+Don Gaspar Quintana, ya en la Casa del Padre
Profundo pesar por el deceso del querido obispo don Gaspar Francisco Quintana Jorquera, a la edad de 89 años, ocurrida en la Residencia Santo Cura de Ars en Santiago.
Nacido en Santiago, el 5 de octubre de 1936, don Gaspar fue miembro de la Congregación de los Misioneros Claretianos. Su vida estuvo marcada por una profunda formación intelectual, espiritual. Desde siempre cultivó una intensa oración Mariana. También manifestó una predilección por las artes que le llevó a Licenciarse en Pedagogía Musical en la Universidad de Chile.
Desde muy joven sintió el llamado del Señor y con el apoyo entusiasta de su madre, ingresó a la Congregación religiosa Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María CMF (Cordis Mariae Filius), conocida en el mundo como Misioneros Claretianos. De profunda formación espiritual e intelectual, obtuvo el Doctorado en Teología con especialización en Mariología en Roma. Sus compañeros le recuerdan por su calidez, buen humor, férrea disciplina en los estudios y profundidad en la oración diaria.
Don Gaspar siempre participó activamente y con alegría en la organización de la Fiesta de Nuestra Señora de La Candelaria. Su legado cultural y espiritual en la región de Atacama es inmenso, ya que fue el creador de la Misa Solemne con Canto a lo Divino, también fue Autor del ‘Trotecillo’, el ‘Himno de la Virgen’ y compuso la oración a ‘La Candelaria’ que miles de fieles rezan con fervor mariano año a año.
Durante el sexenio 1991-1997 ocupó el cargo de secretario general de la Congregación Claretiana en Roma. Fue nombrado obispo de Copiapó el 26 de mayo de 2001, mientras ejercía el cargo de Superior Provincial de los Misioneros Claretianos en Chile. Bajo su lema episcopal, ‘Conservar la Palabra en el corazón’, se le recuerda con cariño por ser un pastor afable, cercano a los humildes, estudioso del Concilio Vaticano II y un activo defensor de la justicia social.
En toda la nortina región, especialmente en el Valle del Huasco, se le recuerda por alzar la voz en defensa de la dignidad humana, sus derechos y cuidar el agua limpia para todos. También abrió la Catedral de Copiapó para realizar diversos encuentros culturales, impulsando conciertos donde él mismo interpretaba piezas en el teclado para la comunidad.
Tras presentar su renuncia por edad en 2014 ante el Papa Francisco, don Gaspar pidió volver al Santuario de Andacollo para acompañar con sencillez misionera a los peregrinos de la Virgen. De esta forma, evangelizando siempre, nunca sintió soledad ni lejanía con el pueblo creyente que camina y expresa su fe bajo los parámetros de la poderosa religiosidad y piedad popular.
Hoy, recordamos estas sabias reflexiones pronunciadas en la celebración del tradicional Te Deum del 18 de septiembre de 2014 en la Catedral de Copiapó. En la homilía, don Gaspar se basó en las Bienaventuranzas para señalar la ‘propuesta programática’ de Jesús para quienes quieren ser sus discípulos. Destacó ‘la justicia, la paz, la solidaridad y el compromiso como valores fundamentales para la construcción de un Chile inclusivo y digno para todos sus habitantes. Donde quiera que hay alguien que está sufriendo, allí hay que reconstruir el tejido social deteriorado…la corrupción, la irresponsable gestión de los negocios que involucra a agentes públicos y privados, y el desordenado uso de los recursos naturales que origina la contaminación del aire o la escasez del agua pura, que es derecho de toda la ciudadanía’.
Gracias buen amigo don Gaspar por su valioso testimonio cristiano, compromiso social e incansable servicio al Evangelio de Jesús vivido con sencillez, alegría y con la esperanza que no defrauda.
Jaime Escobar Martínez / Director de revista ‘Reflexión y Liberación.
Santiago – Madrid – Roma