Julio 27, 2024

Armas USA para el Genocidio en +Gaza

 Armas USA para el Genocidio en +Gaza

Continúa el avance de los tanques y tropas israelíes sobre Khan Younis, mientras Estados Unidos está en medio de la tormenta por vetar en la ONU un inmediato ‘Alto al fuego’.

Más de dos meses después del inicio del conflicto entre Israel y Hamás, la Franja de Gaza es ‘un infierno en la Tierra’: Philippe Lazzarini, jefe de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), no se anda con rodeos para describir la situación en la enclave. Los habitantes, sin suministro de alimentos, agua o combustible, corren el riesgo de morir de hambre, mientras que el colapso de los hospitales y el fallo del sistema de alcantarillado provocan la propagación de enfermedades. En los últimos días, la ofensiva israelí se concentra en Khan Younis -donde aparentemente se esconde Yahya Sinwar, líder de Hamás en la Franja-, pero los bombardeos no dan tregua y continúan a un ritmo continuo en varias zonas del enclave donde se encuentran las víctimas, ahora se calcula que son más de 18.000. “Se acabó, ríndete, no mueras por él”, dijo el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dirigiéndose a los combatientes del grupo, mientras que el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, advirtió que “la situación está evolucionando rápidamente hacia una catástrofe” que podría haber consecuencias irreversibles para los palestinos y toda la región. 

En la cercana Cisjordania, hubo un día de huelga general: tiendas, escuelas y oficinas gubernamentales permanecieron cerradas para pedir un alto el fuego, mientras desde la Iglesia de la Natividad en Belén llegaba la noticia de que las celebraciones navideñas de este año se reducirán a una mínimo. ‘No podemos celebrar cuando nuestros hermanos y hermanas están muriendo’, dijo Issa Thaljieh, sacerdote ortodoxo griego de la Iglesia de la Natividad, la Basílica bizantina del siglo IV cuya cripta contiene el lugar donde, según la tradición, nació Cristo.

Tras el veto de la ONU, injustificable ante la opinión pública internacional, la reciente venta de armas estadounidenses a Israel: el Departamento de Estado y el Pentágono han declarado que el La administración del presidente Joe Biden ordenó la venta de 45.000 municiones de tanque al gobierno de Tel Aviv. Una facturación por valor de un total de 500 millones de dólares. Sin embargo, para hacer esto, sin incurrir en una votación con resultado incierto en el Congreso, la Casa Blanca habría recurrido a la Ley de Control de Exportaciones de Armas, una regulación especial relacionada con emergencias de seguridad nacional. 

Para el secretario de Estado, Antony Blinken, no hay nada inusual: “La venta – afirmó – responde a los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos”. Pero citando funcionarios anónimos, en los últimos días el Washington Post había revelado que, en el caso de Israel, Estados Unidos no seguiría las directivas que el propio Biden había establecido en febrero, exigiendo que todas las transferencias de armas a gobiernos extranjeros estuvieran sujetas a a un examen riguroso del historial de cumplimiento del destinatario de los Convenios de Ginebra y otros tratados que protegen a la población civil en tiempos de guerra. La noticia ha planteado más de una pregunta y ha alimentado nuevas críticas incluso en los círculos progresistas de Estados Unidos, con cuyos votos podría contar Biden para ganar la reelección el próximo año.

‘No es la primera vez que Estados Unidos se encuentra solo en la defensa de Israel en la ONU. De hecho, desde la década de 1970 hasta hoy, han sido precisamente las resoluciones sobre el conflicto palestino-israelí en el Consejo de Seguridad las que han atraído el mayor número de vetos estadounidenses. La última, frente a 13 votos a favor y la abstención británica, pone de relieve sin embargo el profundo aislamiento de Estados Unidos y la situación casi imposible que se ha presentado para la administración Biden. Incapaz de contener al aliado israelí; poco creíble como mediador indispensable en el relanzamiento de un proceso de negociación cada día más irreal; y contestado internamente por un porcentaje cada vez mayor de votantes democráticos que ahora son más críticos que nunca con Israel’. (Mario Del Pero).

ISPI / Milán

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