Al Hno. Francisco / F. Vilabrille

Querido Hermano Francisco:
Acabas de marcharte a la Casa del Padre, a la Plenitud del Reino de Dios.
Queremos agradecerte infinitamente todo lo que has hecho, y lo que quisiste hacer y no pudiste, por la renovación de la Iglesia, para hacerla más fiel a Jesucristo y su mensaje para el bien de la Humanidad y la Creación .
Tu elección nos abrió a la esperanza de una Iglesia nueva para un mundo nuevo.
Una Iglesia pobre, con los pobres y para los pobres. Hiciste un esfuerzo muy
grande en muchas direcciones, y te marchas plenamente consciente de que
queda mucho por hacer, porque este mundo, tan lleno de injusticias, de guerras,
de violencias, de desigualdades muy grandes, de sufrimientos horribles para los
más empobrecidos, tiene necesidad infinita, junto con la propia Iglesia, de
Jesucristo y su Mensaje de fraternidad, amor, servicio, solidaridad, igualdad,
cercanía y cuidado, sobre todo para los 20 países más pobres del mundo, que
todavía están por debajo de 0,500 de Índice de Desarrollo Humano, que sufren
mucho, que están en guerra, que mueren injusta y prematuramente de hambre,
que padecen graves conflictos sociales, que son víctimas de toda clase de
violencias. que carecen de los servicios sociales más básicos como educación,
salud, agua, comunicaciones, y viven en países en riesgo de ser un Estado
Fallido, que se desentiende de sus ciudadanos. Tu en cambio te preocupaste por
todos y por todo.
Tú fuiste el Primer Papa en dedicar una extraordinaria Encíclica al cuidado de la Madre
Tierra, a la que llamaste la Casa Común porque nos acoge y nos sostiene a todos.
Te escribimos estas breves palabras desde la mente y el corazón, llenas de
gratitud y afecto, y para pedirte con la mayor esperanza, que el nuevo hermano
Papa que te suceda, siga tu mismo camino en renovar la Iglesia, para hacerla, sin
parar, ser más y más fiel a Jesucristo y su Mensaje para el bien de todos los Seres
Humanos y Toda la Creación.
Infinitas gracias Hermano Francisco, porque nos abriste la mente y nos calentaste
el corazón con la confianza y la esperanza de que un mundo mejor, más justo,
más feliz, más fraternal y solidario es posible para Todos los Hombres, para Todas
las Mujeres y Todas las Criaturas de este Maravilloso Mundo que el Padre-Madre
Dios ha puesto en nuestras manos.
Un abrazo de todo corazón.
Faustino Vilabrille – Gijón /Asturias