Abril 20, 2024

Siguen siendo menos los que tienen más

 Siguen siendo menos los que tienen más

Rodrigo Tupper Altamirano (53 años) fue sacerdote por 25 años y su quehacer siempre estuvo relacionado con jóvenes. Desde 1995 hasta el 2002 fue Vicario Episcopal de la Vicaría de la Esperanza Joven. Tupper lideró el Encuentro Continental de Jóvenes y la canonización del Padre Hurtado. Entre muchos otros cargos  fue Vicario de la Pastoral Social y de los trabajadores y  Cáritas Santiago. Desde mediados de 2015 dejó el sacerdocio por, según él, un acto de “consecuencia” con lo que estaba sintiendo. Desde el 2016 hasta hoy es gerente general de la Fundación Portas desde donde practica su gran pasión: apoyar a jóvenes  universitarios vulnerables para que no deserten y sean exitosos profesionales La meta es no abandonarlos  hasta que estén insertos en el mundo laboral. En esta entrevista quisimos indagar su veta socio política.

La presidenta comenzó su gobierno con un gran impulso para disminuir la desigualdad a través de las reformas estructurales ¿Qué opinión le merece como fueron llevadas a cabo?

¿Son un desastre como recalca la derecha y los grandes grupos económicos?

Yo tengo la convicción de que muchas de ellas son muy necesarias, porque vemos cómo en el país persisten situaciones de inequidad, desigualdad einjusticia y eso siempre tiene que ver con los temas económicos básicamente. Por lo tanto el acceso a la educación desde los primeros momentos de la vida hasta la secundaria es un tema muy esencial para el desarrollo del país y para la disminución de la pobreza. Por eso creo que  había que poner un énfasis importante en reformas en relación a la educación para lograr el acceso igualitario.  Yo no soy economista, pero cuando uno ve que persistentemente se producen brechas importantes en el desarrollo a nivel social pasan por temas económicos, de manera que la reforma tributaria para lograr obtener los recursos para las otras reformas me parece que también era muy necesaria de realizar. En el ámbito laboral todavía persisten en Chile situaciones en que uno ve que hay personas que trabajan, que siguen siendo pobres y eso es a mi entender algo de suyo injusto, porque nin guna persona que trabaja puede vivir en la pobreza. Y por lo tanto la correlación de fuerzas entre el mundo sindical al interior de las empresas creo que tambíén era necesario de revisar. De manera que la reforma laboral también me pareció importante para el desarrollo del país. Ahora  – no me corro de la pregunta- pero no soy técnico en estas materias para decir si se hicieron  bien o no. Lo que sí digo que hubo oposiciones muy férreas a la mayoría de estas reformas desde sectores políticos que están vinculados no sólo a la derecha, porque ha estado muy revuelto el tema político.

Y la reforma educacional cree usted que está bien hecha dado que a  usted  le compete por su trabajo con jóvenes universitarios vulnerables?

Yo he entrado ahora al tema de la educación. Estamos trabajando en la fundación particularmente en los temas de inclusión. Y lo que a nosotros nos ha importado particularmente es que, los jóvenes de sectores vulnerables logren ingresar a la educación superior y puedan ser los primeros profesionales en sus familias. Desde ese punto de vista creo que la reforma en el ámbito de la gratuidad hay mucha confusión y ha habido  mucha desprolijidad en el sentido de que si uno mira los primeros pasos de la reforma había muy poca claridad de cómo se iba a hacer. De tal manera que esta falta de prolijidad ha hecho que lo que se ha obtenido y lo que se ha logrado llevar adelante se ha logrado con acuerdo casi de nadie y quedando todo el mundo desconforme. El tema de la gratuidad todavía tiene muchas falencias, muchas cosas que no están claras. En las reuniones que yo he sostenido con muchas instituciones tienen dudas de cómo realmente se va a lograr llevar adelante el tema de la gratuidad. Por ejemplo, se sabe que muchos de los jóvenes que ingresan especialmente de los sectores vulnerables que son primera generación profesional de su familia, el 50% deserta. ¿Qué va a pasar con los jóvenes que no logran la titulación oportuna? O sea de los que se demoran más años en sacar la carrera? La reforma preve de que un año después del curriculum de la carrera  termina la gratuidad. ¿Qué va a pasar con los jóvenes pobres que se van a demorar más por razones obvias? Las universidades que se acogieron a la gratuidad se hacen esa pregunta que aún no tiene respuesta. Y es grave. Es generar una gran cantidad de frustraciones.

