Noviembre 22, 2025

¿Qué es la verdad?

 ¿Qué es la verdad?

Dilexit te‘ es un interesante documento que no sólo continúa la profecía del Papa Francisco sino que amplía su alcance, convirtiéndolo en el programa del pontificado del Papa León y absolviendo teologías y prácticas pastorales que aún hoy son objeto de críticas y oposición de sectores tradicionalistas de la Iglesia.

Pero, me he sentido perturbado por la coincidencia de dos acontecimientos indiscutiblemente contradictorios: la exhortación apostólica Dilexit te, publicada el 4 de octubre, y la misa Tridentina celebrada en la Basílica de San Pedro el 25 del mismo mes por el cardenal Burke. La liturgia católica se basa en el principio que Próspero de Aquitania, discípulo de Agustín, acuñó en el siglo V: lex orandi lex credendi‘; ‘como se celebra, así se cree’.

Si el estilo de la oración de la Iglesia revela claramente lo que creemos, la coincidencia de los dos acontecimientos muestra que estamos evidentemente en presencia de un cortocircuito entre ortodoxias antitéticas.

Así, mi nostalgia -que no es emocional, sino teológica y pastoral- se ve fortalecida por la inquietud indisciplinada de los discípulos llamados a vivir la verdad de Jesús. Esa misma inolvidable inquietud del Papa Francisco.

‘¿Qué es la verdad?’ (Jn 18,38), pregunta Pilato a Jesús, hijo de una cultura que, desde el siglo VIII, se ha reconfigurado a partir de una profunda influencia del pensamiento griego. En los Evangelios, a pesar del griego koiné, la alétheia conserva sus características semíticas, porque Jesús se identifica como ‘el camino, la verdad y la vida’ (Jn 14,6).

No entiende lo que Jesús quiere decir con “enviado para ser testigo de la verdad“, porque, como verdadero romano, conoce la existencia de diferentes filosofías que divergen sobre el significado de la verdad y, como funcionario del imperio, acepta con calma la coexistencia de múltiples verdades prácticas y culturales, especialmente si estas no amenazan la estabilidad y la prosperidad del Imperio.

Jesús ofrece a sus discípulos el emet de hacer la verdad junto con él, imitando sus pensamientos, sus palabras, su estilo, en el camino de la revelación del Reino presente en la historia, en alianza con los pobres y los pequeños, denuncia profética de los enemigos de la vida, camino de la Cruz y de la Gloria.

Debemos aceptar la tensión entre helenismo y judaísmo, entre metafísica griega y Evangelio, que parece constitutiva de la Iglesia, poniendo el acento cotidiano en la práctica de Jesús de Nazaret, en la presencia de su persona, en su decir la verdad: verdad que hace libres, incluso en el ámbito religioso, potencialmente el más peligroso en términos de alienación y de pérdida de libertad.

Emet, que no puede ser manipulado ni reducido a subjetivismos arbitrarios y fragmentados, porque la hegemonía de la misericordia, del Reino y de su Justicia es evidente en esta construcción de la verdad. Construyendo la verdad, que necesariamente pasa por la Cruz, un resultado reservado para profetas, amigos de los pobres y defensores de la vida, una fidelidad mesiánica que, en la derrota, sigue escandalizando a los amos del mundo.

La Cruz, la victoria política y cósmica definitiva de Jesús y los pobres.

P. Flavio Lazzarin

Editor