Marzo 19, 2024

Fernando Vives, SS.CC. 50 años de sacerdocio

 Fernando Vives, SS.CC. 50 años de sacerdocio

“Poder servir con humildad hasta que mis fuerzas se acaben”, es el deseo del religioso de los Sagrados Corazones, padre Fernando Vives, al cumplir este 8 de julio 50 años de sacerdocio y presidir la misa por este aniversario en su parroquia de la Anunciación, en Plaza Pedro de Valdivia.

Entre otras tareas desarrolladas, fue tres veces vicario de la Zona Cordillera, a petición de los cardenales Francisco Javier Errázuriz y Ricardo Ezzati; capellán católico de La Moneda, cargo que ejerce desde 2014, y servicios sacerdotales prestados en los colegios de la congregación y diversas parroquias en Concepción, Talcahuano, Viña del Mar y Santiago. Entre ellas, como explicó el coordinador del consejo pastoral, Juan Pablo Medel, Nuestra Señora de Los Parrales; San Gregorio;San Pablo; San Juan Evangelista, de Gómez Carreño; Jesucristo misionero, de Reñaca Alto; Sagrados Corazones y La Anunciación.

La Eucaristía, para la cual el templo parroquial se hizo estrecho, fue concelebrada por el cardenal Francisco Javier Errázuriz; monseñor Javier Prado, obispo emérito de Rancagua; religiosos y religiosas de los Sagrados Corazones; miembros del clero del Arzobispado de Santiago y diáconos permanentes. También participaron Humberto Lagos, director de la Oficina Nacional de Asuntos religiosos, en representación de la Presidenta Michelle Bachelet; representantes de diversas parroquias donde el padre Fernando ejerció su ministerio; miembros de la vicaría Zona Cordillera; y la familia del religioso.

Su emotivo testimonio del amor de Dios

En su homilía, varias veces con su voz quebrada por la emoción, expresó que “estos años de ministerio han sido para mí una experiencia misericordiosa del amor de Dios, de un Jesús cercano, amigo, con todo su poder sanador, en mi propia persona y en los demás. Tantas veces, afligido y agobiado, he acudido al Señor, clamándole que él sea la fortaleza. Y en él he encontrado alivio y paz”. Luego, valoró la vida en comunidad de la fe cristiana, para dar testimonio especialmente “a los afligidos y agobiados, para que encuentren en Jesucristo el alivio y la paz y puedan levantarse y caminar“. Al respecto contó que “nosotros nacimos dos, mi hermano mellizo y yo. Desde el comienzo me estaba diciendo Dios que la vida es comunidad, es familia. Y así crecimos, fui aprendiendo desde tan pequeño que la vida se vive en familia, junto a otros hermanos. La vida es para darla, no para guardarla con egoísmo para sí mismo”.

A los 17 años Fernando Vives sintió el llamado de seguir a Jesús” con radicalidad”, vocación que se solidificó durante su estada en el Seminario de Los Perales, de la Congregación de los Sagrados Corazones, donde fue formado por religiosos como los padres Esteban Gumucio, Beltrán Villegas, Pablo Fontaine y Ronaldo Muñoz.

Luego, manifestó que “ustedes y muchos otros me fueron enseñando a escuchar, a acoger y a acompañar; a perdona r y a luchar, compartiend oel dolor y el sufrimiento de los más pobres y excluidos. Había que luchar por la dignidad de las personas, en esas circunstancias concretas anunciar el Evangelio, la Buena Noticia de Jesús a los afligidos y agobiados, para que Cristo fuera para ellos alivio y vida y se levantaran para seguir trabajando y luchando por la vida de todos”. Además, dijo, le enseñaron a ser pastor “con olor a oveja”, como dice el Papa Francisco, “aunque todavía no tengo mucho olor a oveja, me falta mucho compartir, mucho escuchar, acompañar, estar con ustedes”.

Al finalizar su homilía expresó: “Esto es lo que humildemente quiero vivir hasta el final de mis días, dar la vida por los que uno ama, con la ayuda de Jesús y la ayuda de ustedes”. Después agregó: “Quiero poder servir con humildad hasta que mis fuerzas se acaben. Ser fiel al Señor, al ministerio sacerdotal e invitar muy especialmente a los jóvenes a tomar este camino, porque vale la pena”.
Al finalizar la misa, su hermano José Manuel Vives dio gracias a Dios por los 50 años de servicio pastoral del padre Fernando, quien, dijo, es “reflejo del Buen Pastor”, y destacó la labor pastoral desarrollada por el religioso en las dos oportunidades en que ha sido párroco de La Anunciación.

Por último, el propio padre Fernando leyó saludos que le llegaron de diversas autoridades civiles, obispos, sacerdotes y laicos. Posteriormente, la comunidad compartió un ágape con el religioso, para completar esta celebración.

Comunicaciones Arzobispado de Santiago

 

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