Abril 25, 2024

Adiós a una mujer y amiga excepcional

 Adiós a una mujer y amiga excepcional

Esta madrugada nos ha dejado una mujer de excepción: Ángela Jeria Gómez.

Breve reseña de la vida de Ángela Jeria

Ángela Margarita Jeria Gómez, nació en Talca el 22 de agosto de 1926,  arqueóloga de profesión y viuda del general de Brigada Aérea, Alberto Bachelet. Por ser leal al Presidente Salvador Allende, fue detenido y  torturado durante la dictadura de Augusto Pinochet.

Su esposo, que trabajó como secretario de la Dirección Nacional de Abastecimiento y Comercialización  en el gobierno del Presidente Allende, fue entonces detenido por oponerse al golpe de Estado, sufriendo torturas por parte de sus propios camaradas de la Fuerza Aérea. Alberto Bachelet falleció de un infarto en 1974, durante su reclusión en la Cárcel Pública de Santiago.

Ángela Jeria y su hija Michelle Bachelet, también fueron detenidas años después y, posteriormente  liberadas y expulsadas del país. Ángela Jeria, vivió en el exilio en Australia, donde comenzó a trabajar en la denuncia de los crímenes del régimen de Pinochet, viajando a México, Cuba y la Unión Soviética.

Vivió también en la República Democrática Alemana, para acompañar a su hija Michelle, quien estudiaba medicina en la Universidad Humboldt de Berlín. Allí, Ángela,  trabajó como ayudante de investigación en un centro especializado de prehistoria y arqueología.

En 1977 viajó a Washington DC, para dar testimonio directo de las violaciones a los Derechos Humanos en Chile, en el contexto del brutal asesinato de Orlando Letelier, quien fuera Canciller en el Gobierno de la Unidad Popular.

En 1979, Ángela Jeria volvió a Chile junto a su familia y se vinculó a organizaciones de derechos humanos, siempre aportando con eficiencia, generosidad y discreción. Fue detenida varias veces por participar en manifestaciones contra la dictadura militar.

Amiga entrañable del P. José Aldunate

La sencillez, prudencia y ser una amiga para siempre eran algunas de las características de Ángela. Cultivó una gran amistad con el P. Aldunate, pues ambos fueron grandes luchadores por los derechos humanos en Chile.

Tuve el honor de coordinar varios encuentros entre Ángela y  P. Pepe. Todos en la Residencia Jesuita de Santiago. Recuerdo como, ambos, se entendían muy bien; cultos, respetuosos de sus puntos de vista sobre la fe e informados del acontecer nacional y mundial, coincidían en que el mundo necesitaba más democracia y paz y menos mordazas y neoliberalismo.

Ángela, al enterarse del infarto y posterior larga enfermedad del P. Pepe, me solicitaba que, periódicamente, le comunicara el curso de su recuperación en la Residencia de San Ignacio. Ante la insistencia de Ángela, en dos oportunidades le visitó y tuvo la delicadeza de llevarle lo que a P. Pepe tanto le gustaba…una sencilla torta de chocolates Y, de nuevo, se abrazaron ya con un P. Pepe muy disminuido e imposibilitado de hablar… Ese día -en cierta a forma-  de despedida fue de tristeza para nosotros tres.

En lo personal, me quedo con el recuerdo de una mujer extraordinaria, inteligente y con un correcto discernimiento político.  De una sencillez poco vista en estos tiempos. Muchas veces me recibió en el mismo departamento de toda la vida, ella misma servía el café con afecto y todo en esa casa era modesto con una aureola de confianza total…sin lujos ni nada parecido…Más de una vez le dije; Usted vive franciscanamente… con una enorme tranquilidad espiritual y con el privilegio de su hija dos veces presidenta de Chile y con una vista -si privilegiada- de Santiago, ya que por los ventanales la Codillera de los Andes entraba sin permiso… Esa naturaleza autóctona le encantaba…

Gracias, querida Ángela Jeria, por tantas enseñanzas de lo divino y lo humano junto a tu gran amigo José Aldunate. Gracias también por ser una gran lectora de nuestra revista “Reflexión y Liberación” que esperaba y difundía entre sus más cercanos. Y, gracias también por ese cariño y admiración a nuestro Papa Francisco, por su testimonio en favor de los más pobres y sufrientes.

A sus 93 años Ángela dejó este mundo, se reencontrará con su querido esposo, su amado hijo y su gran amigo Don Pepe Aldunate.

¡Dios la tenga en su remanso de paz eterna!

Jaime Escobar Martínez

Editor de Revista “Reflexión y Liberación”

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Angela Jeria en Presentación del libro:

“Francisco, Palabra Profética y Misión” – Marzo de 2017

www.reflexionyliberacion.cl

 

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