El pecado de José Piñera / Paul Buchet

Después de tantos temas que abrió la política del gobierno, no podían faltar manifestaciones que obligaran a abrir el tema del sistema existente de pensiones.
Audaz ha sido la llegada al país de su creador y la defensa de su proyecto ha desencadenado muchas discusiones.
El pecado de J. Pinera y reconozcámoslo de una buena parte de la población que creyó en el sistema de pensiones gestionado como capitalizaciones individuales, no ha sido de errarlo en algunas perspectivas económicas. Lo dramático del cambio que operó radica en haber destruido por completo un sistema de pensiones SOLIDARIAS y de haberlo remplazado por un sistema de ganancias financieras individuales.
Su sistema desbarató más de treinta “cajas”, “mutuales”… que existían. Esas cajas se habían en Chile creadas en una onda gremialista, por ejemplo con la solidaridad de los empleados particulares. En Europa, la solidaridad se expresó a menudo a dentro de los distintos grupos políticos que con el invento de mutuales o de otros sistemas solidarios están encargándose de las pensiones.
El principio básico de esta solidaridad es que los activos hacen vivir los pasivos (niños, jóvenes, inválidos, viejos…) En esos sistemas solidarios, el estado interviene por cierto legislando imposiciones de 40 a 50 %. La idea es que uno impone para los demás y que esta dinámica crea otra convivencia y mentalidad ciudadana.
El individualismo del que todos se quejan tiene sus raíces en ese tipo de cambio social que insiste en el crecimiento económico más que en la igualdad. El dios del dinero ha sido la zanahoria que engañó las nuevas generaciones.
La falta de solidaridad generacional que dejó el modelo económico es la que llena las calles de manifestaciones juveniles y que crea tanta delincuencia. No somos capaces de decidir educar gratuitamente las nuevas generaciones que en el futuro tendrán que hacer vivir los viejos cuando estos empiezan seriamente a desequilibrar el remplazo demográfico. No somos capaces de suprimir las desigualdades económicas que frustran y crean rivalidades con imprevisibles desarrollo.
“No pueden servir a Dios y al dios dinero” en esto radica el pecado de J. Piñera y de sus correligionarios. En el tiempo de su invento de AFP., se escribió un libro titulado “El saqueo de las empresas estatales por los grupos económicos”(?). Los fondos de pensiones fueron la torta que se podían comer los ricos del país para lanzar el sistema económico que junto con las inversiones extranjeras iban a proyectar el país en el camino del desarrollo!!!
Mirando superficialmente la situación nacional, se ve muchos “progresos”, no precisamente de solidaridad, de convivencia pacífica, ni de ecología. Un economista declaró un día que no eran las virtudes que hacían progresar el mundo sino los vicios: el orgullo, la codicia, las rivalidades, el afán de poder, las guerras… Es eso el progreso… o lo es la fraternidad y el amor al prójimo que se olviden tan fácilmente cuando brillan el oro o los millones de las AFP.
A todos los equivocados en la materia Jesús les contó una parábola léanla en Lucas 12, 13ss.
Les dijo: Mirad y guardaos de toda codicia, porque en la abundancia, la vida de uno no está asegurada por sus bienes…
Así es el que atesora riquezas paras sí, y no se enriquece en orden o Dios.”
Paul Buchet – Freire
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