Noviembre 3, 2025

El imaginario colectivo del Crecimiento…

 El imaginario colectivo del Crecimiento…

La mayoría de la gente tienen el impulso vital de buscar salir adelante, elevarse, progresar o aumentar.

El mito del Génesis Bíblico expresa este crecimiento como un mandamiento inicial de Dios creador: “Creced y multiplicad”. Lo dice tanto para los hombres como para la naturaleza. En el siglo pasado, el espectro de la sobrepoblación mundial asustó y la regulación de los nacimientos escandalizó el conservatismo religioso luego la problemática del hambre se superó por el progreso de la industria y la agricultura. El crecimiento como fenómeno “natural” fue poco a poco superado por la idea de un “Progreso” humano. Se incentivó todos los medios de producciones, de comercializaciones y de consumo y se habló, entonces , de un “Crecimiento “Económico”. En muchas propagandas políticas, este “Progreso” pasó a inscribirse como un valor fundamental para el desarrollo humano, un dinamismo indiscutible para la sobrevivencia de la especia humana.

Los mitos primitivos denunciaron esta utopía. El ejemplo que tenemos en la Biblia es la torre de Babel, el diluvio y toda la historia de Israel. Vale la pena destacar la parábola del rico insensato de Jesús en Lucas(12,13ss)…

Aun cuando algunos racionalistas de la secularización se ilusionan y fantasean con una superación ilimitada del ser humano tanto físicamente, mentalmente, espiritualmente y luego artificialmente, los recursos naturales, las ciencias y las tecnologías siguen planteando desafíos limitados, riesgosos e indefinidos para el futuro de la humanidad.

Muchos políticos levantan su bandera de “crecimiento económico”, lo establecen como requisito absoluto que norme toda la convivencia social. Su dogma se articula desde la extracción de los recursos naturales, las fabricaciones industriales empresariales, las transacciones de libres comercializaciones con la promoción de un consumo exacerbado para un disfrutar de la vida y, eso, involucrando todas las poblaciones del planeta esclavizándolas por los medios de comunicaciones y un sistema internacionalizado de medios financieros.

Unos críticos de estas teorías del “crecimiento” reclaman por un crecimiento “integral”, “sostenido” “sustentable”, “equitativo”, “ecológico” …Pocos hablan de “descrecimiento” o sin crecimiento.

¿Cómo vivimos nuestra fe cristiana en todo esto? Cuando Jesús nos dice por ejemplo: “el hombre no vive solo de pan”; “Den al Cesar, lo del Cesar pero a Dios lo suyo”; Ay de vosotros los ricos…”;“No amontonen riquezas en la tierra”; Mas difícil a un rico entrar en el Reino, más fácil a un camello pasar por el ojo de la aguja “que un rico entrar en el Reino”; No anden preocupados de su vida, miren los pájaros”: “Felices los pobres”…

Y pensar que fueron los judíos que conocían el Antiguo Testamento que inventaron la banca y el interés, fueron algunos protestantes que avalaron los inicios del capitalismo; los católicos, tenemos una buena reputación de pudientes, los musulmanes del petróleo no lo son menos…

Las doctrinas sociales de la Iglesia partieron con la diatriba de la modernización entre el liberalismo y el comunismo. Pablo XVI planteó un desarrollo autentico y para todos los pueblos. En el tiempo del Concilio II, con influencias del Humanismo (la dignidad humana) y el Personalismo (la conciencia y la responsabilidad) se subrayó las diferencias esquemáticas entre el “hacer”, saber,” tener” y el “ser”. Últimamente, la Iglesia dejó los políticos preocuparse de los cálculos de los “PIB” et de las “Rentas per cápita” y dejaron la feligresía resguardándose en las devociones, los rezos, la opción caritativa para los pobres y la atención de las victimas víctimas…

La Buena nueva del Reino de Dios y la preocupación de hacer la voluntad de Dios en la tierra como en el cielo obligan los cristianos a sumarse a una evolución positiva de la humanidad. Santo Tomas de Aquino dijo: “El hijo unigénito de Dios, queriendo hacernos partícipes de su divinidad, asumió nuestra naturaleza, para que él, hecho hombre, pudiera hacer a los hombres dioses”. El futuro y destino de los hombres es sin duda obra de Dios. Su Espíritu los inspira para esta “gestación” como llama San Pablo esta labor (Rom. 8, 22). Se está perdiendo el lema del Papa Francisco de: “una Iglesia en salida”.

Los programas de “crecimiento” de los candidatos políticos suman una multitud de proyectos pero no se debe perder de vista las adversidades que se encuentran y que reclaman una pastoral precisa de super-acción contra la droga, la violencia, el erotismo… Dejando las represiones, los controles, las cárceles como proyectos para los elegidos, las comunidades cristianas, católicas y otras deben reunirse y dialogar para desincentivar los vicios hablando con los que compran las drogas, a la juventud con sus frustraciones agresivas , a los medios de comunicaciones y las redes que se enriquecen desvalorizando el sexo. No corresponde a las religiones jugarse en lo político, pero si unirse para evitar los yerros a la humanidad

Si quieren elegir buenos candidatos, pregúntense :1) si sus preferidos asumen solidariamente el pasado (bueno y malo), 2) si tienen perspectivas benéficas para toda la humanidad y 3) si son capaces de hacer breves pausas de sus ideas para lograr dialogar.

Paul Buchet – Chile

Editor