Septiembre 5, 2025

La violencia, esta desconocida / Paul Buchet

 La violencia, esta desconocida / Paul Buchet

Quien ha leído la Biblia recordará la toma de Jericó. Quince siglos a.c, los hebreos encabezados por Josué conquistaron Canaán (Palestina de hoy) con una violencia espantosa que llena numerosas páginas del Antiguo Testamento.

No es difícil encontrar la analogía de esta violencia antigua con lo que ocurre en la Franja de Gaza actualmente. A diferencia que , hoy día, no se escucha interpretaciones religiosas de esa masacre y destrucciones practicadas. Tampoco en la última guerra mundial, el nazismo hizo alarde religioso por el holocausto, tampoco los Aliados lo hicieron por Hiroshima. ..Sin embargo debemos enfrenar la incomprensible violencia humana, denunciar sus raíces y encontrar sus contradicciones con la fe en Dios.

La violencia ha sido de todos los tiempos y, a menudo ocurre con “buenas o las mejores intenciones”: las cruzadas, las guerras de religiones, las brutales colonizaciones, el desarrollo dejando pobrezas, nuestro progreso irrenunciable y todas las tecnologías de la globalización que patentan esas violencias. Nuestra cultura occidental nos ha dejado por la Biblia una herencia muy especial: las mitologías bíblicas, desde el homicidio de Abel , la marca de Caín, la torre de Babel, el Diluvio, la Arca, el arco iris, después los relatos históricos crueles de la toma de posesión de la tierra “Prometida”, de la dinastía davídica, su decadencia, las invasiones y deportaciones asistidas por los profetas. Todo esto antes de hablar del ”homicidio” del Hijo de Dios en la cruz en el Nuevo Testamento. A decir la verdad, la violencia ha tenido un impacto extraordinario en toda la historia. Y muchas víctimas siguen gritando al cielo. Los cristianos y todos los hombres de buena voluntad les debemos explicaciones. Pocos se erigieron en opositores declarados de la violencia.

El primer opositor radical que se puede nombrar surgió en la tradición Hindú : Mahatma Gandhi. Para él, la “no-violencia” es una fuerza personal del alma superior al amor propio, es el amor a la Verdad es una empatía para los demás que se logra por una lucha mental renunciando a las pulsaciones maléficas del odio. Es todo lo contrario de la apatía como lo es el “pacifisismo” sentimental que es de antemano una derrota. Gandhi promueve la desobediencia civil y la resistencia pasiva. Practicó el a-himsa tanto en lo personal como en las manifestaciones en vista a lograr la Independencia de la India. Fue asesinado en 1948 por su oposición a la fraternización de los hindús con los musulmanes.

En la sociedad racista de los Estados Unidos, apareció Martin Luther King con su movimiento de Revolución No- violenta. Fue un pastor bautista que por sus predicaciones, sus discursos y sus acciones pacificas desarmó la segregación racial en la sociedad norteamericana. A los voluntarios de su movimiento comprometía por escrito a meditar diariamente el evangelio y a preservarse de toda violencia “de pugno, de lengua o de corazón….”. Desde la cárcel, escribió una a carta fraterna motivadora a sus colegas que le criticaban de provocar represiones violentas. En 1963, encabezó la marcha histórica a Washington obligó el Senado de los Estados Unidos a cambiar radicalmente la Ley sobre los derechos cívicos que, por adelante, prohíbe toda discriminación. Fue asesinado en 1968 por sus acciones contra la discriminación de los pobres y su oposición a la guerra de Vietnam.

Mandela,el primer presidente de Súdafrica elegido democráticamente no fue un “no- violento” ni por fe ni por algún ideal. Detenido en varias oportunidades entre los luchadores contra el apartheid en África del sur, empezó a denunciar los miedos que los poderosos producen entrelazos creando enemistades violentas, empezó a soñar en una sociedad sin exclusiones. Empezó con organizar desobediencias civiles, lo condenaron a perpetuidad por traición. Sin embargo, por su popularidad le ofrecieron su libertad contra el compromiso de la no- violencia en su Organización ( El Congreso nacional africano). Mandela la rechazó diciendo que solo “libre” se puede negociar. Durante 27 años, desde la cárcel logró propagar la no –violencia activa entre sus seguidores políticos y esto desconcertó la sociedad sudafricana entera y así desmoronó el apartheid hasta llegar él mismo a gobernar. Recibió el Premio Nobel de la Paz en 1994.

La Iglesia católica no es particularmente no-violenta ni pacifista. Ningún Papa ha recibido el premio Nobel de la Paz. Para la Iglesia en la historia, la violencia y la guerra han sido “aceptables y a veces indispensables” para defender la religión, mantener el orden, responder a una agresión, derrocar una tiranía o restaurar el bien común. Sólo se empezó a restar legitimidad a la guerra después de las bombas atómicas.

