La Orden de Malta y la ‘diplomacia religiosa’
La relevancia de la Soberana Orden Militar de Malta en el mundo, tanto en su calidad de creadora de múltiples actividades médico-humanitarias como de actor diplomático en un vasto contexto internacional, fueron el punto central del discurso ante el Cuerpo Diplomático acreditado ante la Soberana Orden Militar de Malta el Gran Maestre Frey John Dunlap.
Dirigiéndose a un numeroso público, el Gran Maestre propuso como clave para comprender “el importante proceso de renovación emprendido por la Orden en el último año”, que desembocó en “un gobierno abierto a las reformas” y en una “clara y dinámica aceleración del proceso internacional”. actividad de la Orden”. De ahí también el objetivo perseguido por el nuevo gobierno de establecer relaciones diplomáticas con otros países y organizaciones regionales, para responder cada vez más eficazmente a las crisis humanitarias. Una acción diplomática que, sin embargo, requiere ciertas condiciones, quiso precisar el Gran Maestre, recordando que la Orden de Malta “cree en un orden internacional basado en los principios de la fraternidad humana y de la solidaridad (…), ya que sólo una “Un sistema basado en principios, reglas y mecanismos de cooperación mutua, mediación y resolución pacífica de conflictos puede garantizar el disfrute de los derechos humanos y una vida digna”.
Al recordar cómo, desgraciadamente, las zonas de crisis y de conflicto van en aumento, empezando por Ucrania y Tierra Santa, fray John Dunlap recordó las palabras del Pontífice que evocó el concepto de una “Tercera Guerra Mundial fragmentada”. A través de la diplomacia, afirmó el Gran Maestre, la Orden de Malta “ha instado constantemente a respetar el derecho internacional, el derecho internacional humanitario y las disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas”. Para lograr este objetivo, la Orden fomenta firmemente la “diplomacia religiosa” en contextos internacionales, ya que “las religiones son una poderosa fuente de inspiración y motivación para muchos individuos y grupos en todo el mundo”.
En el discurso ante el Cuerpo Diplomático se ilustró también la actividad diplomática e institucional que caracterizó el año pasado: desde la visita al Santo Padre en el Vaticano en mayo, hasta la visita a la isla de Malta (sede de la Orden desde hace casi 300 años ), hasta la visita oficial a la República Italiana en noviembre. Desde las numerosas visitas recibidas al Palacio y a la Villa Magistral, incluida la de los primeros ministros libaneses y ucranianos, hasta las numerosas ceremonias de presentación de Cartas Credenciales. Por último, pero no menos importante, la participación en la Conferencia de Seguridad de Munich, en la que la Orden de Malta organizó un evento específico sobre religión y diplomacia. Por último, la organización de encuentros con países amigos con el objetivo de ilustrar la misión y las actividades diplomáticas y humanitarias de la Orden de Malta.
Como es tradicional, la audiencia fue inaugurada por el Decano del Cuerpo Diplomático acreditado ante la Soberana Orden Militar de Malta, el Embajador de Camerún Antoine Zanga, quien dirigió un cordial saludo al Gran Maestre y al Soberano Consejo en nombre de todos los embajadores.
La Soberana Orden Militar Hospitalaria de San Juan de Jerusalén de Rodas y Malta, fundada en Jerusalén hacia el año 1048 y hoy con sede en Roma, es un sujeto primario de derecho internacional y una orden religiosa católica y laica. La misión de la Orden es dar testimonio de la fe y servir a los pobres y enfermos. Hoy en día, la Orden de Malta opera principalmente en el ámbito de la asistencia médica y social y de las intervenciones humanitarias y está presente en más de 120 países. Junto a sus 13.500 miembros, trabajan 95.000 voluntarios, apoyados por alrededor de 52.000 médicos, enfermeras y paramédicos. La Orden gestiona hospitales, centros médicos, clínicas, instituciones para ancianos y discapacitados, centros para enfermos terminales y departamentos de voluntariado.
Malteser International, la agencia especial de ayuda de la Orden de Malta, proporciona ayuda de emergencia en caso de desastres naturales y alivia las consecuencias de los conflictos armados. Actualmente, la Orden está comprometida en Ucrania y los países vecinos, en Siria e Irak para ayudar a la población. Junto con unidades italianas, el Cuerpo de Salvamento italiano de la Orden de Malta participa en las operaciones de rescate de embarcaciones llenas de inmigrantes en el Mediterráneo Central.
La Orden de Malta es neutral, imparcial y apolítica. Tiene relaciones diplomáticas con 113 estados, relaciones oficiales con otros 6 estados y relaciones a nivel de embajadores con la Unión Europea. Tiene status de observador permanente en las Naciones Unidas y sus agencias especializadas y está representado en los principales organismos internacionales. Desde 1834 el gobierno de la Orden de Malta tiene su sede en Roma, donde se garantizan los derechos de extraterritorialidad. La Soberana Orden de Malta está presidida por el Gran Maestre Fray John T. Dunlap, el primer no europeo en ocupar este cargo.
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