Marzo 28, 2024

“Ignorar el mal de la Iglesia no es hacer buen periodismo”

 “Ignorar el mal de la Iglesia no es hacer buen periodismo”

Paolo Ruffini se ha convertido en el primer laico de la historia a la cabeza de un organismo de la Santa Sede. En julio del pasado año fue nombrado nuevo prefecto del Dicasterio vaticano para la Comunicación, una tarea que, asegura, “hace frente con ayuda del Espíritu Santo”.

Ruffini nació en Palermo en 1956 y es licenciado en Jurisprudencia por la Universidad La Sapienza de Roma. Ha trabajado en varios medios como en “Il Mattino” de Nápoles,  “Il Messagero” de Roma, en Radio Rai o en el canal Rai 3, entre otros.  En 2014 fue nombrado director del canal Tv 2000, ocupación que dejó para hacer frente a la tarea requerida por el Santo Padre.

Ruffini nos recibe en Roma en su luminoso despacho de Via della Conciliazione número 5, donde hablamos de cómo trabajan en el Dicasterio, sus principales retos o los cambios llevados a cabo por el Papa Francisco.

¿Cuántas realidades componen el Dicasterio de la Comunicación y cómo trabajan?

El Dicasterio está compuesto por sus Miembros, que son cardenales, Obispos, consagrados y laicos católicos, expertos en comunicación de todo el mundo. Los guía el Prefecto, con el Secretario y el Asesor. El Dicasterio está compuesto por diferentes direcciones: Está la Dirección Editorial, la Dirección Teológica pastoral, la Dirección de la Sala Stampa y otras direcciones más de soporte; la Dirección Tecnológica y la dirección de Asuntos Generales.

Si echamos la vista atrás, ¿qué es lo que ha confluido en el Dicasterio? Antes de formar el Dicasterio existían nueve realidades: El consejo Pontificio para las comunicaciones sociales; la Oficina de Prensa de la Santa Sede; el Servicio Internet del Vaticano; Radio Vaticana; Centro Televisivo Vaticano; L’Osservatore Romano; Tipografía Vaticana; Servicio fotográfico y la Librería Editora Vaticana.

Hoy en día centramos los esfuerzos en que la comunicación responda a un criterio sinérgico legado al tiempo, sabemos que la comunicación va evolucionando. A través de nuestro smartphone podemos escuchar la radio, leer el periódico o utilizar las redes sociales. Nuestro objetivo es poner en conjunto todas estas realidades.

Dentro de la Dirección Editorial se encuentra Radio Vaticana, Vatican News, L’Osservatore Romano y la Librería Editora Vaticana. En la Dirección Teológica pastoral llevan toda la relación con las conferencias episcopales de todo el mundo y comprende todo aquello que es relevante para la gestión operativa de Vantican.va, o de la cuenta Twitter del Papa Pontifex Franciscus, y  la aplicación Click to Pray.

Y luego toda la parte de la Sala Stampa (Sala de Prensa) que ha pasado por digamos una fase complicada tras la dimisión de Paloma Ovejero y Burke. Se ha buscado un camino de reforzamiento para formar un equipo.

Se busca crear una sinergia entre por ejemplo el L’ Osservatore Romano y Radio Vaticana y los portales y entre no sólo la actividad que le corresponde a la Dirección Editorial sino también a la Teológica Pastoral, que haya una sinergia entre todos, una unión entre la comunicación verbal y escrita.

¿Existía esta sinergia antes del Papa Francisco?

No. Existía en la medida que siempre estamos hablando de la Santa Sede. Se intentaba establecer una sinergia entre cada Dicasterio, pero tenía una estructura donde cada una de estas realidades era autónoma en su propia gestión. La Editrice vaticana tenía su propia autonomía en cuanto a su gestión, la tipografía también, Radio Vaticana también era autónoma en su propia gestión…

Esta sinergia tiene una doble ventaja. Por un lado comunicativo, trabajar como un equipo. Se trata de una formación creo que más clara, más completa, más coherente en el que cada uno tiene un papel y cada uno trabaja cerca del otro. Una cercanía económica, cultural para en definitiva dar el mismo producto, aunque unos den la noticia, otros lo hagan con mayor profundidad, otros lo hagan a tiempo real a través de las redes sociales… etc

¿Podría darme un ejemplo?

Por ejemplo la Homilía de Santa Marta. Primero en Radio Vaticana se habla de la homilía, luego se publican las palabras del Papa en su cuenta de Twitter y en las redes sociales en tiempo real. Cuando sale L’ Osservatore puede hacer una profundización de la Homilía. Se trata de una cosa rutinaria pero muy importante para la comunicación de este pontificado donde el Dicasterio ha creado una cadena unificada.

