Abril 26, 2024

En USA disminuyen los cristianos y aumentan los que no profesan una religión

 En USA disminuyen los cristianos y aumentan los que no profesan una religión

En la febril vigilia de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre en Estados Unidos la pregunta es cuánto incidirán en el voto religioso. Es la interrogante al que responde el Centro de Investigaciones Pew sobre Religión y Vida Pública, de Washington, en una encuesta publicada el 17 de octubre, pero que va mucho más allá del voto, porque marca  todo el paisaje religioso estadounidense.

La encuesta confirma el ocaso de lo que todavía a finales del siglo XX distinguía a Estados Unidos respecto a otras naciones occidentales desertificadas por la secularización: la permanencia de un vibrante “mercado” religioso cristiano.

Hoy esta excepcionalidad de la sociedad estadounidense se ha desvanecido ampliamente.

En los últimos doce años, en Estados Unidos, los cristianos han disminuido del 75 al 65% de la población adulta, con los católicos que han descendido del 24 al 20%, en cifras absolutas 30 millones más.

La caída de los cristianos y el aumento de los “ninguna” son relevantes entre los graduados, los residentes del nordeste, los electores del Partido Demócrata y, sobre todo, los “milenials”, es decir, los nacidos entre 1981 y 1996 que hoy tienen entre 25 y 40 años. Entre los “milenials”, ahora, los cristianos y los “ninguna” se equiparan numéricamente y se neutralizan, tanto los unos como los otros con un 40% del total.

También ha disminuido la frecuentación de las iglesias. Mientras hace diez años los estadounidenses que iban a la iglesia al menos una vez al mes eran el 54% de la población y los que iban pocas veces al año o nunca eran el 45%, hoy las proporciones se han dado vuelta perfectamente: los primeros son el 45% y los segundos el 54%. Los que no ponen el pie jamás en una iglesia son hoy el 27%, más de un cuarto de los estadounidenses.

La práctica religiosa es un poco más acentuada entre los negros, entre ellos los que van a la iglesia al menos una vez al mes siguen siendo la mayoría, aunque menos que en el pasado. Pero entre los hispanos las cifras de los que van y de los que no van se equiparan, mientras que ahora predominan los blancos no hispanos que no van jamás a la iglesia.

Siempre entre los hispanos, los católicos, que hace diez años eran una neta mayoría, hoy han descenido al 47%. Con los “ninguna” también aquí en decidido crecimiento, que han llegado a ser el 27%.

Tanto los católicos como los protestantes han disminuido más precisamente en las áreas en las que han estado históricamente más presentes, con curvas del 9% para los católicos y del 11% para los protestantes del sur.

Pero entre los protestantes, aunque disminuidos en su totalidad, los que se declaran “evangélicos” o “born again” [“nacidos de nuevo”], hoy han crecido, pasando en diez años del 56 al 58%.

 ¿En qué medida estas orientaciones religiosas se entrecruzan con las decisiones electorales?

La caída de los cristianos y el crecimiento de los “ninguna” son mucho más marcados entre los demócratas que entre los republicanos.

Entre los demócratas, los cristianos han disminuido en diez años del 72 al 55% y los “ninguna” han aumentado del 20 al 34%.

Entre los republicanos, por el contrario, los cristianos siguen siendo el 79% y los “ninguna” apenas el 16%, ambos poco lejanos de las cifras de hace diez años.

También en la frecuentación de las iglesias se diferenciaan los dos partidos. Entre los demócratas los que no van nunca o casi nunca a la iglesia están hoy en neta mayoría, el 61%, mientras que entre los republicanos la mayor parte, el 54%, sigue yendo a la iglesia al menos una vez al mes.

Entre los republicanos, las diferencias de pertenencia y práctica religiosa entre blancos, negros e hispanos son mínimas.

Entre los demócratas, por el contrario, el alejamiento de la religión es acentuado sobre todo entre los blancos. Entre éstos, los que se declaran cristianos son minoría ahora, el 47%, y los que no van nunca a la iglesia son el 70%.

Hay que suponer que precisamente entre los blancos “evangélicos” Trump podrá recoger muchos de sus votos.

Sandro Magister  –  Roma

Settimo Cielo

Editor