Abril 19, 2024

Condena mundial por masacres en Myanmar

 Condena mundial por masacres en Myanmar

En menos de dos meses, las fuerzas de seguridad han matado a 35 niños

“Un niño y una niña de 11 años, dos niños y una niña de 13, tres chicos de 16 y dos de 17. Todos ellos han muerto debido a disparos. Una bebé de un año ha resultado gravemente herida tras recibir el golpe de una bala de goma en un ojo. Estas son las últimas víctimas infantiles del día más sangriento en Myanmar desde el golpe militar del 1 de febrero.

En menos de dos meses, al menos 35 niños han sido presuntamente asesinados, innumerables más han resultado heridos y casi 1.000 niños y jóvenes han sido detenidos arbitrariamente por las fuerzas de seguridad en todo el país. Millones de niños y jóvenes se han visto expuestos directa o indirectamente a traumáticas escenas de violencia, lo cual amenaza su salud mental y su bienestar emocional.

Estoy horrorizada por los asesinatos indiscriminados, incluidos de niños, que están teniendo lugar en Myanmar y por el fracaso de las fuerzas de seguridad para actuar con moderación y garantizar la seguridad de los niños. Como ha dicho el Secretario General de la ONU, los responsables de estas acciones, que sin duda constituyen atroces violaciones de los derechos de los niños, deben rendir cuentas.

Además de las consecuencias inmediatas de la violencia, los efectos de la crisis sobre los niños del país a largo plazo podrían ser catastróficas.

La prestación de servicios esenciales para los niños se ha detenido: casi un millón carece de acceso a vacunas clave; cerca de 5 millones no están recibiendo suplementos de vitamina A; alrededor de 12 millones corren el riesgo de perder otro año de aprendizaje; más de 40.000 no reciben tratamiento para la desnutrición severa aguda; cerca de 280.000 niños y madres vulnerables perderán el acceso a las ayudas en efectivo, que constituyen su salvavidas; y más de 250.000 niños perderán su acceso a servicios básicos de agua, higiene y saneamiento.

Esta pérdida de acceso a servicios clave, junto con la contracción económica que empujará a más personas a la pobreza, pone en riesgo a toda una generación de niños y jóvenes. Ya están en riesgo de sufrir un profundo impacto físico, psicológico, emocional, educativo y económico, que les niega potencialmente un futuro próspero y saludable.

Las fuerzas de seguridad deben dejar inmediatamente de perpetrar abusos sobre los derechos de los niños, y deben garantizar la seguridad y protección de los niños en todo momento. Además, deberían cesar la ocupación de las instalaciones educativas. Deben proteger a todos los trabajadores esenciales –incluidos los trabajadores sanitarios y los profesores- que proporcionan servicios vitales a los niños y sus familias.

El compromiso de UNICEF con los niños de Myanmar sigue siendo inquebrantable. Tras 70 años en el país, llegar a todos los niños, incluidos los rohingya y los de otros grupos minoritarios, con servicios vitales en tiempos de conflicto y crisis sigue siendo la principal prioridad.

No debemos fallar a los niños de Myanmar en estos momentos críticos, cuando sus vidas, bienestar y futuro están en juego. Siempre estaremos con firmeza a su lado”.

Henrietta Fore; directora ejecutiva de UNICEF / Nueva York

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