Marzo 19, 2024

“Despega” la causa de beatificación de dom Hélder Câmara

 “Despega” la causa de beatificación de dom Hélder Câmara

También el “obispo rojo” se dirige a los altares; termina en Brasil el próximo domingo el proceso y la documentación será enviada a Roma.

El año de San Romero será también el año de otro latinoamericano que se dirige con decisión hacia los altares el obispo de Brasil dom Hélder Câmara. El domingo 16 de diciembre concluirá la fase diocesana del proceso y una voluminosa caja llena de documentos viajará hacia Roma para llegar a los archivos de la Congregación para las Causas de los Santos. También se sabe que se está estudiando un milagro, que podría ser atribuido a la intercesión de dom Helder Câmara. Y habrá un Congreso Eucarístico Nacional, confirmado, que se llevará a cabo en noviembre de 2020 en Brasil, es decir dentro de poco menos de dos años, tiempo suficiente, según el actual arzobispo de la diócesis que guió en el pasado Hélder Câmara, dom Fernando Saburido, para que se reconozca la beatitud del “obispo rojo”, como lo llamaban despectivamente los militares de Brasil, que gobernaron durante 21 el país, de 1964 a 1984.

Entre el obispo Romero, santo desde octubre, y Hélder Câmara, próximo beato, hay coincidencias notables. Como Romero, Câmara recorrió un camino que lo llevó a pasar de posiciones tradicionalistas a otras conciliares. Sus biógrafos, y los mismos amigos del sacerdocio, recuerdan que cuando era joven estuvo cerca de instituciones y asociaciones religiosas y laicas de carácter conservador, e incluso de carácter integralista. Se trata de un periodo de su vida que el mismo Câmara consideraba un «error de juventud, fruto de pasiones y no de razonamientos». El cambio comenzó en la ciudad de Río de Janeiro, en donde Pío XII lo nombró obispo auxiliar el 3 de marzo de 1952 (cuando tenía 43 años). Recibió la ordenación episcopal el 20 de abril de 1952.

Una biografía, digamos, autorizada fue redactada como complemento de la petición que se envió a Roma hace años para pedir que comenzaran las investigaciones diocesanas. En ella se recuerda el trabajo social de Dom Hélder Câmara –en los «movimientos estudiantiles y obreros, ligas comunitarias contra el hambre y la miseria»– con el que se granjeó el ostracismo del gobierno militar brasileño. Los datos biográficos que acompañan la carta recuerdan que él fue quien fundó, en 1950, la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB) con la aprobación de Giovanni Battista Montini, futuro Pablo VI, que entonces era subsecretario vaticano. Dom Hélder Câmara fue también el primer Secretario general de los obispos y, como tal, colaboró en el nacimiento del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), en Río de Janeiro, en julio de 1955.

Como Romero, también Hélder Câmara tuvo una relación cercana y particular con Pablo VI. Su biógrafo brasileño, el filósofo Ivanir Rampon (autor del libro “Paulo VI e Dom Hélder Câmara – Exemplo de uma amizade espiritual”, publicado en portugués por Paulinas en 2004) reconstruyó detalladamente la relación entre ambos, demostrando que su amistad tuvo repercusiones importantes. «Para ambos, el Concilio Vaticano II se convirtió en una misión, y sus preocupaciones sociales después se reflejaron en el papado de Pablo VI, en la encíclica “Populorum Progressio” y en el desarrollo de la Iglesia brasileña durante el régimen militar», escribió Rampon refiriéndose a las cartas y a las conversaciones entre dom Hélder y Pablo VI, en las que se aprecia el afecto del segundo por el sacerdote brasileño. «A Montini le gustaba conocer las opiniones de Câmara y las consideraba de fundamental importancia», subraya el académico brasileño. Días antes de comenzara el Concilio, «los dos amigos se reunieron porque sabían que se había planeado un ataque contra la colegialidad episcopal. Ambos defendieron esta idea y trabajaron duramente para que se convirtiera en una práctica constante en la vida de la Iglesia. Dom Hélder dirigió la experiencia positiva de la CNBB y del CELAM, que vivieron la colegialidad antes de que fuera definida por el Vaticano II».

Monseñor Romero y dom Hélder Câmara son hombres del Concilio, ese Concilio en el que América Latina tuvo una participación bastante modesta y que asimilaría en un segundo momento. Câmara fue uno de los pocos obispos latinoamericanos que participaron en el Vaticano II y que ofrecieron aportaciones significativas sobre temas relacionados con la promoción humana. Después, al volver a América Latina, sus reflexiones teológicas y pastorales tuvieron gran peso en la definición de la opción preferencial por los pobres, característica también en el pensamiento teológico latinoamericano.

