Noviembre 11, 2024

Sodano y Medina en la Crisis de la Iglesia

 Sodano y Medina en la Crisis de la Iglesia

(Felipe Barriga A.)-

Quisiera hacer algunos alcances a la carta del  Papa Francisco dirigida a los obispos de Chile.

 Voy a esbozar a grandes rasgos asuntos que son complejos y necesitarían mayor precisión. Fui ordenado sacerdote en 1963 y he sido testigo de casi todo el tiempo que el Papa Francisco abarca en sus reflexiones.

En el punto 1. “Es necesario que él crezca…”, Francisco hace un elogio de la fuerza profética del episcopado de Chile, esa fuerza profética se manifestó en la aplicación del Concilio Vaticano II, de las cartas de Pablo VI, de la Conferencia de Medellín, y de otros eventos proféticos. Francisco también señala que más adelante esa fuerza profética se manifestó en gran parte de la iglesia chilena frente a la Dictadura.

No menciona, sin embargo, la fuerte y subterránea resistencia al Concilio de parte de algunos obispos.

En el punto 2. “… Y que yo disminuya”, Francisco se pregunta por qué la iglesia chilena perdió su inspiración y fuerza profética, y más aún, cómo es que llegó a ser una jerarquía centrada en sí misma.

Me parece que aquí Francisco elude el problema más serio: Apagar la fuerza profética de la jerarquía chilena fue una política creada, dirigida y alimentada desde la Curia vaticana.

El nuncio Sodano estuvo 10 años como nuncio en Chile para cumplir esta tarea (habitualmente un nuncio está dos o tres años en el cargo). Fui testigo de cómo envió a diócesis lejos de los centros de poder a los obispos más proféticos: Fernando Ariztía, Enrique Alvear, Sergio Contreras, Carlos Camus, Tomás González, Jorge Hourton y más de alguno que se me puede escapar. En todo caso me alegro por esas diócesis pequeñas.

Al mismo tiempo, se nombraba Obispo a sacerdotes sin carisma profético y muy sumisos a las instrucciones de la Curia vaticana.

Estas acciones fueron las que directamente generaron la pérdida de fuerza profética y el cambio de centro al que alude el Papa. Cabe señalar también que el Papa Juan Pablo II aprobó esta gestión – Sodano elevándolo al más alto cargo de la Curia vaticana, al nombrarlo Secretario de Estado por el resto de su tiempo.

De acuerdo con estos alcances hace falta que se investigue y exija las responsabilidades de Angelo Sodano, de su operador e informante en Chile; Jorge Medina Estévez, y algunos otros de esta verdadera asociación ilícita.

En lo personal, me cabe señalar, que esta misma decadencia de la fuerza profética me llevó a una profunda decepción de la iglesia y a solicitar al Papa Benedicto la dispensa de mis compromisos sacerdotales, lo que me fue concedido en 2005.

Felipe Barriga Alliende

Editor