– Igual no se atreve a aseverar que las reformas son un desastre?

Yo sin ser economista veo que hay una crisis económica que  no es solo un problema de Chile, sino global. Y cuando se recalca de  que todo está mal hecho, creo que incentiva la campaña del terror. Eso es muy irresponsable y le hace mucho daño al país.

 -¿Se le podría llamar la campaña del terror neoliberal?

Se puede llamar así, sin duda.

Este esquema de hacer las reformas  sin participación de la ciudadanía no comprueba  una vez más  que los cambios  se hacen a puerta cerrada entre una élite política y económica?

Yo creo que cuando vemos que los jóvenes se desafeccionan de la política es porque hay una incapacidad  importante de escuchar a la ciudadanía. Cuando crecen las organizaciones del ámbito civil – lo que es muy bueno-, porque cada vez se sienten menos identificadas por los partidos políticos y por quienes participan en el ámbito de la política, creo que es un grito a voces de que esa política de élite no es capaz no solo de escuchar, sino de dialogar con la ciudadanía. Es un mal camino político. Entonces el descrédito de la política, lo que sucede no solo en Chile, pero hablando de Chile, creo que tiene que ver con no haber estado en sintonía con lo que la ciudadanía necesita.

-¿Este descrédito tiene que ver también con los grandes escándalos de la relación de los políticos con los grupos económicos Penta, SQM, Corpesca etc lo que hace que los políticos muchas veces terminen legislando para los empresarios y no para la ciudadanía?

Yo creo que la buena noticia dentro de una mala noticia es que ahora hay una consciencia de que hay que regular y regular bien. La democracia tiene un costo económico también. Me parece que lo que teníamos como sistema, que por lo demás siempre ha sido así, el mundo de las empresas financiando las campañas políticas, no es una novedad. Siempre esos temas, que a lo mejor no son ilegales, pero son inmorales o tienen un conflicto de interés  moral, creo que es muy importante que salgan a la luz pública. Y desde ese punto de vista  el que haya una legislación que de verdad haga independiente a la política de los intereses económicos de las empresas es absolutamente necesario.

-¿Qué opina de la última Casen que indica una disminución de la pobreza por ingresos de un 14,4% a un 11,7%, y un 19,1% de pobreza multidimensional?

Con los niveles existentes de crecimiento que ha tenido el país en las últimas décadas me parece que sigue siendo muy escandaloso que tengamos todavía estos niveles de pobreza. Cuando en Chile aún tenemos ciudadanos viviendo en campamentos en condiciones miserables no se condice con el nivel de desarrollo que ha tenido el país.

 – El parámetro de la CASEN es de 136.000 pesos…

Siempre es muy compleja la medición de la pobreza. Pero esa línea no solo es muy delgada , sino poco exigente. Porque una persona con 140.000 queda afuera de la línea de la pobreza.

La discusión viene desde hace mucho tiempo de cuales deberían ser los parámetros. Y creo que estos parámetros son extremadamente bajos .¿Quién podría vivir  en Chile en las actuales condiciones que vivimos? Pensando en una familia de cuatro personas, con dos que trabajen son 272.000 pesos y uno deja de estar en una situación de pobreza. Y  es cosa de pensar que con menos de 500000 pesos cómo pueden vivir? Entonces creo que deberíamos ser bastante más exigentes para medir la pobreza.

Esta disminución de la pobreza según algunos expertos no va aparejada con la disminución de la desigualdad. Según el coeficiente Gini (0,465) de la OCDE somos el país con la peor distribución del ingreso de todos.

