Marzo 29, 2024

Encuentro Ecuménico de Trabajadores por Visita de Papa Francisco

 Encuentro Ecuménico de Trabajadores por Visita de Papa Francisco

Encuentro Ecuménico Nacional de Trabajadores Cristianos

En el Contexto de la Visita del Papa Francisco a Chile

y los 500 años de la Reforma Luterana

Por un Chile Ético y Democrático

Santiago – 21 de Octubre de 2017

Colegio San Ignacio / Alonso Ovalle 1452 – Santiago.

“Alabamos a Dios porque en la belleza de la creación, que es obra de sus manos, resplandece el sentido del trabajo como participación de su tarea creadora y como servicio a los hermanos y hermanas. Jesús, el carpintero (cf. Mc 6,3), dignificó el trabajo y al trabajador y recuerda que el trabajo no es un mero apéndice de la vida, sino que constituye una dimensión fundamental de la existencia del hombre en la tierra, por la cual el hombre y la mujer se realizan a sí mismos como seres humanos” (Conferencia de Aparecida n° 120).

En unas semanas más estará en Chile el Papa Francisco, será motivo de alegría verlo y escucharlo. Nos anima la esperanza de que su visita sirva para que en nuestro país exista más democracia, justicia social y vida digna para todas las trabajadoras y trabajadores, también para toda persona de buena voluntad sea creyente o no. Lo mismo deseamos para los miles de desempleados y jóvenes “Ni-Ni”; como bautizó el Pontífice a los que ni estudian ni trabajan y que hoy pululan desanimados por nuestras ciudades. Estamos con Francisco en todo lo que dice relación con la economía, la defensa de la Madre Tierra, los derechos Laborales y su palabra profética cuando dijo en Roma: ¡Esta economía mata!

En estos cuatro años de pontificado han sido innumerables las homilías y discursos en que nuestro Hermano Papa Francisco pide equidad, sueldos justos, menos explotación y señala al mundo que solo la justicia traerá la paz. También desde el inicio de su magisterio, clama porque exista un verdadero Espíritu Ecuménico y en octubre de 2016 visitó la Catedral Luterana en la ciudad sueca de Lund, desde allí llamó a caminar unidos por el bien de toda la humanidad y señaló: “También hay que mirar con amor y honestidad nuestro pasado y reconocer el error y pedir perdón: solo Dios es el juez”.

En este Encuentro Ecuménico de Trabajadores Cristianos, veremos que es preocupante el panorama laboral chileno que a pesar de la deficiente reforma promulgada hace poco tiempo, podría resumirse básicamente, bajo estos injustos e inquietantes parámetros: formas de trabajo precarias (con largas jornadas y bajos salarios), organizaciones sindicales debilitadas y con trabajadoras y trabajadores con escaso poder de incidencia en los centros de poder político y económico. En esta reflexión puntual, hemos de recordar lo que nos señala la Conferencia de Aparecida: “La explotación laboral llega, en algunos casos, a generar condiciones de verdadera esclavitud…” (n° 73).

Hace poco en Valparaíso y Santiago, un dirigente de base señalaba con precisión la situación actual de todas las personas que cumplen un rol laboral: “Estamos en una posición parecida a la de comienzos del siglo 20. Hay una concentración tremenda de la riqueza, nuevamente el trabajo produce sobre todo alienación, aleja de la posibilidad de cultivar una vida humanamente plena, todos podemos ver cuánto tiempo gasta la gente sólo en movilizarse. Estamos en una situación parecida, y también hay una reacción parecida. Los trabajadores luchan y se organizan por sus derechos, los derechos que le asisten como ciudadanos. Derecho a la familia, derecho a que toda persona tenga un salario, una seguridad social y un descanso justo”.

Respecto al derecho a un empleo decente, Carla Brega, socióloga, explica que lo que lo que vemos hoy día en Chile es una estructura de empleo que se caracteriza por tener una “formalidad precarizante… Hay una amplia contratación en términos formales, pero no asegura ni estabilidad, ni calidad en la medida en que los salarios son muy bajos y las condiciones de trabajo malas”. Por otra parte, la contención en la acción colectiva tiene que ver con la huelga que no paraliza, “que no tiene efectividad, porque se permite, directa o indirectamente, el reemplazo en huelga. También tenemos que la negociación colectiva se permite, pero reducida al ámbito de la empresa, lo que hace que haya menos incidencia en las decisiones”.

