“No clericalicen a los laicos”
Papa Francisco al Fórum Internacional Acción Católica: «No clericalicen a los laicos. Sean más populares (no populistas)». «Anti-Cristo es una fe no concreta». Y besó el Evangelio de Lampedusa…
«Por favor, no pueden ser más restrictivos que la misma Iglesia ni más papistas que el Papa: abran las puertas, no hagan exámenes de perfección cristiana, porque así promueven un fariseísmo hipócrita». Entre los aplausos de los presentes, Papa Francisco habló de esta manera al Fórum Internacional Acción Católica (FIAC), durante la audiencia que le concedió hoy, miércoles 27 de abril de 2017, a un día de su viaje apostólico a Egipto (del 28 al 29 de este mes). Recomendó a los dirigentes del FIAC «no clericalizar a los laicos», ser «más populares» ( y no «populistas», que es otra cosa, según explicó). También dijo que la fe debe ser más «encarnada», porque una fe no encarnada, no concreta, dijo exhortando a Acción Católica a ser más activa en la parroquia y en la diócesis, es «el Anti-Cristo»).
Hablando a los 300 participantes en español, el Papa desarrolló un extenso y explicativo discurso dividiéndolo en temas: carisma a la luz de “Evangelii gaudium”, las pautas de acción, los sujetos o agentes, los destinatarios y el estilo que tiene que tener la Acción Católica, finalmente su Proyecto. «Me voy a permitir salir del texto y decirles lo que siento», afirmó Francisco. A través de los seis puntos contenidos en el texto escrito, el Obispo de Roma evidenció, en primer lugar, el carisma de la Acción Católica y se preguntó «cómo podemos reformular el carisma a la luz de la “Evangelii Gaudium”, que es el marco de toda la acción apostólica hoy en la Iglesia». El Pontífice indicó que el carisma del Acción Católica tiene que ser «el de la misma Iglesia encarnada entrañablemente en el hoy y el aquí de cada Iglesia diocesana», apoyada en cuatro pilares fundamentales: oración, formación, sacrificio y apostolado, de los cuales el apostolado, dadas las características de este momento, «tiene que ser lo distintivo asegurando que haya un dinamismo integrador en la misión».
Planteando cómo renovar el compromiso evangelizador, el Santo Padre indicó que la misión es la tarea fundamental de la Acción Católica e invitó a renovar y actualizar este compromiso para la evangelización, llegando a todos y a todas las periferias existenciales de verdad, asumiendo la totalidad de la misión de la Iglesia «en generosa pertenencia a la Iglesia diocesana desde la Parroquia».
Hablando sobre los agentes, Francisco indicó que todos los miembros de Acción Católica son dinámicamente misioneros y los exhortó a dejar que el Espíritu Santo los conduzca. «Él es el maestro interior que va iluminando nuestro obrar cuando vamos libres de presupuestos o condicionamientos», aseguró.
Bergoglio le pidió a los dirigentes de Acción Católica: «Por favor, no sean aduanas. No pueden ser más restrictivos que la misma Iglesia ni más papistas que el Papa. Por favor –dijo entre los aplausos–, abran las puertas, no hagan exámenes de perfección cristiana, porque así promoverán un fariseísmo hipócrita. Se necesita misericordia activa». Todos, dijo «tienen derecho de ser evangelizados». Y Acción Católica puede ofrecer «el espacio de acogida y de experiencia cristiana a cuantos, por motivos personales, se sienten “cristianos de segunda clase”».
«Que la Acción Católica esté presente en el mundo político, empresarial, profesional, en las cárceles, los hospitales, las villas, las fábricas», pidió el Papa para que no se transforme en una institución de «exclusivos que no le dice nada a nadie y tampoco a la misma Iglesia. Todos tienen derecho a ser evangelizadores», insistió. Y en este sentido el Pontífice afirmó que se tiene que popularizar más la Acción Católica, que «no puede estar lejos del pueblo sino en medio del pueblo». Pero explicó que no es lo mismo ser «populistas». Para poder seguir este camino, agregó, «es bueno recibir un baño de pueblo».
El Papa enumeró después los pasos por los que tiene que pasar el «proyecto» de la Acción Católica: «primerear, involucrarse, acompañar, fructificar y festejar, haciendo camino juntos. ¡Contagien la alegría de la fe! No caigan en la tentación del estructuralismo», exhortó Francisco. «La pasión católica –afirmó–, la pasión de la Iglesia es vivir la dulce y confortadora alegría de evangelizar».
El cardenal Kevin Farrel introdujo el evento, pero antes se escucharon algunos testimonios de varios miembros de Acción Católica. Entre otros, algunos representantes de AC de Lampedusa, Italia, Salvatore Scibetta y el asistente don Carmelo La Magra, que trabajan en primera línea para acoger a los migrantes. «Lo que desde Lampedusa es donado al Santo Padre –explicó Emiliano Inzaurraga, coordinador del Fórm Internacional de AC – es una copia del Nuevo Testamento y de los Salmos en inglés, fue encontrado en el fondo de una patera. No sabemos nada sobre la suerte de la persona que custodiaba este texto, solo sabemos que una de las páginas, maltratadas por el viaje, está doblada con mucho cuidado en el Salmo 55, que comienza así: “Dios mío, escucha mi oración, no seas insensible a mi súplica; atiéndeme y respóndeme. La congoja me llena de inquietud; estoy turbado por los gritos el enemigo, por la opresión de los malvados: porque acumulan infamias contra mí y me hostigan con furor”. Estas palabras describen perfectamente los sentimientos y las oraciones de los migrantes vienen y que encontramos cotidianamente», dijo Inzaurraga. Y Papa Francisco tomó el Evangelio y lo besó.
Iacopo Scaramuzzi – Ciudad del Vaticano
Vatican Insider – Reflexión y Liberación