Eso es lo que vemos cotidianamente. No sé cual es el nivel de sobreendeudamiento que tenemos los chilenos. No soy economista, pero percibo que es altísimo. Sería interesante también compararnos con la OCDE en ese sentido. Porque vivir sobre endeudado significa vivir con un agobio permanente muy grande y vivir con una falta de libertad gigantesca. Una persona que está extremadamente sobre endeudada está condenada también.   A mantener un trabajo que no le guste,  a estar amarrada a una tarjeta de crédito o una línea de sobregiro que no tiene  cómo pagarla y sólo hace que a final de mes se angustie  y siga creciendo su deuda. Existe una gran facilidad para obtener  tarjetas bancarias o de casas comerciales con cupos bastante amigables. Y yo veo en lo cotidiano que todo el mundo está endeudado o sobre endeudado. No sé cómo se refleja eso en la economía. Porque se habla poco de eso en Chile. Y dicen que no es grave. Yo lo considero muy grave.

¿Usted cree que este modelo que mantiene la riqueza concentrada en menos del 1% de los chilenos podrá tener cambios estructurales?

Difícil, cuando se hace muy difícil una reforma tributaria por ejemplo o una reforma laboral. Y en ese sentido yo creo que la concentración de la riqueza no sólo se ha mantenido, sino que ha aumentado. En el sentido de que siguen siendo menos los que tienen más .Y ese modelo de desarrollo sólo nos lleva a un descontento social que se demuestra todos los días. Provoca violencia social, violencia interior en las personas. Sostener este estado en que estamos hoy día sólo ha  ido generando mayores círculos de molestia en la ciudadanía, porque todos nos empezamos a aburrir de descubrir  los abusos, las colusiones. Esta manera depredadora muchas veces de llevar adelante los negocios, va generando cada vez un descontento social más grande. Porque naturalmente todos queremos participar y recibir una parte de la torta. Cuando uno ve que esa torta no sólo persistentemente se sigue repartiendo mal, sino que además cada vez los pedazos más grandes van quedando en menos manos, sólo puede llevar a un descontento social. Y si no hay una voluntad real de provocar esos cambios sociales que son necesarios para Chile  creo que estamos construyendo un país que se está horadando internamente.

Este nivel de violencia del que usted habla ¿Lo asociaría a la gran violencia desatada por los encapuchados en las marchas?

Cuando la violencia crece es, porque hay un malestar de fondo. Entonces criticamos a los encapuchados, pero hay un fenómeno detrás de los encapuchados. Hay que verlo con más profundidad. A mí me carga que existan los encapuchados. Yo quisiera que todos pudieran protestar a rostro abierto y creo que eso es parte de la cultura que tendríamos que generar. Pero tenemos que hacernos cargo  que no hemos sido capaces de hacerlo. Hace 30, 25 años atrás hablábamos de fenómenos de violencia que estaban sumamente focalizados en un par de poblaciones. Hoy se ha extendido cada vez más. Y es, porque hay personas que han querido participar del desarrollo del país y no les ha llegado. Eso genera frustración, rabia, molestia, resentimiento. Y por lo tanto eso es un caldo de cultivo para ir provocando mayores situaciones de violencia como las que henos tenido que enfrentar.

-Estudios afirman que gran parte de los jóvenes que delinquen más menos entre los 10 y 18 años provienen del Sename ¿Qué medidas tomaría usted para aliminar este vejamen?

Creo que lo que hemos visto respecto a la situación del Sename es muy dramático. Que no es un problema de hoy día. Los problemas del Sename vienen arrastrándose desde hace muchos años. Recuerdo cuando me tocó trabajar en la Pastoral Social vinculados a centros colaboradores del Sename, ya en esos años había una cantidad de problemas para lograr que el Sename entregara recursos necesarios para poder llevar adelante los programas que fueran adecuados para el desarrollo de estos niños. De tal manera que esto persiste desde hace décadas. Me parece muy dramático que se le haya entregado al Estado de Chile el resguardo de la vida de niños y jóvenes que el Estado tenía el deber de proteger y sin embargo en esos lugares encontraron el término de sus vidas: la muerte.

