Junio 24, 2025

La ‘cuestión social’ y el capitalismo salvaje

 La ‘cuestión social’ y el capitalismo salvaje

Desde 1891 la encíclica Rerum novarum  -‘De las cosas nuevas’-,  marcó un hito en el debate y praxis de la cuestión social. Esta doctrina de la Iglesia se ubica en este nuevo siglo como parte de la reflexión social política y moral, tanto por las grandes desigualdades, como por los desafíos del trabajo, el capital y la justicia social.

El Papa León XIII de feliz memoria, publicó un 15 de mayo de 1891 la encíclica Rerum novarumEste fue el nacimiento de la Doctrina Social de la Iglesia que en forma inequívoca señala al mundo la voluntad de mirar hacia un nuevo futuro más igualitario y fraterno y en tiempos que ya se anunciaban fuertes cambios económicos, sociales, políticos, espirituales y culturales.

El siglo XIX estuvo lleno de incertidumbres socio políticas: hasta entonces, la mayor parte de la población vivía de la agricultura y, un porcentaje menor del comercio. La invención y puesta en marcha de la máquina no solo produce la separación del trabajo y el capital, sino también a la concentración de grandes masas de trabajadores. Esto va creando una gran convulsión económica, seguida de una justificada efervescencia social que pedía trato y salarios justos.

La Rerum novarum es una respuesta  a los acontecimientos de la época, un claro apoyo para el principal grupo social más afectado por la Revolución Industrial; los obreros y obreras de las fábricas. La encíclica señala: Los salarios deben mantener a las familias (n. 10). Denuncia cómo ‘algunos excesivamente ricos imponen un yugo casi servil a una masa de desposeídos’ (n. 2). Clama que ‘dar limosna de la propia abundancia a los hermanos necesitados’ (n. 19). Y, reclama que el Estado tiene la tarea de apoyar a aquellos cuya existencia no es segura (n. 29). Y que una legislación estatal proteja a los trabajadores, también que se les reconozca el derecho de libre asociación en sindicatos (n. 38).

Hoy, se le reconoce a la Rerum novarum su decisivo aporte social político en un mundo de profundas desigualdades cuyo ejemplo más claro fue la industrialización que creó enormes riquezas para unos pocos, pero dejó a millones de trabajadores en condiciones de pobreza escandalosa, con jornadas agotadoras y salarios insuficientes que en palabras de teólogos de época era generar ‘muerte lenta de seres humanos’.

Postulados relevantes de la encíclica Rerum novarum

Derecho a la propiedad privada: Basándose en Tomás de Aquino, León XIII defiende la propiedad como un derecho natural, esencial para la libertad individual y la estabilidad familiar. Sin embargo, subraya que su uso debe orientarse claramente al bien común, evitando la acumulación egoísta.

Dignidad del trabajo y salario justo: El Pontífice condena la explotación laboral y aboga por un salario digno que permita a los trabajadores vivir con dignidad y sostener a sus familias, rechazando la idea -neoliberal- de que el mercado debe dictar exclusivamente las condiciones laborales.

Derecho a la asociación: Reconoce la legitimidad de los sindicatos y asociaciones de trabajadores para defender sus derechos, desde una óptica cristiana, plural y que eviten la confrontación violenta.

Rol del Estado: Propone que el Estado siempre debe intervenir para proteger a los más vulnerables, promoviendo la justicia social y el bien común. Este necesario equilibrio busca garantizar una adecuada armonía entre las clases sociales.

Colaboración entre capital y trabajo: En lugar de la lucha de clases, León XIII propone una armoniosa cooperación entre empleadores y trabajadores, basada en el respeto mutuo, salarios justos y la responsabilidad compartida.

A más de un siglo de su profética promulgación, la Rerum novarum marcó un valioso y humanista precedente al introducir a la Iglesia en el necesario y urgente debate social, económico, moral y político ofreciendo una novedosa vía entre el liberalismo y el socialismo.

