Octubre 10, 2024

Columna de la Paz

 Columna de la Paz

Trátenme de iluso, soñador, ingenuo… Pero creo que la única forma de parar la guerra, ésta y todas, es con la Paz.

Por eso imagino y sugiero una forma pacífica: que miles de personas de todo el mundo, de todas las creencias, con un mucho de paz y amor en su corazón vayamos en marcha a esos países en guerra sin otro armamento más que el amor y el corazón. Sin criticar ni rechazar a nadie, acogiendo a todas las personas. Y sería estupendo que nos abanderase algún premio nobel de la paz, el Papa, el Dalai Lama o alguna persona así, no por su importancia sino por ser Personas de Paz. Al frente, una bandera blanca.

Creo que es la única arma capaz de ayudarnos a toda la humanidad a encontrar ese tesoro de paz que yace en todo corazón. Yo, como creyente, fiándome de Jesús que dijo “La paz os dejo mi Paz os doy”. Pero cada uno desde lo mejor que hay en su interior.

Todos cobijamos los mejores deseos y pensamientos. Columnas que pueden surgir de cada rincón del mundo y que pasemos por todos los centros de todas Las guerras. Que se vayan uniendo personas de todo credo, ideología, raza…

Todas sembrando un mundo de buenos deseos, de corazones en los que reine la armonía, el perdón, la fraternidad. Sin duda que, si hay miles de columnas, acabaremos por sembrar el mundo de paz.

Mientras surgen esas columnas de paz, me atrevo a sugerir que todos los días, a las 12 del mediodía, hagamos un acto de paz y de amor a todas las personas, también a las violentas, mandándoles flecha de cariño, perdón y pacificación.

He visto que el hielo se derrite con el calor. El odio y la guerra con la paz; cuanto más profunda sea, más eficaz.

Transmitiendo buenos deseos y, si somos creyentes, descubriendo al Dios de la Paz actuando ya en lo interior de cada hombre y mujer. Creemos una columna creadora de PAZ Y nos daremos una vuelta lenta por las treinta guerras que hay en el mundo y bajaremos a las vallas de Melilla con el dolor de tantos sudafricanos deseosos de saltar hacia la libertad.

Y un sueño: ver a Kirill y al Papa en Ucrania saliendo todos los días a una misma hora a orar por la paz. Amén.

Gerardo Villar – País Vasco

Fe Adulta  –  Reflexión y Liberación

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