Marzo 29, 2024

“Protestar vale la pena, pero también hay que construir”

 “Protestar vale la pena, pero también hay que construir”

«Los jóvenes no son el futuro, sino el hoy»…

Sor Ana, toma mate mientras dialoga virtualmente con el Papa desde el Monasterio de Pistoia, del que es Abadesa y en donde hoy por la tarde se inauguró un curso de formación para los educadores de “Scholas Occurrentes”, el organismo fundado hace 20 años en Buenos Aires por el arzobispo Jorge Mario Bergoglio y que ahora se ha convertido en una Fundación vaticana con sede en el Palacio San Calixto de Roma. El Papa se dirigió allí, al corazón de la Ciudad Eterna, por cuarto año consecutivo para inaugurar y bendecir el proyecto internacional “Programando por la Paz” que, presentado junto con expertos de informática, tiene como objetivo enseñarle a millones de chicos a programar y a aprender cómo utilizar las nuevas tecnologías con un enfoque ético.

Pero Francisco, en video-conferencia con Brasil, Panamá, Rumanía e Italia, “bendijo” también las demás iniciativas de diálogo, educación, música, arte y tecnología que la fundación ha puesto en marcha este año involucrando a jóvenes (a menudo pobres y sin oportunidades) de los cinco continentes. Entre ellos, por ejemplo, el “Hub Tecnológico Scholas” en la nueva sede de Panamá, el proyecto de dos grandes encuentros en 2020 con los jóvenes de los Balcanes y de la Europa del Este, o, sobre todo, el espacio (el «hogar») para las víctimas de acoso y acoso en la red que se construyó dentro de una casa pediátrica en Milán.

Entre los diferentes proyectos también está el centro de formación que estará en el Monasterio de Pistoia, de las Benedictinas, que sor Ana y las demás religiosas, junto con los jóvenes que participan, presentó al Pontífice que estaba sentado en un silloncito en compañía del obispo Fausto Tardelli. Según la abadesa se trata de un “germinar” en el centro de Pistoia. Una expresión que sorprendió a Bergoglio y a la que respondió con una expresión típicamente argentina: «Es una joyita». «No puedo decir que José María (del Corral, presidente de “Scholas”, ndr.) sea una joyita», añadió bromeando, jugando con la ambigüedad del término que puede también referirse a personas de mala reputación.

Entre las risas y los aplausos de los presentes (tanto en carne y hueso como mediante el “hang out”) el Papa Francisco confesó que ha quedado muy sorprendido al ver en estos proyectos «jóvenes y ancianos en diálogo». «Es el desafío de hoy», dijo, porque no siempre se puede realizar este diálogo, «y los jóvenes pierden las raíces, el sentir de la historia, la pertenencia, mientras los viejos se sienten marginados y mueren tristes. Hay que instaurar este diálogo fecundo que evita jóvenes “líquidos” y sin raíces».

Como en otras ocasiones, el Papa repitió las palabras del profeta Joel: «Que los viejos sueñen y que los jóvenes profeticen». «La monja con el mate estaba soñando», añadió. Pero también los jóvenes (como las tres estudiantes que le contaron que estaban estudiando informática, o Maria Chiara, operadora que ayuda a las víctimas de acoso en la red), están realizando sus sueños.

«Los jóvenes esperan respuestas como estas. Jóvenes de diversas ciudades del mundo –recordó– han tomado la calle para defender el ambiente. Para defender la tierra. Los jóvenes tienen una potencia inimaginable, son creativos; lo que pasa es que la mayoría de las veces no tienen líderes que los conduzcan. Porque los buscan afuera y no se dan cuenta que los tienen dentro», afirmó el Papa. Y después concluyó: «Los jóvenes no son el futuro. Hay que corregir esa expresión, los jóvenes son el ahora de Dios… el hoy, porque si pensamos que los jóvenes son el futuro, es como decir que son “un mientras tanto”, un… “aguanta hasta que llegue tu hora”. Entonces ellos pierden la fuerza, pierden la ilusión. No se olviden: los jóvenes son el ahora, no son el futuro ni el mientras tanto de Dios. ¡No! ustedes no son el mientras tanto de Dios, son el ahora de Dios, así que ¡agarren la antorcha ahora! Gracias por esto, por salir adelante con coraje y no salir a protestar sin fundamentos porque sí, a veces protestar vale la pena, pero si te quedas solo en la protesta, no engendras… no das vida. A veces conviene protestar por algunas cosas, pero hay que construir y es lo que estoy viendo que está pasando acá. Ustedes están construyendo. Les aviso… se van a equivocar una y mil veces, pero es mejor equivocarse construyendo que equivocarse con los brazos cruzados».

«Coraje, sigan adelante, salgan con coraje», animó el Papa. Al final del encuentro titulado “Dame de beber”, rezó por los que «entre nosotros o afuera sienten que no tienen sed. Dales la sed, Señor, y dales el agua para que se puedan saciar».

Salvatore Cernuzio   –   Ciudad del Vaticano

Vatican Insider   –   Reflexión y Liberación

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