Otro ejemplo es la cumbre sobre abusos a menores dentro de la Iglesia. Hemos trabajado en equipo. Tratamos de mantener esta unidad. Trabajamos en tantas lenguas que es inútil hacer una traducción en español por ejemplo para L’ Osservatore y otra traducción para Radio Vaticana, es mejor hacer una que sirva para todos, este es el sentido de trabajar en equipo.

¿Cuántos empleados trabajan en el Dicasterio?

En total somos más o menos unos 580, entre periodistas y otros trabajadores. Desde el punto de visa del personal, la reforma ha reducido el número de empleados en torno a unas 60 personas.

 De todas las realidades que componen el Dicasterio, ¿cuál es la más grande?

Las dos realidades más grandes son la Dirección editorial, con cerca de 200 trabajadores y la dirección tecnológica, donde trabajan alrededor de unos 120. Luego la administrativa, con cerca de 60 trabajadores. Las más pequeñas son la Dirección Teologico Pastoral y la Sala Stampa.

Todavía no se puede hablar con certeza porque en el Dicasterio se está llevando una reforma que todavía está desarrollándose.

El 23 de junio de 2018, el sitio web oficial de la Santa Sede publicaba la decisión del Santo Padre de que la Secretaría para la Comunicación pasaba a denominarse “Dicasterio para la comunicación”, con el objetivo de “agrupar a todas las realidades que hasta hoy se han ocupado de la comunicación bajo un nuevo dicasterio de la Curia romana para responder mejor las exigencias de la misión de la Iglesia”. ¿Cuál es la diferencia entre Secretaría y Dicasterio?

En realidad digamos que también era un Dicasterio incluso cuando era una secretaría. Desde el punto de vista de la función que realiza, en realidad siempre ha sido un dicasterio. Era un Dicasterio y se ha mantenido como un Dicasterio. El cambio de nombre responde más a un alineamiento con los nombres de los otros nuevos dicasterios creados que a la misión y función, que permanecen invariadas.

Desde 2013 hemos visto como el Papa Francisco está haciendo un reforma “desde abajo” y no “desde arriba”, en el sentido que primero hace los cambios y luego publica la Constitución Apostólica, para de alguna forma dar sentido a todo lo que ha hecho previamente. ¿Es la primera vez que se hace esto en un Pontificado? ¿Sigue Francisco algún modelo anterior?

No se dar una respuesta pero la historia de la Iglesia es siempre la historia de un proceso. Se va complementando, es una reforma que siempre va en camino. Algunas de estas cosas digamos que en un cierto punto se consolidan, pero pertenecen a la historia de la Iglesia, a un proceso general. Yo lo entiendo así.

¿Por qué cree el Papa le da tanta importancia a la comunicación en su pontificado?

Pienso que no solamente este sino todos los papas lo han hecho. La Iglesia es anuncio y comunicación. Toda la comunicación tiene un papel fundamental en la construcción de la sociedad en sí misma, en la construcción de las relaciones… No me parece exacto decir que este Papa considera la comunicación importante y que los otros papas no tanto. Recordamos a Pablo VI que concedió mucha importancia a la comunicación, a Juan Pablo II que ha sido un grandísimo comunicador, Juan Pablo I, que a pesar de su cortísimo pontificado renovó el lenguaje de la comunicación y también Benedicto XVI. Para la Iglesia, la comunicación es misión. No me parece exacto decir que este Papa ha hecho algo en la comunicación respecto a lo que han hecho los otros. Todos los papas lo han hecho, aunque de forma distinta, porque cada uno es como es y en cada pontificado el mundo va cambiando, pero la comunicación ha tenido siempre una importancia fundamental.

Parece que Francisco quiere cambiar no sólo la organización del Dicasterio, sino también a las personas que trabajan en el…

Todos debemos convertirnos continuamente y entender nuestras imperfecciones.  El Evangelio nos llama a todos a la conversión. No solo deben trabajar en conciencia los empleados del Vaticano o la Santa Sede. Todo bautizado, todo cristiano está llamado a la conversión permanente. Conocer el propio límite y saber que no somos santos, porque no somos perfectos. Pero el Papa no cree que una estructura per se pueda garantizar el bien si el bien no procede de una conversión. Si eres verdadero y auténtico comunicarás de una forma verdadera y auténtica. Todo el que trabaja en el Vaticano o en la Santa Sede está llamado a la conversión esencial porque es la estructura que nos dice como construir un sistema que solo hace el  bien.

¿Cuáles son los principales retos del Dicasterio?

