El mesianismo de Trump

A muchos les puede irritar la figura del nuevo presidente de Norteamérica pero su extravagancia es lo de menos si uno considera la importancia del apoyo popular que lo llevó a ser elegido. La existencia de esta masa que desborda el partido republicano y el nacionalismo es un fenómeno que no se tomó lo suficiente en cuenta pero que debe llamar la atención porque encuentra simpatizantes en muchos países.
El mesianismo es un anhelo popular que tiene sus primitivas expresiones en el Antiguo Testamento de la Biblia pero que resurge frecuentemente tanto en los discursos políticos que lo utilizan como en las esperanzas populares antes de las votaciones.
Creer que pueda surgir un mandamás que pueda arreglar cualquier situación problemática con su sola determinación de cambiar las cosas lleva a elecciones absurdas y peligrosas Los líderes populistas empiezan por convencer a muchos que el pasado ha sido malo y catastrófico, que los predecesores lo hicieron todo mal y que hay que cambiar completamente el rumbo. Después se presentan con la imagen de un personaje capaz de imponerse y de ser a la imagen de muchas películas infantiles: el “Superman”.
Es interesante volver a la Biblia para descubrir en que quedó eso del “mesianismo”. Los cristianos dan a Cristo por el Mesías autentico que inaugura el Reino de Dios en la tierra. Los judíos ellos siguen esperando que venga porque no entendieron la jugada de Dios respecto al mesianismo.
El Mesianismo Bíblico empezó en el Antiguo Testamento después de que Yahvé concediera al pueblo un “rey” (como las otras naciones) una vez que fue conquistada la Tierra prometida. Fue David un gran Rey pero después empezaron los problemas y la decadencia progresiva de la monarquía de Israel: divisiones, invasiones y deportaciones. Curiosamente, a pesar de todo, se mantuvo en el pueblo israelita la esperanza constante que un día surgiría un Rey tanto más grande que David para devolver al país su grandeza y a la población su bienestar idílico.
Vale la pena recordar todo esto para descubrir lo sorprendente que fue Jesucristo. Juan Bautista le manda a preguntar a Jesús. ¿“Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro? (Lucas 7,20ss). En respuesta, Jesús le da la muestra de su poder excepcional con sus milagros, se autentifica también con el anuncio de la buena nueva para los pobres. Resultó difícil, aún para los apóstoles entenderlo y entender el planteamiento de Dios. Jesús fue llevado triunfalmente a Jerusalén por la gente pero algunos días después murió crucificado condenado por la turba como ridículo “rey de los Judíos”.
Lo que hay que entender con el evangelio es que Dios vuelve a orientar nuestras esperanzas a veces tan ilusionarías. No es que Cristo desautorizó las autoridades que los hombres se dan para convivir sino que las pone en las perspectivas del Reino de Dios que tiene otras estrategias que la conquista del poder y la fuerza
Lo primero que entendieron los apóstoles después que resucitó es que la primera prioridad debe ser de los desvalidos de esta tierra. La opción primordial para los pobres de la Iglesia no es una moda. Basta volver a leer las bienaventuranzas en Mt. 5. 1ss. El programa de gobierno de Dios.
Lo segundo es que se desvanecen las fronteras y se abre el universalismo de la paternidad de Dios para todos los hombres. Leer la conversación de Jesús con la samaritana por ej. Juan 4.1ss o el envío de los apóstoles a todas las naciones antes de la ascensión de Jesus: Mat. 18,26ss. La evangelización no se enmarca en ninguna frontera y los cristianos, sin despreciar las particularidades, son partidarios de una hermandad supra nacional.
Lo tercero es sin duda la movilización de los cristianos para un afán de servicio más que de dominación. Los peligros del poder y de las riquezas desvían a los hombres del verdadero destino de la humanidad.
Esta reflexión nos puede dimensionar las equivocaciones populares que surgen y la urgencia que se hace a los cristianos para testimoniar de los caminos del Reino de Dios.
Camino equivocado es la falta de preocupación para el calentamiento global y la contaminación de la casa común. Camino equivocado es de hablar del trabajo, de la productividad, del crecimiento financiero olvidando de hablar de las desigualdades, de los emigrantes, de las víctimas de todas nuestras violencias. Camino equivocado cuando, demasiados individualistas, olvidamos de participar entregando el futuro en las manos de unos pocos. Camino equivocado cuando mantenemos desuniones entre las religiones, camino equivocado cuando mantenemos instituciones eclesiales autoritarias y un vacío espiritual personal.
Excepcional el Mesías que el Padre nos mandó para denunciar todos los falsos mesianismos.
Paul Buchet
Consejo Editorial de Reflexión y Liberación
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