Abril 20, 2024

La corrupción es un cáncer y una lacra…

 La corrupción es un cáncer y una lacra…

Reflexión de Felipe Arizmendi, Obispo de la Diócesis San Cristóbal de las Casas, México.

La corrupción se ha convertido “en un cáncer” y en una “lacra” que “contaminan y destruyen por todas partes, no sólo en el gobierno, afirmó el obispo de la diócesis de San Cristóbal, Felipe Arizmendi Esquivel.

En comunicado agregó que la corrupción “empieza en las familias y se difunde en todos los ambientes” y “en la misma Iglesia hay casos lamentables, como cuando algunos catequistas reciben dádivas para exentar a alguien de las pláticas pre sacramentales o cuando algunos miembros de juntas o mayordomías de las fiestas patronales se quedan con ingresos que no les corresponden”.

Señaló que “es muy reprobable la corrupción en los ambientes políticos porque se dispone de recursos públicos que son propiedad de la comunidad y se destinan para fines no justificables”.

A veces, abundó, “se administran para obras diferentes los ingresos recaudados en los impuestos, porque hay urgencias que se deben atender”, pero “lo grave es que se los apropien para beneficio personal o familiar, como cuando los legisladores se asignan a sí mismos bonos considerables”.

Arizmendi Esquivel manifestó que “hay casos muy difundidos en los medios de comunicación, pero otros quedan ocultos y son igualmente dañinos para la comunidad, sobre todo cuando, por la corrupción, los pobres, los enfermos, los ancianos y las escuelas se quedan sin los apoyos que necesitan para sobrevivir, y lo que debería ser para hospitales, para carreteras, para apoyar el campo, se usa para propaganda personal o electorera”.

Dijo también que “hemos de ser sagaces para no dejarnos engañar por quien, en sus campañas políticas, promete acabar por completo con la corrupción. Es un ideal por el que todos debemos luchar, pero hay que ser realistas, sabiendo que, aún en los mejores ambientes, no faltan los corruptos que echan a perder los más nobles ideales”.

Sostuvo que “hay quienes luchan por un poder político no tanto para servir a su pueblo, sino sólo por los recursos económicos que puedan obtener para su provecho”.

Subrayó: “Jesús escogió personalmente a los doce apóstoles, pero Judas se corrompió por el dinero y por la ambición del poder. El Papa Francisco, así como sus antecesores, han luchado contra la corrupción interna de la Iglesia, y sin embargo, no faltan casos muy lamentables de corrupción”.

Por ello, aseveró, “todos hemos de empeñarnos en evitar este pecado social, y educar a los niños y jóvenes para que sean rectos, veraces y transparentes en la vida diaria y en la escuela. Si en el hogar hay corrupción, es muy difícil enderezar el sendero”.

Insistió en que “todos hemos de luchar para no dejarnos contaminar por esta lacra, porque la tentación del dinero y del poder es muy atractiva. Cada quien hemos de ser muy firmes en nuestra honestidad social y familiar, muy convencidos de nuestra propia moralidad, para no dejarnos seducir por el dinero fácil”.

Helio Henríquez  –  La Jornada

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