Bajo las coordenadas del sistema capitalista y su actual modelo neoliberal para el trabajo -una y otra vez denunciado por el Papa Francisco-  se observa, lastimosamente, que una relación laboral entre dos sujetos se construye bajo la premisa de la existencia de un vínculo de “dependencia y subordinación”. De esta relación no son pocas las injusticias que se cometen en contra los trabajadores y trabajadoras y sus organizaciones.

El factor “dependencia” está relacionado con el reconocimiento que realiza el ordenamiento jurídico de que una de las partes, el trabajador, necesita realizar una determinada actividad para poder subsistir. La “subordinación” implica una relación de asimetría donde el empleador, tiene funciones de dirección y vigilancia respecto al trabajador. Significa una relación de predominio social y económico de uno respecto del otro agente en la relación.

Esta asimetría es la que construye el ámbito de las relaciones laborales y se produce cuando el sujeto necesita vender su fuerza de trabajo, su potencial humano, para poder sobrevivir. Es decir, mientras que el empleador organiza, distribuye y manda en el ámbito de las relaciones laborales, los trabajadores intercambian su trabajo por un salario precario. Esta situación resulta particularmente compleja en Chile en la actualidad, considerando que según datos de la Encuesta Casen, el 50 por ciento de los trabajadores gana 300 mil pesos o menos. Nuevamente hemos de observar lo que nos indica la Conferencia de Aparecida: “La actividad empresarial es buena y necesaria cuando respeta la dignidad del trabajador, el cuidado del medio ambiente y se ordena al bien común. Se pervierte cuando, buscando solo el lucro, atenta contra los derechos de los trabajadores y la justicia”. (n° 122).

En este sentido, el punto de quiebre en el proceso de los trabajadores del país fue la Dictadura. El plan laboral impulsado al alero de las siete modernizaciones, diseñado por José Piñera, significó un “desmantelamiento de los avances que históricamente han ocurrido en nuestro país en materias sociales y laborales”. Lo anterior tendría como consecuencia, deshabilitar la posibilidad de que los trabajadores se articulen, evitar la organización y finalmente transformarlos en actores que velan por condiciones muy inmediatas, desconectándolos de un plan a largo plazo. Por supuesto, las malas noticias para los trabajadores no terminaron ahí, sino que se han perpetuado y profundizado durante las últimas tres décadas.

Hay una extrema debilidad en el mundo sindical alimentada por los gobiernos de todos los signos. Hay una política deliberada durante los últimos 30 años (y que viene desde la dictadura, pero que se mantuvo en democracia), por invisibilidad al trabajador como actor político. O sea, el sindicato recluido en el espacio empresarial sin capacidad de influir más allá del estrecho marco de los salarios en la empresa, pero eso de los salarios en la empresa. Todo esto es parte de una estructura jurídico-política, que tiene varias dimensiones, que se mantiene intacta y que la Reforma Laboral no pudo subsanar como lo pedía la justicia social.

Por esta razón y otras no menos importantes, nos reuniremos en un gran Encuentro Ecuménico de Trabajadores Cristianos para reflexionar, debatir y proyectar líneas de acción que tengan en cuenta el valioso trabajo humano como un bien y no una mera mercancía. También, subrayando en medio de nuestras Comunidades Cristianas y Organizaciones Sindicales,  que “el hombre es el autor, el centro y el fin de toda la vida económico-social” y, que por esta razón, toda persona humana se merece una vida buena y digna junto a sus familias.

“Si es así, insisto, digámoslo sin miedo: queremos un cambio, un cambio real, un cambio de estructuras. Este sistema ya no se aguanta, no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo aguantan los Pueblos… Y tampoco lo aguanta la Tierra, la hermana Madre Tierra como decía San Francisco…”.

(Discurso del Papa Francisco a los Movimientos

Populares en Santa Cruz de la Sierra – 9/7/2015).

O R G A N I Z A N:

Federación Sindical Norte / FESINOR   –   Iglesia Evangélica Luterana Chilena

Centro Cultural Pablo Neruda Hijo de Ferroviario

www.reflexionyliberacion.cl

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