Hablemos de Paz / Paul Buchet

El diálogo de Paz es difícil si los interlocutores no se conocen. Recordando los saludos existentes en diferentes culturas, se puede darse cuenta de esas diferencias a tomar en cuenta en los diálogos.
“Mari, Mari Küme mülen gen.” El saludo en mapudungun. (Hola, Hola , el “buen vivir sea contigo”). Para el mapuche, lo importante es vivir en armonía e interrelación con la naturaleza, la comunidad y el medio ambiente. La tradición del ‘Guillatun’ es la rogativa que agradece, reconcilia refuerza espiritualmente la comunidad. Un dialogo de paz en ambiente indígena implica respeto, justicia (restitución) y restauración y reciprocidad.
“Schalôm”. El deseo de Paz del antiguo Israel tiene una larga historia. Empieza con el mito del diluvio: “Le pesó a Yahvé haber hecho el hombre… porque la tierra se había llenada de violencia”. Fue el diluvio y después Noé, la arca y después el arco iris signo de la resiliencia de Dios para las promesas de posteridad y la tierra prometida. Inolvidable fue la historia de la Liberación de la esclavitud de Egipto, atroz la conquista de Canaan, cortas las ilusiones nacionales (David), después fueron divisiones y vulneraciones de la Alianza con Dios. Necesarias fueron las correcciones proféticas. Dramáticos fue el exilio, las dominaciones sucesivas y la dispersión de la raza entre todas las naciones pero los judíos religiosos donde estén vienen 3000 años celebrando la Pascua la fidelidad de Yahvé a su Dios… Ocurrió el horrible Holocausto y después, el llamado al regresar a “la tierra” de Israel. Las guerras actuales con los palestinos es otra historia!!
“Salam alaikum”. La paz de los musulmanes es la sumisión a Allá. El mismo, Allá , es Paz y armonía personal, benevolencia y tolerancia para los demás. La entrega a Él implica 5 practicas simples: la fe declarada, la oración diaria, la limosna, el ayuno en el ramadán y si es posible la peregrinación a la Meca. Quién las cumple es musulmán de cualquier raza, edad, sexo que sea. Allá comunicó a Mahoma el Corán para dar preceptos y consejos para la vida personal, familiar, los negocios y lo social. Por el testimonio de su vida el musulmán podrá realzar la dignidad del Islam y propagarla. Porque Allá que es “grande, amoroso y compasivo” vale el esfuerzo (Yihad) hasta el sacrificio. El Islam si es atacado, debe ser defendido En cualquier circunstancia se encuentra la voluntad de predestinación divina de Dios: “Inch Allá”. El creyente espera el paraíso después la muerte. El Islam tiene una larga historia de conflictos, en particular con la cristiandad. Por su tesón y las migraciones, se puede encontrar hoy día comunidades musulmanas en los 5 continentes. Por esta dispersión y las diversidades religiosas internas que aparecieron en el medio Oriente, surgieron conflictos y guerras. El Corán y las enseñanzas del Profeta Mahoma establecen límites claros sobre la guerra, prohibiendo la agresión injustificada, la violencia contra no combatientes y la destrucción innecesaria.
“Namaste”. Este saludo de paz de los budistas se da uniendo las manos para compartir benevolencia. La paz para un budista es una concentración mental (meditación) ejerciós físicos… Es una búsqueda para dejar los miedos, las angustias, las reacciones excesivas y lograr progresivamente una armonía o Iluminación individual : el “nirvana”, la liberación de todos los sufrimientos y apegos de la vida. Gandhi predicaba la “no violencia” como fuerza del alma no para garantizarse una salvación individual sino para incitar a todos en la sociedad al respecto de la dignidad humana de los oprimidos y explotados y así permitir que progrese la causa de la paz según los anhelos más fervientes de la humanidad. La compasión activa es un principio importante para los budistas. En la práctica, no aceptan la pasividad frente a las injusticias y la opresión (los guerreros samurái) pero siempre se debe esforzarse a reducir al mínimo los daños en los conflictos. En este siglo, la espiritualidad budista se está popularizando en occidente. Se espera que las prácticas budistas (de persona a persona) puedan producir un efecto benéfico en una sociedad desequilibrada mentalmente.
“Heil”…¡Triste saludo histórico en alemán! Lo usa(ro)n quienes aclaman un líder para establecer un orden público, una seguridad ficticia y el beneficio de un elite. Saludan elevando la mano derecha en alto. En toda la historia de la humanidad surgieron regímenes autoritarios y absolutistas que concentran todos los poderes en una sola persona. Los imperios, los reinados, las dictaduras forjaron las naciones con el sometimiento y la explotación de las poblaciones. Con un seudo poder de “índole divino” o la utilización de las armas lo logran. Buscan convencer la población que con el mando de una cabeza se pueda lograr mejores resultados económicos y sociales que con los regímenes democráticos y participativos. Ofrecen una simili “Paz” que no es otra que un orden establecido que se mantiene con represiones y corrupciones. Sus partidarios caen fácilmente en el enriquecimiento injusto, el racismo y el clasismo.
‘Les doy mi Paz’, dijo Jesús (Juan 14,27).
En realidad, los cristianos no se saludan con palabra de paz, lo han dejado para los muertos que descansen “en paz”. Los evangélicos se saludan con invocando “bendiciones”. Los católicos no tienen más que sus “buenos días”. Antes de Juan XXIII y su encíclica « Pacem in terris » (1963), la Iglesia a pesar de estar implicada en numerosos conflictos no se ha referido mucho al tema de la Paz, lo ha dejado a la diplomacia para las tregua o los términos de las guerras. Al ONU, Pablo VI apoyó la Paz por la organización de las Naciones Unidas, los derechos humanos, refrenó el armamentismo y denegó por adelante el concepto de la “guerra justa”. Vaticano II , denunció la raíz de los conflictos en las desigualdades… En las liturgias renovadas del Concilio, se empezó a pedir a Dios traer la paz y salvación al mundo entero, los fieles se dan la mano en signo de paz comunitaria.
La doctrina social de la Iglesia empezó a hablar de la Paz como don divino, el amor que promueve la Verdad, la justicia y la libertad. No es un objetivo, es un camino que abarca de lo privado al internacional y esto implica el perdón y la reconciliación. La misión de la Iglesia implica fomentar el dialogo, la solidaridad y la cooperación en esta dirección. Sin embargo es necesario abrir el Nuevo testamento porque este tema no tuvo la valoración suficiente entre cristianos. Al nacimiento de Jesús, los ángeles anuncian “la Paz a los hombres a los que Dios ama” (Lucas, 2,14). Jesús aclaró que no viene a dar Paz como una seguridad engañosa (Lucas 12,51, son los pacíficos activos los auténticos hijos de Dios (Mat.5,9). Jesús envía sus discípulos a predicar saludando con la Paz. El mismo, despide ‘en paz’ los enfermos que sana, los pecadores a quien perdona. Para San Juan, la Paz es la victoria de Jesús que, al dar su vida en la cruz, venció la maldad del mundo. San Pablo, al principio de sus cartas desea la Paz, Dios es “Dios de amor y de Paz” (2Cor.13,11) …
Para revitalizar el tema de la Paz oremos con el Salmo 85,9-14: “Lo que dice Dios es la Paz para su pueblo… Yahvé mismo dará la dicha y la tierra su fruto. Justicia marchará ante su faz y Paz en la huella de sus pasos“.
Paul Buchet – Temuco / Chile