos que aborda en el libro-entrevista “Informe sobre la esperanza”, de la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC). Así, sostuvo que “las aguas de la postmodernidad líquida” provocan “relaciones líquidas” en el matrimonio, cuya definición católica es la de “un solo hombre con una sola mujer y con Jesús presente en su amor”. El cardenal asumió los tres caminos que propone Francisco para sanar las heridas matrimoniales: “Acompañar, discernir, integrar”. “Acompañar la fragilidad porque las personas en pecado mortal”, caso de esas segundas uniones, “no están excluidas de la Iglesia, hecha de hombres que se caen y se levantan, como describía San Agustín”.
Müller defendió asimismo que “tengo que hacer mi tarea, que es promover y tutelar la fe, pero mi libro no es una corrección al Papa, aunque yo no soy una copia de Francisco, que tiene algunos serviles aplaudidores”. Y en particular, Müller recordó que “la indisolubilidad del matrimonio no es una simple ley canónica, sino que está enraizada en la palabra de Jesucristo”. Sobre el hecho de que una jueza argentina haya requerido a la Iglesia información sobre los crímenes franquistas, Müller evocó “los crímenes contra laicos, sacerdotes y obispos” al comienzo de la guerra civil, pero agregó que “me parece mucho mejor que en España haya una reconciliación de todas las partes, y que no se utilice la historia para crear nuevas tensiones y líos; la Iglesia hace llamamientos a la reconciliación, y no para renovar la viejas heridas”.
J. Morán / La Nueva España – Asturias
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