Abril 25, 2024

¡No podemos Callar lo que hemos Visto y Oído!

 ¡No podemos Callar lo que hemos Visto y Oído!

En esta Diócesis de Osorno, nos hemos reunido en este III Tercer Encuentro Nacional de Laicos y Laicas, como Comunidad orante, dialogante y atenta a los signos de los tiempos. Hemos compartido y reflexionado sobre la situación de crisis, descrédito, pérdida de liderazgo y el escándalo que significa -a los ojos de Dios y de quien quiera ver- la persistencia de una cultura del abuso sexual,  de poder y de conciencia que remece desde los cimientos a nuestra Iglesia Católica. Ante estos signos de pecado institucionalizado y silencios cómplices,  Declaramos:

-Desde hace más de tres años que nuestra Comunidad Laical de Osorno, viene denunciando todos estos males que afectan a la Iglesia local y de Chile. Por esta voz y praxis concreta de oposición a estos mecanismos de poder e imposiciones episcopales, hemos sido maltratados y estigmatizados por no pocos personeros de la jerarquía eclesiástica de Chile. Por esto, de nuevo decimos que: “El Obispo Juan Barros no cumple ni puede cumplir la condición de pastor que tiene que unir y no dividir…Lo cual hace insostenible su gobernabilidad en la Diócesis de Osorno por la vinculación directa de su persona con el escándalo suscitado por el sacerdote Fernando Karadima”. (Decl. 14/6/2015).

También vemos y escuchamos que en otras Diócesis de Chile han ocurrido hechos similares. Especialmente en Talca, Linares, Santiago, Valparaíso y otras. Por esta razón nos parece impostergable que se inicie un proceso de verdadero diálogo para avanzar en un ambiente participativo en que se tome en cuenta la voz y el trabajo de las Comunidades Cristianas para que exista transparencia en el rol y quehacer del sacerdote y obispo en medio de la grey. Que no se repita el desgastado esquema clerical que solo conduce a sepultar la participación activa y libre de los laicos y laicas que son el motor y corazón de una Comunidad Cristiana Católica. El clericalismo debe erradicarse en serio para detener la “cultura del abuso”.

Hemos reflexionado sobre la urgente necesidad de hacer más participativo el mecanismo de nombramiento de nuevos obispos. Nos parecen atendibles las posibles fórmulas que se han expuesto en este III Encuentro, a saber: Todos los católicos debieran saber cómo empieza y cómo termina el nombramiento de cada uno de los obispos que habrán de ser elegidos para el cargo y quienes intervienen en la decisión. Todos, sin excepción, tendrían que tener la posibilidad siquiera de contribuir a forjar el perfil de obispo que la Iglesia necesita hoy. Y, en las instancias más confidenciales del proceso, tendrían que poder participar laicos eximios. También mujeres debieran poder decir una palabra en paridad de condiciones. No se puede seguir excluyendo a las mujeres.

En este Encuentro, reconocimos el enorme aporte para lograr la verdad y las responsabilidades ocultas y silenciadas en los casos de abusos sexuales, de poder y conciencia que han remecido al país y al mundo. Nuestro pleno reconocimiento a Juan Carlos Cruz, Andrés Murillo y James Hamilton. Y a los sacerdotes que también fueron invitados a Roma: Eugenio de la Fuente, Alejandro Vial, Francisco Javier Astaburuaga, Javier Barros y Sergio Cobo, llevando sus testimonios de sufrimiento y clamor por la verdad, la justicia y la reparación. También a tantas víctimas que ha sufrido por años y en silencio, como es el caso de los jóvenes abusados por los Hnos. Maristas, los seminaristas de Valparaíso y tantos otros.

Del mismo modo y desde otra perspectiva en esta larga lucha por la dignidad y por el fin al abuso y al encubrimiento, no podemos dejar de reconocer el valioso aporte del Cardenal de Boston, Sean O’Malley, ofm; por su oportuna carta pública al Papa en que manifiesta claramente su desacuerdo por algunas expresiones suyas en Iquique casi al término de su visita apostólica a Chile. Esa carta fue in Gratia del Espíritu Santo que sopla donde y cuando quiere.

Punto de suma importancia ha sido cuando el Papa envía en misión de escucha al Arzobispo Charles Scicluna y a Mons. Jordi Bertomeu. Todas las personas que le visitaron en Sotero Sanz, coinciden en que fueron dos personas sencillas que con delicadeza y respeto escucharon des-prejuiciadamente a las víctimas de abusos y a los que entregaron valiosa  documentación referida al encargo papal.

