Diciembre 12, 2024

Una economía que escuche el grito de los pobres y de la tierra

 Una economía que escuche el grito de los pobres y de la tierra
La capacidad de cuestionar el actual modelo de desarrollo: es lo que espera el Papa Francisco de los jóvenes economistas, empresarios y empresarias reunidos en Asís, procedentes de más de 100 países, para el primer encuentro en presencia de la Economía de Francisco. La situación mundial actual exige nuevos paradigmas económicos que pongan en el centro a los pobres, el medio ambiente y el trabajo.

El Papa constata que la juventud de hoy está viviendo “en una época que no es fácil”, marcada por crisis medioambiental, pandemia y guerras. “Nuestra generación – afirma – les dejó en herencia muchas riquezas, pero no hemos sabido cuidar el planeta y no estamos cuidando la paz”. Y agrega:

Ustedes están llamados a convertirse en artesanos y constructores de la casa común, una casa común que está “cayendo en la ruina”. Una nueva economía, inspirada en Francisco de Asís, hoy puede y debe ser una economía amiga de la tierra y una economía de paz.

“Una economía que se deja inspirar por la dimensión profética se expresa hoy en una nueva visión del medio ambiente y de la tierra”, añade el Papa constatando que son muchas las personas, las empresas y las instituciones que “están haciendo una conversión ecológica”. Por eso llama a “avanzar por este camino, y hacer más”. “Hay que cuestionar el modelo de desarrollo”.

La situación es tal que no podemos sólo esperar a la próxima cumbre internacional: la tierra arde hoy, y es hoy cuando debemos cambiar, en todos los niveles.

Recordando el trabajo realizado por los jóvenes sobre “la economía de las plantas”, constata cómo el paradigma vegetal contiene un “enfoque diferente con respecto a la tierra y el medio ambiente”. “Las plantas – nota – saben cooperar con todo el ambiente de su entorno, e incluso cuando compiten, en realidad están cooperando por el bien del ecosistema”. El Pontífice espera que los jóvenes sean capaces de salir del paradigma económico siglo XX:

Aprendamos de la mansedumbre de las plantas: su humildad y su silencio pueden ofrecernos un estilo diferente que necesitamos urgentemente.  Porque, si hablamos de transición ecológica, pero nos quedamos en el paradigma económico del siglo XX, que depredó los recursos naturales y la tierra, las maniobras que adoptaremos serán siempre insuficientes.

“Es necesario un cambio rápido y decisivo. ¡Cuento con ustedes! ¡No nos dejen tranquilos, y dennos el ejemplo!”, afirma el Santo Padre al tiempo que recuerda que “la sostenibilidad es una realidad con diversas dimensiones”:  la dimensión medioambiental y las dimensiones social, relacional y espiritual.

“La dimensión social comienza a ser reconocida lentamente: nos estamos dando cuenta de que el grito de los pobres y el grito de la tierra son el mismo grito”, añade, citando lo que ha escrito en la Laudato si’ para llamar la atención a tener en cuenta “los efectos que algunas opciones medioambientales tienen sobre la pobreza”.

No todas las soluciones medioambientales tienen los mismos efectos sobre los más pobres y, por lo tanto, hay que preferir aquellas que reducen la miseria y las desigualdades. Mientras intentamos salvar el planeta, no podemos descuidar al hombre y a la mujer que sufren. La contaminación que mata no es sólo el del dióxido de carbono, la desigualdad también contamina mortalmente a nuestro planeta.

 

Los pobres, protagonistas del cambio

En la ciudad del santo de Asís, que dedicó su vida a los pobres, el Papa se detiene en la pobreza. ”Hacer economía inspirándose en él significa comprometerse a poner a los pobres en el centro” y a mirar la economía a través de ellos.  “Una economía de Francisco, afirma el Papa, no puede limitarse a trabajar para o con los pobres”. Es necesario “abrir nuevos caminos para que los mismos pobres se conviertan en los protagonistas del cambio”. “San Francisco, nota el Papa, no sólo amaba a los pobres, sino también amaba la pobreza”.

Nuestro capitalismo, en cambio, quiere ayudar a los pobres, pero no los estima, no entiende la paradójica bienaventuranza: ‘bienaventurados los pobres’. Nosotros no debemos amar la miseria, es más, hay que combatirla, ante todo creando trabajo, trabajo digno. Pero el Evangelio nos dice que sin estimar a los pobres no se combate ninguna miseria. Y, en cambio, es de aquí desde donde debemos partir, también ustedes empresarios y economistas: habitando estas paradojas evangélicas de Francisco.

 

Las tres indicaciones del Papa Francisco

Y a la luz de esta reflexión, Francisco deja a los jóvenes “tres indicaciones de recorrido”:  “mirar el mundo a través de los ojos de los más pobres”, “no olvidarse de los trabajadores y crear trabajo” y “la encarnación, un compromiso concreto y cotidiano”.

Pero para tener los ojos de los pobres y de las víctimas hay que conocerlos, hay que ser sus amigos. Y, créanme, si se hacen amigos de los pobres, si comparten su vida, también compartirán algo del Reino de Dios, porque Jesús dijo que de ellos es el Reino de los cielos, y por esto son bienaventurados.  Y lo repito: que sus elecciones cotidianas no produzcan descartes.

 

La Oración del Papa por los jóvenes

El Pontífice concluye su discurso a los chicos y chicas economistas, empresarios y empresarias que se han encontrado hoy en Asís rezando una oración para invocar la bendición del Señor sobre ellos y sus proyectos:

Bendícelos en sus empresas, en sus estudios, en sus sueños; acompáñalos en sus dificultades y en sus sufrimientos, ayúdalos a transformarlos en virtud y sabiduría. Sostén sus deseos de bien y de vida, sostenlos en sus decepciones frente a los malos ejemplos, haz que no se desanimen y continúen en el camino. Tú, cuyo Hijo unigénito se hizo carpintero, dónales la alegría de transformar el mundo con el amor, con el ingenio y con las manos. Amén.

Vatican News  –  Reflexión y Liberación

El Papa Francisco dirigió un rico discurso a los jóvenes reunidos para la Economy of Francesco

 

Editor