El filósofo uruguayo Alberto Methol Ferré incluyó a dom Hélder Câmara entre los que llevaron a América Latina los temas conciliares. Methol Ferré, asesor durante varios años del CELAM, recordó que Juan XXIII planteó la cuestión de los pobres cuando comenzó la cumbre de la reunión conciliar, mientras el cardenal Lercaro propuso que el tema de los pobres se convirtiera en el hilo conductor del Concilio. «La propuesta no pasó —observó Methol Ferré— pero provocó y obtuvo fuertes ecos. En Paul Gauthier, por ejemplo, que escribió un libro en Palestina, “Jesús el carpintero de Nazaret”, publicado durante la primera sesión del Concilio». Las reflexiones de Gauthier, anotó Ferré, «obtuvieron una recepción favorable por parte de la delegación de los obispos latinoamericanos, guiada por el brasileño dom Hélder Câmara y el chileno Francisco Larraín, quienes se reunieron entre con el padre Gauthier». El pensador uruguayo también recordó que Paul Gauthier pronunció varias conferencias para los padres conciliares hispanohablantes (estaba presente dom Hélder Câmara), que después fueron reunidas en un volumen titulado “La pauvreté dans le monde”. «El loro fue publicado al final del Concilio, en 1965, y tendría un fuerte eco en América Latina. Allí se anticipan temas fundamentales que se desarrollarán en los años posteriores, incluida la teología de la liberación en las diferentes líneas que después siguió este pensamiento».

Como Romero, también Câmara fue obstaculizado y Calumniado por sus hermanos. El brasileño Ivanir Rampon examinó diferentes estudios que indagan sobre las calumnias lanzadas contra el arzobispo de Recife para concluir que «algunos Dicasterios romanos acogieron las denuncias del gobierno autoritario brasileño y de los sectores conservadores de la Iglesia en Brasil, que se oponían a la línea conciliar de dom Hélder. Hasta el intento de contraponer a Pablo VI y Hélder Câmara». Hubo un momento, observó Rampon en el quinto capítulo del libro, dedicado a la amistad entre Câmara y Pablo VI, en el que «los secretarios del Papa interceptaron la correspondencia y negaron en dos ocasiones la audiencia privada» a Câmara, sin que el Papa estuviera enterado y «contra la opinión de Pablo VI», que confiaba plenamente en el arzobispo brasileño.

Hay que recordar, para concluir, que en 2014, cuando el Papa Francisco comunicó la decisión de beatificar a Pablo VI, el sucesor de dom Hélder Câmara, el arzobispo de Olinda y Recife, dom Fernando Saburido, decidió, a su vez, pedir la autorización de la Congregación para las Causas de los Santos para poner en marcha el proceso de beatificación de Câmara. El “nihil obstat” llegó al año siguiente, el 25 de febrero de 2015. A partir de entonces, la preparación de la causa ha cobrado fuerza con la formación de una Comisión histórica constituida por cuatro especialistas: el profesor Luiz Carlos Luz Marques, de la Universidad católica de Pernambuco, la historiadora Lucy Pina Neta, del Instituto dom Hélder Câmara; el profesor José Oscar Beozzo, miembro de la Comisión de Estudios de Historia de la Iglesia en América Latina del Centro Ecumênico de Serviços de Evangelização e de Educação Popular di São Paulo; y Silvia Scatena, de la Universidad de Módena y miembro de la Fundación Juan XXIII de Bolonia.

Los investigadores reunieron y examinaron la voluminosa correspondencia entre Câmara y varios amigos, sacerdotes y fieles, hicieron una lista de los trabajos por él publicados, sobre él y sobre su acción pastoral, y analizaron noticias y artículos sobre él publicados a lo largo de los años en la prensa nacional e internacional. También analizaron los archivos de uno de los pensadores católicos más importantes de Brasil, Alceu Amoroso Lima, un amigo con quien dom Hélder Câmara mantuvo una correspondencia durante los años del seminario, y los archivos de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB), fundada por el mismo Câmara y de la cual fue el primer Secretario general (durante doce años). La investigación de los miembros de la Comisión histórica fue más allá de las fronteras brasileñas. Se consultaron también los archivos del periodista francés José de Broucker, el primer biógrafo de dom Hélder, cuyos materiales se encuentran en la Universidad de Louvain-La-Neuve, Bélgica.

Dentro de pocos días, pues, todo el material estará en manos de la Congregación para las Causas de los Santos y al alcance del Papa Francisco, que nunca ha ocultado su admiración por el arzobispo de los pobres. El Pontífice pronunció el nombre de dom Hélder Câmara en mayo de 2016 en el aula del Sínodo, hablando con los obispos italianos. La asamblea tenía como argumento “La renovación del clero”. Y el Papa argentino eligió afrontarlo no con una «reflexión sistemática sobre la figura del sacerdote», sino «invirtiendo la perspectiva», poniéndose «en escucha, en contemplación… casi de puntillas», de figuras sacerdotales ejemplares. Y citó uno de los aforismas que solía anotar el arzobispo de Recife: «Cuando tu barca comience a echar raíces en la inmovilidad del muelle, ¡leva las anclas!». 

Alver Metalli   –   Buenos Aires

Vatican Insider    –   Reflexión y Liberación

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