Este escrito histórico es un llamado de atención a los excesos del capitalismo y un decisivo apoyo a la dignidad del trabajo humano y a la justicia social, tiene plena vigencia en los debates actuales sobre desigualdad, condiciones laborales y el rol del Estado. Por esto y más le han seguido otros documentos papales en esta misma línea. Basta recordar que recientemente en Santa Cruz de Bolivia, el Papa Francisco señaló sin titubeos que ‘este sistema económico atenta contra el proyecto de Jesús… Esta economía mata…’.

Felizmente y a la luz de las primeras palabras de León XIV, es notorio que el nuevo Papa clamará contra los excesos del neoliberalismo económico, de la revolución tecnológica, de la inteligencia artificial mal utilizada y, por cierto también, de los horrores de la guerra que degradan a la especie humana. Nos asiste la convicción de que Prevost Martínez se mantendrá firme en su defensa de los derechos de los trabajadores, de los pobres, de los excluidos y marginados. Porque les conoce bien, ha estado en medio de ellos, porque es un Misionero!

Hemos de estar muy atentos a las descalificaciones y ‘operaciones encubiertas’ que vendrán de los sectores llamados tradicionales e integristas que muchas  veces a gritos pretenden imponer sus posturas ideológicas de defensa a la restauración de la Iglesia y se niegan a denunciar los estragos sociales del ‘capitalismo salvaje’.

Sin temor hay que denunciar a este integrismo clerical que se aleja -a todas luces- de la belleza del Evangelio de Jesús  que nos llama a una decidida misión evangelizadora sin dobleces y en la misma Esperanza.

‘Vayan por todo el mundo, anuncien la buena noticia’… (Mc 16, 9-15).

Jaime Escobar Martínez / Director de revista ‘Reflexión y Liberación’.

Roma – Santiago – Madrid

La “questione sociale” e il capitalismo selvaggio

Dal 1891, l’enciclica Rerum novarum – “Sulle cose nuove” – ha segnato una pietra miliare nel dibattito e nella pratica della questione sociale. Questa dottrina della Chiesa si colloca in questo nuovo secolo come parte della riflessione sociale, politica e morale, sia alla luce delle grandi disuguaglianze sia delle sfide del lavoro, del capitale e della giustizia sociale.

Il 15 maggio 1891, papa Leone XIII di felice memoria pubblicò l’enciclica Rerum novarum. Nacque così la Dottrina sociale della Chiesa, che segnala inequivocabilmente al mondo la volontà di guardare verso un futuro nuovo, più egualitario e fraterno, in un’epoca in cui si annunciavano già profondi cambiamenti economici, sociali, politici, spirituali e culturali.

Il XIX secolo fu pieno di incertezze socio-politiche: fino ad allora, la maggior parte della popolazione viveva di agricoltura e una percentuale minore di commercio. L’invenzione e l’implementazione della macchina determinano non solo la separazione tra lavoro e capitale, ma anche la concentrazione di grandi masse di lavoratori. Ciò determinò un importante sconvolgimento economico, seguito da un giustificato sconvolgimento sociale che richiedeva un trattamento e salari equi.

Rerum novarum è una risposta agli eventi del tempo, un chiaro appoggio al principale gruppo sociale maggiormente colpito dalla Rivoluzione industriale; gli operai della fabbrica. L’enciclica afferma: Il salario deve sostenere le famiglie (n. 10). Denuncia come «alcuni ricchissimi impongono un giogo quasi servile a una massa di diseredati» (n. 2). Egli grida di «dare l’elemosina del proprio superfluo ai fratelli nel bisogno» (n. 19). E sostiene che lo Stato ha il compito di sostenere coloro la cui esistenza non è sicura (n. 29). E che la legislazione statale tutela i lavoratori, riconoscendo anche il loro diritto alla libera associazione nei sindacati (n. 38).