En este Encuentro Laical, quedó de manifiesto que las Comunidades Cristianas Católicas no quieren ni aceptan más abusos de ningún tipo al interior de la Iglesia. Duele constatar cómo han manchado la convivencia intra ecclesia y cómo estos graves escándalos han causado dolor, desesperanza y grave daño a la credibilidad y desconfianza en la Jerarquia de la Iglesia. Y, con preocupación vemos que ante este clima de escándalos y silencios la jerarquía local parece no reaccionar, más bien se observa un ánimo de defensa corporativa y contestación ambigua y poco seria que raya en la caricatura.

Algunas reflexiones sobre el momento actual y la nueva misión del Arzobispo Scicluna y Mons. Bertomeu

-Sin duda que es un gran avance para la lucha del Laicado de Osorno que solo buscamos construir  responsablemente en verdad, justicia, teniendo siempre presente el primer y segundo mandamiento, amar a Dios sobre todas las cosas y ama a Tu prójimo como a Ti mismo y que ambos personeros vaticanos lleguen a esta emblemática Diócesis es de suma importancia. Los esperamos con afecto porque les conocemos y sabemos de su capacidad de diálogo en un ambiente de respeto y no de superioridad. De nuevo les haremos saber que es imprescindible que, a la brevedad, salga el actual Obispo y en forma consultiva, entre todos, buscar un nuevo Pastor que venga con humildad a unir y no solo entrenado para gobernar con rasgos impositivos y cargado de clericalismo.

-En este Encuentro de diálogo y escucha, hemos vuelto a sentir  lo que ya decíamos con convicción sobre la crisis de la Iglesia en nuestro Primer Encuentro: “Esta situación creemos que no corresponde al Espíritu de Dios que animaba a Jesús en el Evangelio;  ‘será así entre ustedes’…La Iglesia es primero Pueblo de Dios, cuyo signo sacramental es el Bautismo. Los obispos están al servicio del Pueblo de Dios, donde son los laicos quienes constituyen la mayoría de ese pueblo”.

Sobre las Cartas del Papa Francisco al Episcopado y al Pueblo de Dios

No podemos sino celebrar que el Papa Francisco envíe estas cartas. Son un signo de esperanza el ver que el propio Papa exprese su dolor y vergüenza ante la dolorosa constatación de los abusos sexuales. “Duele constatar que, en este último periodo de la historia de la Iglesia chilena, esta inspiración profética perdió fuerza para dar lugar a lo que podríamos denominar una transformación en su centro”.

Mayor fuerza cobran estas fuertes palabras del Papa, cuando vemos la actitud del Episcopado chileno que no asume en plena conciencia y en toda su magnitud la gravedad de la crisis. Siguen con esos aires de poder y no poco clericalismo, pareciera que se siguen creyendo “gerentes de la grey” y esto ya no lo aceptamos más.

Hoy, rescatamos las palabras del Papa cuando les señala a los obispos:No sé qué fue primero, si la pérdida de fuerza profética dio lugar al cambio de centro o el cambio de centro llevó a la pérdida de la profecía que era tan característica en Ustedes. Lo que sí podemos observar es que la Iglesia que era llamada a señalar a Aquél que es el Camino, la Verdad y la Vida se volvió ella misma el centro de atención. Dejó de mirar y señalar al Señor para mirarse y ocuparse de sí misma. Concentró en sí la atención y perdió la memoria de su origen y misión. Se ensimismó de tal forma que las consecuencias de todo este proceso tuvieron un precio muy elevado: su pecado se volvió el centro de atención”.

Y sobre la última carta papal que hemos conocido destacamos; El clamor de las víctimas de los abusos sexuales llegó al cielo. “Quisiera, una vez más, agradecer públicamente la valentía y la perseverancia de todos ellos. Este último tiempo, es tiempo de escucha y discernimiento para llegar a las raíces que permitieron que tales atrocidades se produjeran y perpetuasen, y así encontrar soluciones al escándalo de los abusos no con estrategias meramente de contención -imprescindibles pero insuficientes sino con todas las medidas necesarias para poder asumir el problema en su complejidad”.

Finalmente, desde la Diócesis de Osorno, hacemos nuestras las sabias palabras de un sencillo misionero Franciscano que interpelado por las cartas del Papa nos regaló esta hermosa reflexión para la meditación y la praxis: “La Iglesia Católica en Chile podrá recuperarse de sus pecados y delitos de estos años, en cuanto que sus Pastores y todo agente pastoral sigamos más de cerca a Jesucristo Pobre y Crucificado, viviendo el Evangelio por el camino de la sencillez, de la misionariedad y de una acción social y solidaria con los más empobrecidos, como también, en la medida que se acerque a cada persona en su realidad particular con respeto y empatía”.

 Mario Vargas Vidal                            Danilo Andrade Barrientos

Vocero                                                  Laico Ignaciano

Comunidad de Laicos y Laicas de Osorno – Chile

 Osorno, 8 de junio de 2018

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