Diciembre 13, 2024

‘A veces en la Iglesia no se quiere escuchar a las víctimas’

 ‘A veces en la Iglesia no se quiere escuchar a las víctimas’

El jesuita alemán Hans Zollner es una de las caras más visibles de la lucha contra la pederastia eclesial, un problema ignorado durante décadas por el Vaticano y frente al que sólo se comenzó a tomar conciencia hace poco más de una década.

Autor de diversos libros sobre esta cuestión, Zollner sorprendió a finales del mes pasado cuando se hizo pública su renuncia a la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, el organismo creado por el Papa Francisco para promover en las Iglesias locales la lucha contra esta lacra y del que formaba parte este experto desde su institución en 2014.

«A veces en la Iglesia no se quiere escuchar a las víctimas», denunció Zollner este lunes en una conferencia de prensa en Roma, en la que explicó su marcha del citado grupo por tres motivos: «falta de transparencia, de rendición de cuentas y de cumplimiento de las normas». Sin querer profundizar más en esas razones ni en las disputas con el presidente de la comisión, el cardenal estadounidense Séan P. O’Malley, el jesuita alemán lamentó que «haya personas que obstaculizan por razones personales o emotivas» la lucha contra los abusos. Salvó la figura de Jorge Mario Bergoglio, que consideró «un ejemplo» de cómo en la comunidad católica debería tratarse a las víctimas.

Esta situación se explica a su juicio por la falta de costumbre en la Iglesia a la hora de «exponer públicamente los problemas y debatir sobre ellos», lo que facilitaría los casos de encubrimiento. Pese a ello, el también director del Instituto de Antropología de la Pontificia Universidad Gregoriana se mostró convencido de que existe un «compromiso creciente con la justicia y la prevención» dentro de las nuevas generaciones, lo que le lleva a pensar que no se trata de una mera cuestión «de relaciones públicas» para dar buena imagen. «La red está creciendo, lo veo», dijo, reconociendo, eso sí, que «no será fácil» que en todos los ámbitos empape esta nueva cultura contra los abusos. «No es un tema de derechas o de izquierdas. No es una cuestión de partido, sino una cuestión de actitud», insistió Zollner, para quien hay ejemplos virtuosos tanto en el sector eclesial conservador como en el liberal.

Pese a los pasos adelante dados en los últimos años por el Vaticano para luchar contra la pederastia, con diversas modificaciones de la ley para endurecer la respuesta a los sacerdotes y religiosos abusadores, muchas víctimas se sienten decepcionadas cuando acuden a una institución eclesial pidiendo justicia. No es de extrañar por ello que «ya no esperen nada de la Iglesia», porque «han acabado con ella». Existen, no obstante, otros supervivientes, «tal vez menos visibles, que desean encontrar al menos una sola vez una imagen humana de la Iglesia». El «mayor dolor» de Zollner estriba precisamente en que no haya disposición para recibir a esas personas.

«Hay mucha gente, yo incluido, que no entiende por qué es tan difícil sentarse con las víctimas en una mesa y escucharlas. No hay ni siquiera que responder, sólo estar con la persona y atender su herida», comentó el experto, aclarando que su dimisión no pretende hacer daño a la comisión vaticana de la que formaba parte, sino «mejorar su funcionamiento». La de este experto no es la primera marcha llamativa de este organismo: también renunció al grupo en 2017 la irlandesa Mary Collins, superviviente de abusos, por considerar «vergonzosa» la resistencia interna del Vaticano para afrontar plenamente este problema.

Darío Menor / El Norte de Castilla

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