Abril 18, 2024

¿Hay diálogo en la Diócesis de Osorno?

 ¿Hay diálogo en la Diócesis de Osorno?

Cuando la arrogancia y la soberbia están al servicio del poder

“Este Jueves Santo recién pasado, en la misa celebrada en la Parroquia ‘Nuestra Señora de la Candelaria’ de la Comuna de San Pablo, el Seminarista Patricio Sánchez recibió el Rito de Admisión como Candidato al Diaconado y Presbiterado…”. Esta noticia me mueve a expresar algunas consideraciones referidas al quehacer misionero en la Diócesis de Osorno.

Pienso que cuando se pasa a llevar la conciencia y no se tiene respeto por la integridad del cuerpo de Cristo, de la espiritualidad, de la moral y la ética personal y de la comunidad católica osornina y del pueblo de Dios en general, no puedo quedarme en la pasividad de mi hogar, debo y tengo la obligación como Bautizado de denunciar lo lamentable del  accionar y la praxis irresponsable del Obispo Juan Barros en la Diócesis de Osorno.

Si él cree que con estos dolorosos acontecimientos se aferra al poder de su investidura está muy equivocado, solo acentúa el daño, el dolor, la desconfianza y la marcada división ya ocasionada por su nombramiento y llegada a nuestra ciudad, debo manifestar que así dictatorialmente no se hacen las cosas, así no se gana a la gente, menos se gana el respeto de la feligresía, frente a esto como dice su parte de invitación al Rito de Admisión: “No podemos callar lo que hemos visto y oído” (Hech. 4,20), como católico y participante activo de comunidades, evangelizando y anunciando la Buena Nueva, como Ignaciano responsablemente formado,  frente a esta falta de respeto y poca consideración con la ciudadanía católica de Osorno, No puedo callar por ver toda esta maquinación perversa de este  prelado que no hace nada más que seguir profundizando las heridas, siguiendo en la porfía de creer que es un pastor integro, que puede realizar actos de imposición de manos, abiertamente desafía a todos quienes estamos pidiendo y rogando hace  ya dos años que lo releven de nuestra Ciudad.

Sr. Barros es hora que se detenga y no perpetué la mancha dejada por el más grande pedófilo de la historia de nuestra Iglesia chilena, el impune Karadima, usted NO debe  consagrar y ordenar a un Hermano que busca ser parte del Clero; Considero hasta de mal gusto o de un muy mal discernimiento, tanto de Barros, como del Hermano W.G.I., hoy viviendo El Diaconado, ¿porque digo esto?, es penoso y doloroso que ningún Hermano Fraterno dentro de la Jerarquía lo haga cuestionarse y preguntarse que es bueno y qué no para una comunidad que sufre, si esto no es violencia y abuso de poder, alguien me puede decir qué es.

¿Habrá alguien que tenga un poco de conciencia y que pueda frenar  esta condenación en vida, para un Hermano que llevara la mancha de Karadima el resto de sus días en el trabajo pastoral y donde quiera servir? Preocupa que como han dicho por ahí, señalándolo como el primer nieto y heredero del Bosque. Basta Sr. Barros no es necesario que haga cargar esta tamaña Cruz a una persona inocente, usted no está en Común Unión con su Iglesia, debe reformarse primero como lo manifiesta El Vaticano en la Resolución que disolvió la Pía Unión Sacerdotal, no cree usted que es mucha la soberbia, que su arrogancia no tiene respeto con la Iglesia que amamos y hoy, lamentablemente, no es como la que queremos, además usted no es digno de imponer esas manos manchadas por el encubrimiento de graves delitos cometidos por su otrora mentor y confesor.

Me siento en la necesidad espiritual de manifestar y llamar a la conciencia de todos mis hermanos de Osorno para cuidarnos y protegernos, denunciando todos estos abusos de poder, sino no nos unimos y luchamos por una Iglesia transparente y confiable estamos pecando de omisión, es nuestra tarea anunciar y denunciar, como Bautizados nos corresponde y es nuestra misión defender siempre a Jesús y a la Iglesia de Cristo.

Finalmente, invito a todas y todos a Orar para que esta señalada reflexión de la Conferencia de Aparecida se haga una hermosa y necesaria realidad en nuestra inquieta y sufrida Diócesis de Osorno: “Los Obispos, como pastores y guías espirituales de las comunidades  a nosotros encomendadas, estamos llamados a ‘hacer de  la Iglesia una casa y escuela de comunión’96. Como animadores  de la comunión, tenemos la misión de acoger, discernir y animar  carismas, ministerios y servicios en la Iglesia. Como padres y centro  de unidad, nos esforzamos por presentar al mundo un rostro  de la Iglesia en la cual todos se sientan acogidos como en su  propia casa. Para todo el Pueblo de Dios, en especial para los  presbíteros, buscamos ser padres, amigos y hermanos, siempre  abiertos al diálogo” (Conf. Aparecida n° 188).

Danilo Andrade Barrientos  (Laico Ignaciano)

Osorno  –  Chile

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