Julio 15, 2025

Netanyahu es un polvorín de violencia

 Netanyahu es un polvorín de violencia

Durante 30 años, Benjamín Netanyahu, ha sumido a Oriente Medio en la guerra y la destrucción. A lo largo de todas las guerras que ha liderado, Netanyahu siempre ha soñado con la gran victoria: derrotar al gobierno iraní. Su ansiada guerra podría llevarnos a la muerte en un Armagedón nuclear, a menos que se detenga a Netanyahu.

La obsesión de Netanyahu con la guerra se remonta a sus mentores extremistas, Zeev Jabotinsky, Yitzhak Shamir y Menachem Begin. La generación anterior creía que los sionistas debían emplear toda la violencia -guerras, asesinatos, terrorismo- necesaria para lograr sus objetivos de eliminar cualquier reivindicación palestina de una patria.

La guerra de Israel contra Irán es el último paso de una estrategia que ya lleva décadas en pie. Estamos presenciando la culminación de décadas de manipulación sionista extremista de la política exterior estadounidense.

El lema de reconstruir un ‘Nuevo Oriente Medio’ proporciona el lema de estas guerras. Inicialmente formulado en 1996 con la frase ‘Clean Break’, fue popularizado por la secretaria Condoleezza Rice en 2006. Mientras Israel estaba brutalmente bombardeado el Líbano, Rice declaró: «Lo que estamos viendo aquí, en cierto sentido, son los dolores de parto de un nuevo Medio Oriente y, hagamos lo que hagamos, debemos estar seguros de que estamos avanzando hacia el nuevo Medio Oriente y no regresando al antiguo”.

En septiembre de 2023, Netanyahu presentó ante la Asamblea General de la ONU un mapa del ‘Nuevo Oriente Medio’ que eliminaba por completo el Estado palestino. En septiembre de 2024, detalló este plan mostrando dos mapas: una parte de Oriente Medio, una «bendición», y la otra -que incluía Líbano, Siria, Irak e Irán-, una maldición, al tiempo que abogaba por un cambio de régimen en estos últimos países.

La guerra de Israel contra Irán es el último paso de una estrategia que ya lleva décadas en desarrollo. Estamos presenciando la culminación de décadas de manipulación sionista extremista de la política exterior estadounidense.

La premisa del ataque de Israel contra Irán es la afirmación de que Irán está a punto de adquirir armas nucleares. Tal afirmación es absurda, ya que Irán ha pedido repetidamente negociaciones precisamente para eliminar la opción nuclear a cambio del fin de décadas de sanciones estadounidenses.

Desde 1992, Netanyahu y sus partidarios han afirmado que Irán se convertirá en una potencia nuclear «en pocos años». En 1995, los funcionarios israelíes y sus partidarios estadounidenses declararon un plazo de 5 años. En 2003, el Director de Inteligencia Militar de Israel dijo que Irán será una potencia nuclear «para el verano de 2004. En 2012, Netanyahu afirmó en las Naciones Unidas que «solo faltan unos meses, posiblemente unas semanas, para que obtengan suficiente uranio enriquecido para la primera bomba». Y así sucesivamente.

Este patrón de más de 30 años de plazos cambiantes ha sido reflejo de una estrategia deliberada, no de un fracaso profético. Las afirmaciones son propaganda; siempre existe una ‘amenaza existencial’. Más importante aún, está la falsa afirmación de Netanyahu de que las negociaciones con Irán son inútiles.

Irán ha declarado repetidamente que no desea un arma nuclear y que desde hace tiempo está dispuesto a negociar. En octubre de 2003, el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, emitió una fatwa que prohibía la producción y el uso de armas nucleares. Esta decisión fue citada oficialmente por Irán en una reunión del OIEA en Viena en agosto de 2005 y se ha mencionado desde entonces como un obstáculo religioso y legal para la búsqueda de armas nucleares.

Incluso para quienes dudan de las intenciones de Irán, este país ha abogado constantemente por un acuerdo negociado con el respaldo de una verificación internacional independiente. En cambio, el lobby sionista se ha opuesto a cualquier acuerdo de este tipo, instando a Estados Unidos a mantener las sanciones y rechazar los acuerdos que permitirían una estricta vigilancia del OIEA a cambio del levantamiento de las sanciones.

El 11 de abril de 2021, el Mossad israelí atacó las instalaciones nucleares iraníes en Natanz. Tras el ataque, el 16 de abril, Irán anunció que aumentaría aún más su enriquecimiento de uranio como herramienta de negociación, a la vez que instó repetidamente a reanudar las negociaciones para un acuerdo similar al Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC). El gobierno de Biden rechazó todas estas negociaciones.

Al inicio de su segundo mandato, Trump acordó iniciar una nueva negociación con Irán. Irán se comprometió a renunciar a las armas nucleares y a someterse a las inspecciones del OIEA, pero se reservó el derecho a enriquecer uranio para fines civiles. La administración Trump pareció estar de acuerdo con este punto, pero luego se retractó. Desde entonces, se han celebrado cinco rondas de negociaciones, y ambas partes han informado de avances en cada una de ellas.

La sexta ronda debía tener lugar el domingo 15 de junio. En cambio, Israel lanzó una guerra preventiva contra Irán el 12 de junio. Trump confirmó que Estados Unidos sabía del ataque de antemano, incluso mientras el gobierno hablaba públicamente de las próximas negociaciones.

El ataque de Israel se produjo no solo en medio de negociaciones que avanzaban, sino días antes de una Conferencia de la ONU sobre Palestina programada para impulsar la solución de dos Estados. Dicha conferencia ha sido pospuesta.

El ataque de Israel contra Irán amenaza ahora con escalar a una guerra a gran escala que atraiga a Estados Unidos y Europa al lado de Israel, y a Rusia y quizás a Pakistán al lado de Irán. Pronto podríamos ver a varias potencias nucleares enfrentadas, arrastrando al mundo hacia la aniquilación nuclear. El Reloj del Juicio Final está a 89 segundos de la medianoche, lo más cerca del Armagedón nuclear desde su lanzamiento en 1947.

En los últimos 30 años, Netanyahu y sus aliados estadounidenses han destruido o desestabilizado una franja de 4.000 km de países que se extiende por el norte de África, el Cuerno de África, el Mediterráneo Oriental y Asia Occidental. Su objetivo ha sido bloquear un Estado palestino derrocando a los gobiernos que apoyan la causa palestina. El mundo merece algo mejor que este extremismo.

Más de 180 países en la ONU han pedido la solución de dos Estados y la estabilidad regional. Eso tiene más sentido que que Israel lleve al mundo al borde del Armagedón nuclear para lograr sus objetivos ilegales y extremistas.

Jeffrey Sachs / Economista – Universidad de Columbia

Editor