La bendición del pensamiento crítico

Hay oídos a los que la expresión “pensamiento crítico” les suena mal, les suena a un reprochable “oposicionismo” que lleva la contraria en todo, que lo critica todo y es incapaz de ver lo positivo. Pero, eso es precisamente lo contrario al pensamiento crítico. Los oídos a los que les suena mal el sentido crítico, simplemente ponen de manifiesto que están conectados a un cerebro donde escasea este pensamiento, el cual es una de las grandes bendiciones del ser humano.
Aclaremos su significado. El pensamiento crítico es la capacidad de analizar y evaluar la consistencia de la información y de los razonamientos de manera reflexiva y sistemática, poniéndose preguntas, cuestionando los supuestos y considerando diversos puntos de vista, de manera de formarse una opinión propia y tomar decisiones informadas.
Los enemigos del pensamiento crítico son la inercia y la pereza mental, conformarse con lo que acepta y opina la mayoría, el acatamiento servil a la opinión del jefe (o del grupo o del partido), los prejuicios o cualquier forma de dogmatismo; en fin, la ausencia de preguntas “para que no haya problemas”. Al contrario de todo eso, el pensamiento crítico es el motor del conocimiento humano y de la adquisición de sabiduría, así como del desarrollo moral y espiritual de las personas y las culturas.
Fíjese usted, que sin sentido crítico no habría creatividad ni sería posible el conocimiento científico, no habría autocrítica ni reflexión sobre el sentido de la propia vida; ni siquiera sería posible la democracia, la cual requiere el análisis crítico de la realidad por parte de los ciudadanos a fin de llegar a decisiones en función del bien común. Por eso, la capacidad de razonar poniéndose preguntas y no tragarse cualquier cosa, o como dice el refrán “no comulgar con ruedas de carreta”, es una bendición del intelecto humano.
Probablemente, usted se estará preguntando a qué viene todo esto. Seguro que usted ya se dio cuenta que en una época en que abundan las “fake news”, que hacen que las personas crean cualquier cosa y piensen de acuerdo a ellas y, por tanto, opinen o tomen decisiones desinformadas, el cultivo del sentido crítico pasa a ser una imperiosa necesidad social y cultural.
Así lo dejó muy claro el Papa León en una de sus primeras intervenciones. Fue en el encuentro con la Fundación Centesimus Annus, dedicada al estudio y difusión de la Doctrina Social de la Iglesia, donde llamó a vivir y enfrentar estos tiempos de “policrisis en que confluyen guerras, cambios climáticos, crecientes desigualdades, migraciones forzadas y contrapuestas, pobreza estigmatizada, innovaciones tecnológicas disruptivas, precariedad del trabajo y de los derechos”.
Para vivir y enfrentar esta coyuntura de “policrisis”, León señaló el camino del diálogo y de construir puentes para el encuentro, porque “hay poco diálogo a nuestro alrededor, y prevalecen las palabras gritadas, no pocas veces las fake news y las tesis irracionales de unos pocos prepotentes”. Para abrir esos caminos de diálogo, el Papa León señaló que “en el contexto de la revolución digital en curso, es necesario redescubrir, explicitar y cultivar el mandato de educar al sentido crítico, contrarrestando las tentaciones opuestas, que también pueden atravesar el cuerpo eclesial”. De eso se trata, ¡de redescubrir y cultivar el pensamiento crítico!
En ese encuentro, León señaló que para construir los puentes de diálogo y fraternidad es necesario “el encuentro y la escucha de los pobres, tesoro de la Iglesia y de la humanidad, portadores de puntos de vista descartados, pero indispensables para ver el mundo con los ojos de Dios. […] Les recomiendo que den la palabra a los pobres”.
Formación en el pensamiento crítico, diálogo y puentes para el encuentro, escucha de los pobres y dar la palabra a los pobres, son algunas de las cartas que va mostrando el Papa León en estas primeras semanas de su ministerio. No es algún león de la selva que esté mostrando sus garras, sino que es el León discípulo del Cordero que anima en la esperanza que no defrauda.
Y para terminar, un aterrizaje brutal: ¿dónde piensa usted que terminó el sentido crítico de esos 25.000 funcionarios públicos que nos estafaron a todos saliendo del país mientras estaban con licencia médica? Y, ¿dónde está el pensamiento crítico de los demás tramposos que no trabajaron por estar con licencia de salud -sin estar enfermos- y se quedaron en su casa o viajaron sin salir del país? Quizás, muchos de ellos reclaman contra la delincuencia que no nos deja vivir tranquilos.
Marcos Buvinic – Punta Arenas
La Prensa Austral – Reflexión y Liberación