Marzo 28, 2024

Francisco, Papa sencillo y renovador

 Francisco, Papa sencillo y renovador

Soy de los que se alegran con la venida del Papa. En realidad me alegro de las visitas importantes a Chile y … no me fijo en gastos. Visitas así nos dan a conocer al mundo y nos hacen bien a los chilenos. Especialmente la visita del Papa nos hará bien porque es un hombre bueno, sencillo y acogedor. 

Me agrada un Papa que desde el primer momento, cuando recién elegido apareció en el balcón para saludar y bendecir al pueblo, lo primero que hizo fue inclinarse ante la multitud reunida para recibir él mismo la bendición. Fue un gesto espontáneo, humilde, que nos causó muy buena primera impresión. Y como dicen los expertos en psicología social, las primeras impresiones permanecen, es muy difícil borrarlas, sobre todo cuando son ratificadas por nuevos gestos en la misma línea. Es lo que nos ha sucedido con Francisco, pues vemos cómo sus actitudes diarias confirman lo sobrio que es, y cómo es cercano a todo tipo de personas. Hay sobre todo tres aspectos de su servicio pastoral que quiero destacar:

Primero, su afán por renovar la Iglesia. Ha tomado conciencia de que en muchos aspectos la Iglesia institución está anquilosada, muy lejos de ese Pueblo de Dios querido por Jesucristo y recordado por el Concilio Vaticano II a nivel universal, y por las Conferencias Episcopales de Medellín, Puebla y Aparecida, a nivel latinoamericano. Se habla en estos documentos de una Iglesia al servicio de todos, especialmente de los más pobres y desamparados, en diálogo permanente con el mundo de hoy, con las ciencias;  que huye de boatos y privilegios, que no condena ni impone nada, sino que su única fuerza de convicción está en el amoroso testimonio de servicio. El Concilio Vaticano II resaltó la fuerza de una Iglesia inculturada en nuestro mundo, no condenadora, sino animadora de sus valores; y exhortó a los fieles para que huyan de todo fanatismo religioso y sean abiertos al diálogo con los hombres y mujeres contemporáneos, sin afanes proselitistas de ningún tipo. En esa línea van los encuentros de Francisco con los líderes de las naciones, con los patriarcas de las Iglesias ortodoxas y representantes de las Iglesias evangélicas, así como las numerosas reuniones con judíos, musulmanes y fieles de otras religiones. Su gran sentido ecuménico está a la orden del día.

Segundo, y en la misma actitud renovadora, veo un Papa que reconoce la importancia de la mujer en el mundo de hoy, la fuerza testimonial de tantas organizaciones femeninas, y desea que también en la Iglesia las mujeres ocupen el puesto de mando que les corresponde. Algún buen paso ha dado ya en este sentido pero mucho le va a costar lograr la meta porque no faltan en la institución eclesiástica poderosas fuerzas conservadoras y retrógradas que le van poniendo piedras en el camino.

En tercer lugar, me admira la energía, la fuerza, con que el Papa ha levantado la voz ecologista, muy secundado en nuestro Chile por Luis Infanti, valiente obispo de Aysén, quien lleva tiempo gritando con voz clara y firme en defensa del agua y de la naturaleza. Con su encíclica Laudato si’ Francisco se ha presentado ante quien lo quiera oír como el defensor acérrimo de esta tierra, nuestra casa común. Muchos jóvenes se cuentan entre los que sí le quieren oír porque entienden y comparten este lenguaje ecologista. Y sobre todo porque saben que el Papa también los quiere escuchar a ellos en su afán renovador. Para nosotros chilenos: creyentes, agnósticos y ateos -dignas personas todas- percibo que la venida del Papa es una bendición.

P. José Luis Ysern de Arce

La Discusión   –   Reflexión y Liberación

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