Noviembre 7, 2025

Volver la mirada a las Bienaventuranzas

 Volver la mirada a las Bienaventuranzas

Al ver la multitud, Jesús subió a la montaña y, después de sentarse, sus discípulos, hombres y mujeres, se acercaron a él. Comenzó a hablar y a enseñarles, diciendo:

Qué maravilloso que, en un mundo que idolatra la riqueza y el beneficio personal, haya mujeres y hombres que confían en Dios y escuchan el clamor de los pobres. Dios les asegura que están en el camino correcto .

Qué maravilloso que, en un mundo donde la mayoría de la gente se preocupa más por su propia comodidad, haya mujeres y hombres que saben llorar con los que lloran y que consideran a quienes sufren dolor y angustia como si fueran de su propia carne. Encontrarán consuelo en Dios .

Qué maravilloso que, en un mundo de arrogantes, haya mujeres y hombres que reaccionan con humilde mansedumbre ante las injusticias, las enemistades, las discusiones, las críticas despiadadas y los comportamientos discriminatorios e indeseables. Dios les hará soñar con cielos nuevos y una tierra nueva.

Qué maravilloso que, en un mundo de cobardes e indiferentes, haya mujeres y hombres que alimentan el anhelo de justicia, ayudando a garantizarla para los débiles, los indefensos y aquellos que poco o nada cuentan en la sociedad. En toda adversidad, Dios estará a su lado, un escudo contra sus miedos.

Qué maravilloso que, en un mundo lleno de resentimiento y ira, haya mujeres y hombres que buscan dar testimonio del perdón y la misericordia de Dios. No se dejan vencer por el mal, sino que lo vencen con el bien. Dios los mirará con compasión.

Qué maravilloso que, en un mundo donde a menudo premiamos la corrupción, existan mujeres y hombres de corazón puro y mirada brillante, que no conocen la hipocresía, honran su palabra y son honestos hasta en las pequeñas cosas. Dios les revelará su rostro.

Qué maravilloso que, en un mundo donde nos engañamos creyendo que podemos resolver los problemas con guerra y violencia, haya mujeres y hombres que construyen la paz, previenen malentendidos, apaciguan los corazones, erradican la idea misma de enemigo, resuelven conflictos y permiten que la unidad triunfe sobre la contienda. Dios será un Padre amoroso para ellos.

Qué maravilloso que en todo el mundo haya mujeres y hombres que se niegan a resignarse ante la injusticia, el abuso y las violaciones de la dignidad humana. Dios les asegura que están en el camino correcto.

Qué hermoso es que tantas mujeres y hombres, incluso hoy, logren seguir el camino del Evangelio de Jesús de Nazaret con valentía, determinación y humildad, desconfiando de atajos, ajustes o compromisos.

Qué maravilloso sería que, en nuestras vidas, nuestros ojos y corazones se volvieran hacia las bienaventuranzas de la montaña. Nuestro hogar se alegraría y, en cierta medida, en lo que nos concierne, también nuestra tierra.

Andrea Lebra

Editor