Enero 14, 2025

¡Del Martirio a la Eternidad!

 ¡Del Martirio a la Eternidad!

“Recordamos a nuestras Hermanas, nuestras amigas, como mártires; ayudaron a impedir las muertes de otros hombres, mujeres y niños salvadoreños. Recordamos a nuestras hermanas como personas sencillas que Dios usó para realizar cosas extraordinarias. Las recordamos como mujeres de iglesia con sus propias personalidades, sus propios dones. Creemos que su ejemplo inspirará y desafiará por siempre las futuras generaciones.” (Hermanas Maryknoll en el aniversario de su Martirio).

Con gratitud y emoción hemos recordado el Martirio de las hermanas; Ita Ford, Maura Clarke, Dorothy Kazel y Jean Donovan, asesinadas por militares salvadoreños en diciembre de 1980. Las religiosas trabajaban en las comunidades pobres como Chalatenango. Eran misioneras y sus experiencias de vida les habían enseñado a estar atentas a nuevas experiencias, a estar donde las necesidades eran mayores y donde la violencia militar era generalizada.

Las hermanas Maryknoll se dedicaban a dirigir grupos de estudios bíblicos en Chalatenango, transporte de alimentos, medicinas, y a veces de niños heridos, a un lugar seguro; formación de líderes, dar fuerza a la gente para que en los 29 cantones se hicieran comuniones, confirmaciones y organizar los grupos de alfabetización o reparto de comida a los más pobres.

Según relatos de quienes conocieron a las religiosas, Jean Donovan, formada como misionera a través de un programa Maryknoll, observó que en ese momento Chalatenango se encontraba en una guerra civil absoluta, unas semanas antes de morir, habló de querer irse de El Salvador, pero se sintió incapaz de hacerlo por los niños, que eran las pobres víctimas maltratadas en ese conflicto.

El 2 de diciembre de 1980 Jean y Dorothy fueron al aeropuerto de San Salvador para esperar la llegada de las dos Hermanas de Maryknoll, que regresaban de una asamblea regional de la Congregación, cerca de las 10 de la noche, la camioneta pasaba por una zona bastante aislada y fue allí donde miembros de la Guardia Nacional salvadoreña interceptaron la camioneta y la hicieron detener.

Las cuatro misioneras fueron violadas, luego apuñalados hasta la muerte y arrojados a un pozo cerca del camino. Los cuerpos fueron encontrados a la mañana siguiente. La principal hipótesis del asesinato es que los altos miembros de la junta militar habían ordenado al ejército siguieran a las cuatro misioneras, porque su trabajo con los pobres fue visto con gran sospecha, ayudándoles a organizarse para luchar contra el régimen dictatorial.

En muchos lugares de toda Latinoamérica y el Caribe se les recuerda con profunda gratitud y se presentan los rostros de las hermanas Maryknoll, quienes con su integridad, virtudes y compromiso evangélico gritaron y denunciaron al mundo las injusticias y crímenes de los militares, aunque este Testimonio Cristiano les costara la vida.

Jaime Escobar M. / Director de revista ‘Reflexión y Liberación’.

Santiago – Madrid – Roma

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