Se habla de más menos 865 niños y jóvenes muertos en el lapso de diez años.

Otro hablan de 1300 y tanto…

Es brutal. Eso no nos puede dejar tranquilos. Sin embargo hoy día se acabó la discusión del Sename. Ya no estamos discutiendo los problemas del Sename. Eso me parece algo tan tremendo de nuestra cultura y de nuestra personalidad chilena. Armamos unos escándalos brutales con algunos temas y a las dos semanas el tema  desapareció. Y empieza otro, que también va a durar  unas dos semanas y se acabó. Como que nos hemos ido acostumbrando a eso. La realidad de la situación de los hogares que están vinculados a Sename sigue siendo dramática.

Esos niños son parte  del futuro de Chile ¿Qué medidas se deberían tomar?

Yo creo que políticas públicas en materia de niños y jóvenes que tienen que pasar por profesionalizar mucho más esos servicios. Uno escucha de que muchos servicios terminan siendo pagadero de cuoteos políticos. Si eso es así, la desprofesionalización de esos servicios es evidente y por lo tanto el que de verdad profesionalicemos esos servicios del Estado es absolutamente esencial para lograr reformas que permitan el adecuado desarrollo de esos niños y jóvenes que están en estos centros. Si sigue siendo una repartición de cuoteos políticos no vamos a lograr ninguna reforma posible.

¿Qué opinión tiene de las nuevas fuerzas políticas de izquierda lideradas por políticos jóvenes como Revolución democrática de Jackson, Movimiento autonomista de Boric, Izquierda Libertaria, Nueva Democracia etc. que en sus fundamentos básicos está cambiar el modelo neoliberal?

Creo que estos movimientos que han ido surgiendo me parece una muy buena noticia. El que haya jóvenes que están participando en el ámbito de la política buscando formas de hacer política que de verdad puedan ayudar al pleno desarrollo del país. Porque por mucho tiempo alegábamos que había una apatía del mundo juvenil en la participación de la política. Me parece que querer reformar desde la política la situación económica en la que vivimos hoy día es una muy buena noticia. Porque eso  tendrá que ayudarnos a generar un diálogo social para poder avanzar en reformas que nos ayuden a  reformar el modelo económico que tenemos hoy día. Modelo que hemos visto que en algunos sentidos ha provocado crecimiento económico para el país, pero en muchos otros sentidos una gran desigualdad e inequidad. Y por eso una economía que de verdad tenga el foco en lo social es muy necesaria. Y creo que estos movimientos están apuntando a ese tipo de reformas económicas.

Pero será  posible cambiar el modelo neoliberal en Chile abstrayéndose de la economía global?

En mercados que son tan abiertos no es fácil. Creo que todas las luchas sociales son muy difíciles, pero eso nunca quita la esperanza de lograr provocar los cambios que queremos ver en el país. Yo hoy día trabajo en una fundación que creemos profundamente que la clave está en la inclusión. En vencer de raíz los problemas de la inequidad y por eso tenemos la convicción de que la educación es un poderoso vehículo para lograr esa transformación. De tal manera que tengo la firme convicción en la posibilidad de los cambios, aunque haya adversidad y aunque  sean muy difíciles. Pero nos tienen que convocar proyectos que son bastante éticos desde mi punto de vista. Yo trabajo todos los días en esta fundación con la convicción que el trabajo que estamos haciendo va a lograr finalmente la inclusión de los jóvenes de mayor vulnerabilidad en la educación superior. Es un trabajo lento, con muchos momentos frustrantes, pero no nos vence ni nos derrota. Porque estas situaciones nos parecen de una injusticia brutal.

María Elena Andonie  –   Periodista U.C.

Colaboración Revista “Reflexión y Liberación”

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