El principal reto en mi opinión es lograr comunicar bien a las personas de nuestro tiempo con el lenguaje de nuestro tiempo el Magisterio de la Iglesia y la voz del Papa. Ese es el verdadero reto, tratar de adentrar la comunicación en relación con los hombres y el lenguaje de nuestro tiempo. Depende de nuestra capacidad de relacionarnos con cualquiera que esté interesado en la Iglesia. Este es el reto. La comunicación algunas veces se concentra sobre una agenda que a lo mejor no es la nuestra. Se debe hacer siempre con transparencia, justicia y misericordia.

Y luego existe un reto organizativo. Hacer trabajar a nueve instituciones en base a una sinergia y participar como discasterio de la luz del Magisterio de la Iglesia. Lograr una buena relación no solo entre las personas que trabajan aquí sino también entre los que trabajan en otros dicasterios. Crear una red que permita esa relación.

Y también otro reto es sabernos adaptar a las nuevas tecnologías y medios que existen. No “absolutizando” el medio. La finalidad es comunicar pero para ello se necesitan los medios. Pablo VI decía que “hay decir la verdad a los hombres de su propio tiempo, aunque los hombres del propio tiempo no la comprendan”.

Si tú hablas español a un indiano no entenderá nada, porque debes hablarle en tamil. Tenemos que comunicar en muchos idiomas a través de los instrumentos que tenemos a nuestra disposición. No podemos escribir en un pergamino o una carta, hay que adaptarse al ordenador.

La tecnología sigue avanzando y muchas veces puede convertirse en una amenaza para la comunicación y el buen ejercicio del periodismo. ¿Qué me puede decir de las  ‘Fake News’?

Si lo piensas, todas las cosas se pueden hacer bien o mal. Todo lo que tenemos a nuestra disposición puede ser utilizado bien o mal. Esto podemos decir que tiene una responsabilidad particular y una responsabilidad colectiva. ¿Cómo se puede hacer para que la tecnología se utilice bien? Ciertamente decimos que existe una dimensión que pertenece o que parte del Magisterio. Debemos de ser conscientes de lo que publicamos en las redes. Y luego la responsabilidad particular, el hecho de que cada uno debe saber qué es lo verdadero, tener sentido de justicia.

Se debe de trabajar poco a poco en crear un clima de conciencia, un pacto para el uso responsable de las tecnologías. Existe un pacto, unos códigos en el periodismo pero hoy en día todos podemos generar noticias a través de las redes o whatsapp que pueden ponerse en contra de este pacto. Por eso debemos de ser conscientes. La tecnología es un instrumento muy poderoso que puede generar mucho bien pero al mismo tiempo mucho mal.

Se ha convertido en el primer laico al mando de un Dicasterio. ¿Se necesitan más laicos dentro de los dicasteriors de la Santa Sede?

En este Dicasterio hay muchos laicos. Pienso que en general los laicos deben de ser conscientes de que tienen un papel esencial dentro de la Iglesia. No puede existir la idea de que la Iglesia no necesita a los laicos. Hay algunas funciones que un laico puede hacer y otras que no puede hacer, que son específicas de los sacerdotes. Creo que hay algunas funciones que la Iglesia necesita, las cuales los laicos no deben eludir. Pero pienso que no se trata de un tema de contabilidad, decir cuántos laicos y cuántos consagrados y sacerdotes debería haber. Nos consideramos una Iglesia, podemos trabajar y colaborar juntos entre laicos, religiosos, consagrados, ordenados… Lo importante es entender que el laico también recibe una llamada de la Iglesia que no es exclusiva de las personas consagradas. La llamada se hace a todos solo que las funciones son distintas.

En más de una ocasión ha defendido la importancia de la ética y la veracidad en el periodismo religioso. Por desgracia, en la Iglesia no siempre “brilla el sol” ¿Cree que son necesarios los medios que, además de informar sobre lo bueno de la Iglesia lo hacen también de lo malo a modo de denuncia?

Yo creo que el tema no es que haya medios que hablen de las cosas buenas y otros que hablen de las cosas malas. Pienso que para cada cabecera, cada publicación, lo ideal sería decir la verdad, comprender que existe el mal pero intentar buscar también el bien y siempre contextualizar.

Si yo solamente cuento el mal, no estoy contando cómo es realmente la Iglesia. Esto en mi opinión no sería un buen periodismo. Pero ignorar el mal, al mismo tiempo no es un buen periodismo.

Si solamente contamos el mal estaremos equivocados. Podemos crear un clima de miedo. Contextualizar para explicar que la Iglesia es un conjunto. Debemos de tener presente que desgraciadamente el mal está presente en todos lados pero también hay muchísimo bien.

Es como la Parábola del trigo y la cizaña, tenemos que ser conscientes que aquello que escribimos debe responder a la veracidad. Es un instrumento que puede generar mucho bien, pero también mucho mal.

Almudena Martínez-Bordiú   –   Roma

InfoVaticana

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