Papa reparará su “error” en los casos de abuso en Chile
A partir de hoy y durante los próximos días, tres abusados por Karadima se hospedarán en Santa Marta y tendrán reuniones individuales con Francisco; “quiere pedirles perdón” en persona y abrazarlos…
Francisco se reunió varias veces con víctimas de abusos sexuales cometidos por sacerdotes en el Vaticano y fuera de él. Pero a partir de hoy, en un hecho sin precedente, y para demostrar su voluntad de dar vuelta la página en un escándalo que ha manchado como nunca su credibilidad y la de la Iglesia, hospedará en la residencia de Santa Marta, su “casa”, a Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo, tres víctimas chilenas, a quienes invitó a pasar el fin de semana con él.
Barros, que fue mano derecha de Karadima, fue acusado por estas víctimas de haber encubierto sus crímenes. Pero en los últimos años fue respaldado contra viento y marea por Francisco, que incluso en su viaje a Chile, en enero pasado, lo defendió públicamente, lo que provocó indignación en la opinión pública.
Pero al regresar de ese viaje, marcado a fuego por el escándalo Barros, Francisco entendió que algo no cerraba y decidió reabrir el caso, consciente de que de él dependía su credibilidad en el manejo del escándalo de abusos sexuales en el clero. Envió entonces a Chile a Scicluna, máximo experto en pedofilia, famoso por su investigación sobre otro carismático sacerdote, el mexicano Marcial Maciel, fundador los Legionarios de Cristo.
Luego de haber leído el informe de Scicluna, un dossier que lo dejó consternado y que va mucho más allá del caso Barros, el Papa les envió hace dos semanas una dramática carta a los obispos chilenos. En otro hecho sin precedente, en la misiva volvió a pedir perdón y, con inmensa humildad, reconoció haber “incurrido en graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación, especialmente por falta de información veraz y equilibrada”.
En una acción drástica e inusual, también convocó a todos los obispos chilenos el mes que viene a Roma, para discernir con ellos las “medidas” a tomar para “reparar en lo posible el escándalo y restablecer la justicia”. Se espera una gradual renovación de obispos y que rueden varias cabezas en el episcopado chileno, de línea conservadora desde los tiempos en que fue nuncio allí el cardenal Angelo Sodano.
Al confirmar ayer su inédito encuentro este fin de semana con Francisco, el Vaticano dijo que “el Santo Padre pide oraciones por la Iglesia de Chile en este momento doloroso, esperando que estos encuentros puedan desarrollarse en un clima de serena confianza y sean un paso crucial para remediar y evitar para siempre los abusos de conciencia, de poder y, particularmente, sexuales en el seno de la Iglesia”.
El escándalo de abusos sexuales a menores en el clero estalló en Estados Unidos el 2002, al final del pontificado de Juan Pablo II, cuando una investigación periodística forzó al Vaticano a actuar. Se vieron luego también sacudidos por la salida a la luz de centenares de casos países como Irlanda, Alemania, Australia, Italia, Chile, entre otros y recientemente la Argentina, con el caso del Instituto Próvolo de Mendoza. Durante el pontificado de Benedicto XVI, también marcado por este escándalo, se reformó la legislación y comenzó una “política de tolerancia cero” que redobló Francisco, que convirtió el encubrimiento por parte de un obispo o superior religioso en un delito castigable por el Derecho Canónico.
Elisabetta Piqué – Ciudad del Vaticano
La Nación de Argentina – Reflexión y Liberación