Oggi, la Rerum novarum è riconosciuta per il suo decisivo contributo sociale e politico in un mondo di profonde disuguaglianze, il cui esempio più chiaro è stata l’industrializzazione, che ha creato enormi ricchezze per pochi ma ha lasciato milioni di lavoratori in condizioni di scandalosa povertà, con giornate di lavoro estenuanti e salari insufficienti, il che, secondo le parole dei teologi contemporanei, era considerato generatore della ‘lenta morte degli esseri umani’.

Postulati rilevanti dell’enciclica Rerum novarum

Diritto alla proprietà privata: basandosi su Tommaso d’Aquino, Leone XIII difende la proprietà come diritto naturale, essenziale per la libertà individuale e la stabilità familiare. Sottolinea però che il suo utilizzo deve essere chiaramente orientato al bene comune, evitando l’accumulo egoistico.

Dignità del lavoro e salario giusto: il Papa condanna lo sfruttamento del lavoro e si batte per un salario giusto che permetta ai lavoratori di vivere dignitosamente e di sostenere le proprie famiglie, rifiutando l’idea neoliberista secondo cui è il mercato a dover dettare esclusivamente le condizioni di lavoro.

Diritto di associazione: riconosce la legittimità dei sindacati e delle associazioni dei lavoratori a difendere i propri diritti da una prospettiva cristiana e pluralistica che eviti il ​​confronto violento.

Ruolo dello Stato: propone che lo Stato intervenga sempre per proteggere i più vulnerabili, promuovendo la giustizia sociale e il bene comune. Questo necessario equilibrio mira a garantire un’adeguata armonia tra le classi sociali.

Collaborazione tra capitale e lavoro: al posto della lotta di classe, Leone XIII propone una cooperazione armoniosa tra datori di lavoro e lavoratori, basata sul rispetto reciproco, salari equi e responsabilità condivisa.

Più di un secolo dopo la sua profetica promulgazione, la Rerum novarum ha creato un precedente prezioso e umanistico, introducendo la Chiesa nel necessario e urgente dibattito sociale, economico, morale e politico, offrendo una nuova via tra liberalismo e socialismo.

Quest’opera storica è un campanello d’allarme contro gli eccessi del capitalismo e un’energica affermazione della dignità del lavoro umano e della giustizia sociale. È pienamente pertinente nei dibattiti attuali sulle disuguaglianze, sulle condizioni di lavoro e sul ruolo dello Stato. Per questo motivo e per altri ancora, altri documenti papali hanno seguito la stessa linea. Basti ricordare che di recente a Santa Cruz, in Bolivia, Papa Francesco ha affermato senza esitazione che ‘questo sistema economico mina il progetto di Gesù… Questa economia uccide…’.

Fortunatamente, e alla luce delle prime parole di Leone XIV, è chiaro che il nuovo Papa si scaglierà contro gli eccessi del neoliberismo economico, la rivoluzione tecnologica, l’uso improprio dell’intelligenza artificiale e, naturalmente, gli orrori della guerra che degradano la specie umana. Siamo convinti che Prevost Martínez resterà fermo nella sua difesa dei diritti dei lavoratori, dei poveri, degli esclusi e degli emarginati. Perché li conosce bene, è stato tra loro, perché è un Missionario!

Dobbiamo essere molto attenti alle squalifiche e alle ‘operazioni segrete’ che verranno dai cosiddetti settori tradizionali e fondamentalisti, che spesso cercano a gran voce di imporre le loro posizioni ideologiche in difesa della restaurazione della Chiesa e si rifiutano di denunciare le devastazioni sociali del ‘capitalismo selvaggio’.

Dobbiamo denunciare senza paura questo fondamentalismo clericale che prende nettamente le distanze dalla bellezza del Vangelo di Gesù, che ci chiama a una missione evangelizzatrice decisa, senza doppiezze e nella stessa Speranza.

‘Andate in tutto il mondo e predicate il Vangelo’… (Marco 16,9-15).

Jaime Escobar Martínez / Direttore della rivista ‘Riflessione e Liberazione‘.

Roma – Santiag– Madrid

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