En la época del Concilio Vaticano II, se empezó a denunciar las grandes violencias establecidas. La declaración de Medellín para denunciar las injusticias del subdesarrollo ha sido notoria. Se empezó a criticar las desigualdades sociales de los países emergentes. Los discursos de los Papas y de los obispos han elaborado una doctrina social en ese sentido pero desarrollando una enemistad con el comunismo en la cristiandad, por el materialismo y la lucha de clases. La jerarquía católica desconfió de los movimientos sociales y desautorizó las teologías libertarias y las colaboraciones políticas revolucionarias. Tampoco las separaciones sectarias de las iglesias fueron siempre pacificas en la historia. Se debe reconocer que en algunas oportunidades las diplomacias vaticanas supieron pacificar algunos conflictos y la pastoral y la Caridad institucional supieron ayudar las víctimas de las violencias pero se debe reconocer que la no- violencia activa no ha sido de las grandes virtudes cristianas.

Por las ciencias humanas y el desarrollo de las culturas, se empezó a ver la violencia de distintas maneras en lo individual como en las relaciones sociales. Por ejemplo Freud ve el ser humano impulsado para el “Amor”, la unión y la creatividad pero ve también otro impulso inconsciente que lleva a la inercia, la agresividad o la destrucción. Jung distingue en la persona 2 fuerzas en conflictos una que es una oportunidad de amar de personalizarse y crecer mutuamente hacia lo espiritualidad y por otra parte una fuerza que lleva al amor propio, la libertad, la inseguridad, el miedo y en consecuencia la búsqueda de “Poder” . Existen otras interpretaciones más orientales de la violencia: El Zen, el Yin y el Yang… Algunos filósofos clasifican una violencia aceptable para el progreso y o otra violencia injusta por falta de reconciliación. Para otros la violencia es el fracaso del dialogo pero también una oportunidad. Es interesante descubrir que todos piensan en una alternativa a la violencia. Para guiar nuestra reflexión, se puede considerar que los antiguos griegos, con su extenso vocabulario, pueden ayudarnos. Tenía muchas palabras para distinguir todo que lo que nosotros amalgamas en hablando del “ amor”. Ellos distinguían : eros/sensual, filía/amistoso, storgè/ familiar, erotorapía/juego, pragma/socio, filautía/ propio, manía/ loco y “agapè” – el amor desinteresado y sacrificado.

Es comprensible que este último término “agapè“quedara para especificar tanto el “amor de Dios (o a Dios) como el amor al prójimo en el Nuevo Testamento, lo esencial de la fe cristiana. Los cristianos hicieron suya esta palabra porque expresa lo esencial de su religión.

Las violencias humanas del Antiguo Testamento nos cuentan las resistencias de todo tipo que impidieron Dios de revelar su Amor, su misericordia y su fidelidad a su pueblo. Hasta en los peores momentos del exilio, las deportaciones, las opresiones y represiones de los imperios sucesivos, Dios siguió acompañando a su Pueblo (la “viña del Señor”) . La parábola de Jesús de los viñadores homicidas (Mat.21, 33ss) prefigura la muerte de Jesús en la cruz Jesús. Jesús no predicaba la no-violencia o la desobediencia civil, pagaba el impuesto, no quiso que se lo defendiera con armas en su detención.. Anunciaba el Reino de Dios, su Amor y su Salvación. Supo maldecir los Fariseos y los escribas, echar abajo las mesas de los mercaderes del templo, tratar de “zorro”al rey Herodes, el tirano que hizo decapitar a Juan Bautista. Jesús anticipó que su anuncio fuera a traer violencias y divisiones pero que el amor de Dios asegura felicidad a los pobres, los justos, los misericordiosos, los artesanos de paz, los perseguidos… A sus discípulos les incita a orar al Padre, amar al prójimo como él, socorrer, perdonar y hasta a amar a los enemigos para ser los hijos de Dios.

No conviene demonizar la violencia, mejor considerarla como la oportunidad de entender lo que es la Paz que no es de este mundo porque es don de Dios. La pueden vivir los que aman a Dios y al prójimo. Jesús desengañó los que pensaban que traían la Paz para el mundo (Mat. 10,14) ( Juan 14,27). Es equivocado confundir “Paz” y “Seguridad”. Pidamos a Dios que Los Estados, el gobierno, la sociedad sobre todo con el diálogo puedan dar orden y seguridad a las poblaciones pero la verdadera Paz los cristianos la reciben del Espíritu de Dios para trabajar parar el Reino de Dios y su Justicia.

Paul Buchet

Editor