Octubre 8, 2024

Ay, Santidad, permítame recordarle…

 Ay, Santidad, permítame recordarle…

Como sacerdote árabe católico de Siria, considero mi deber señalar el comportamiento más que sospechoso de toda la Iglesia católica occidental, con respecto a las atroces tragedias que continúan devastando a todo el mundo árabe, desde Declaración Balfour, realizada en 1917, relativa a la creación en Palestina de lo que inocentemente se llamó “el hogar nacional judío”, con la irónica precisión: “sin ningún daño a los habitantes nativos del país”. 

¿Es, por tanto, permisible ignorar las múltiples catástrofes que desde entonces han sido causadas por la creación de este llamado “hogar nacional judío”, no sólo en la propia Palestina, sino en todo el mundo árabe en su conjunto?

Durante todos estos infiernos sucesivos, desatados contra el mundo árabe por el Estado criminal por excelencia, los Estados Unidos, ante los ojos de Israel, nunca, jamás, ningún reproche fue hecho por la Iglesia occidental, ni tampoco a los responsables occidentales, ni a Israel. 

Incluso la reciente guerra lanzada en Gaza, el 7 de octubre por la Resistencia Palestina, a la que Israel respondió con un genocidio, bien planificado y continuo hasta el día de hoy, no rescata a toda la Iglesia occidental, encabezada por la de USA, de su silencio sepulcral.

Sin embargo, la opinión pública occidental, hasta ahora más que anestesiada por la propaganda magistralmente esgrimida, reaccionó rápidamente. La gente se ha manifestado incesantemente desde hace meses en las grandes ciudades de todo el mundo, proclamando su solidaridad con los palestinos.

Incluso la Corte Internacional de Justicia de La Haya acabó condenando a Israel, pero el silencio asombroso de toda la Iglesia occidental continúa, contrario a las exigencias más obvias del Evangelio, y de la simple moral humana. 

Además, incluso las reacciones tardías del Papa Francisco ante lo que está sucediendo en Gaza siguen siendo absolutamente incomprensibles. Los acontecimientos en Gaza datan del 7 de octubre. Sin embargo, la primera declaración del Papa, se remonta al 16 de diciembre, tras la muerte de dos mujeres cristianas en una de las dos iglesias de Gaza. En cuanto a su segunda declaración, la hizo a principio de enero de 2024, solo para estigmatizar lo que llamó “el riesgo de un resurgimiento del antisemitismo”.

Ay, Santidad, permítame recordarle que el antisemitismo fue pura creación de la Iglesia posconstantiniana, que acabó, de hecho, invadiendo toda la sociedad occidental durante siglos, y sin detenerse jamás, desgraciadamente una vez más, sólo con Hitler.

Que todo esto ha dejado en el corazón de todo Occidente, de la Iglesia y de la Sociedad, un complejo de culpa verdaderamente morboso, ¿quién se atreve a dudarlo? Y que alimentó entre los judíos en general, ya “seguros” de su superioridad sobre todos los humanos, como resultado de su llamada “elección divina”, un odio feroz contra los cristianos, y por extensión, contra el género humano. 

Sin embargo, ¿debe la Iglesia cerrar los ojos y la boca para siempre ante los innumerables crímenes cometidos en Palestina y el mundo árabe por Israel durante 75 años?

Estos crímenes van más allá de cualquier horror en Gaza. Son una negación radical de todo lo que es humano en los israelíes y, por tanto, niegan toda la humanidad a los palestinos. ¿Es así como la Iglesia espera ser perdonada por este otro crimen centenario, que se llama antisemitismo?

Santidad, ¿no es hora de que la Iglesia occidental comprenda de una vez por todas que un crimen no puede repararse de ninguna manera con un crimen peor?

Por lo tanto, ¿no deberíamos clamar fuerte y claro que si la Iglesia posconstantina simplemente hubiera imitado a Jesús en la Cruz, perdonando a los judíos del Imperio Romano, en lugar de promulgar leyes antijudías, con la ilusoria esperanza de obligarlos a adoptar el cristianismo, este maldito antisemitismo nunca habría existido y el curso de la historia humana habría sido radicalmente diferente?

 ¡Entonces podrá proclamar la muerte de Dios, después de haber matado al hombre!

¡En efecto, es cierto decir: ¡Quien viva verá!

P. Elías Zahlawi

Canal Satelital Pan-Arabe – Reflexión y Liberación

Editor