Anticipando la Navidad / Paul Buchet
Dejando los noticieros y sus nuevas violencias diarias, superando los gustos o disgustos de las elecciones, deslicémonos entre los pinos navideños, los viejitos pascueros , sin olvidar los budas que aparecieron, para reencontrar nuestro pesebre tradicional y nuestro Dios que se hizo hombre.
Son dos evangelistas que nos contaron el nacimiento de Jesús; sus imágenes emocionan a los cristianos desde 2200 años. San Juan, por su parte, resume el acontecimiento diciendo: “la Palabra (Dios) se hizo carne”. Nuestro Credo lo explicita rezando de la misma manera:” se encarnó en María la Virgen y se hizo hombre”. Con esta expresión extraordinaria de la “encarnación”, nos podemos encariñarnos con el niño-Dios que se hizo uno de nosotros, carne e sangre igual que nosotros mismos.
Las mitologías del Antigüedad hablaban de dioses que tomaron formas humanas ocasionales como Dionisio por ejemplo, pero el término de “Encarnación” se refiere a asumir la condición humana “plenamente” y “definitivamente”. Es un dogma principal de nuestro cristianismo que tomará toda su relevancia con la “Resurrección” de Cristo. Ni por la muerte perdió su condición(naturaleza) humana, por lo contrario, abrió para los hombres una perspectiva inaudita que ninguna otra religión tiene. A demás, en todas las misas, Jesús nos invita a “comer su cuerpo y tomar su sangre” para afianzar nuestra esperanza para a una comunión futura con su resurrección más allá de nuestra propia muerte. Por eso, el Credo (de los apóstoles) termina precisando: Creo en “la resurrección de la carne y la vida perdurable.“
Las emociones delante un recién nacido, el regaloneo de los niños en Navidad, las felicitaciones a la mujer embarazada, la defensa férrea de la vida humana frente a las violencias, los esfuerzos que hacemos por alargar nuestra la vida…se justifican. Nuestra cultura global no puede perder la valoración natural de la existencia corporal. Creer que nuestro Dios, el creador de la humanidad y del universo se hizo, Él mismo, “carne y sangre “merece la alabanza del salmo 8 que los primeros astronautas, a caminar en la Luna, dejaron como muestra escrita: “Señor, que glorioso tu nombre… ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él … lo hiciste señor de las obras de tus manos, más que los ángeles,”? Navidad es la celebración del Amor de Dios que se hizo hombre para hacer de los hombres sus hijos. Su compartir nos lleva a la gratitud por su immensa bondad, por nuestra vida y luego por nuestro “sobrevivir”.
Pero la vida humana es “carne y sangre”, vale decir que, de por sí, es mortal. San Francisco, en el siglo XIII inventó el pesebre todo bonito pero el contexto en los evangelios es otro. Fue un nacimiento “de emergencia” en un establo, un nacimiento escondido, manchado con la sangre derramada por Herodes alrededor, después, un recién nacido llevado al exilio… Concluyó san Juan “vino a su casa, pero los suyos no lo recibieron”. Es esta la otra faceta de la Navidad.
Jesús nació asumiendo una condición humana débil, e estropeada por culpa propia (concupiscencia). J.J.Rouseau creía que el recién nacido era inocente y que es la sociedad que lo corrompe. En realidad, llegamos al pesebre cargados del “pecado de Adán”, cómo lo describe la mitología del Génesis bíblico, nacimos en la colusión humana que arruina la obra del Creador. Es esta la humanidad invalida que Jesús viene a salvar. Es imprescindible tomar conciencia de las tinieblas de nuestro mundo para entender mejor el nacimiento de Jesús que es el inicio del operativo de rescate de Dios.
Trotsky, (en otras circunstancias) dijo: “Más oscura es la noche, más brilla la estrella”. Conviene mencionar las tinieblas de nuestro mundo actual para descubrir la Estrella de Belén 2025 y actualizar este fin del año el nacimiento de Jesús nuestro Salvador .
Hemos visto en todos los medios de comunicación las Miserias que siguen vigentes en todos los continentes: las hambrunas por sequias, fuego, agua, conflictos, invalideces. Lo poco que se logra para auxiliar las poblaciones la PNUD. FAO, UNICEF… Caritas, Teleton… la ONU, Unicef ,Teleton… no logran iluminar la noche.
Oscuras las tinieblas de las grandes riquezas, las finanzas internacionales que nos tienen a todos en una esclavitud, sometidos a sus sistemas bancarios y accionistas con excesos de trabajos por explotar, ganar plata y gastarlo en una comercialización, un consumo excesivo y derrochador para unos y para dejar otros en el subdesarrollo, el analfabetismo, la cesantía y la marginalidad.
Opaca es la Violencia que contagia los niños desde la básica, que se instala entre las parejas, los feminicidios, la delincuencia, las represiones …Llegando a los conflictos bélicos, mafiosos, racistas y hasta religiosos…
Ciego es el afán excesivo de Poder que sea en las autoridades de gobierno, en las rivalidades políticas, en las religiones, en el machismo, peleándose la tecnología.
Confusa es la noche del erotismo comercial, del sexo desenfrenado, de las dificultades a la identidad FGBTIQ+, dificultad en la regulación de la natalidad…
Dramática es la noche del drogadicto, de los narcotraficantes…
Solo él que ha visto las tinieblas del mundo y las ha invitado a discernir detalladamente a sus hijos puede encontrar la estrella que lleva al Salvador anunciado por Isaías como “Emmanuel” que traducido significa :”Dios con nosotros” y que José su padre , a su nacimiento le puso como nombre “Jesús” (Mateo 1,23-25).
Feliz Navidad Paul