Carlos Mugica; Mártir por la causa de los pobres
La Facultad de Teología de la UCA, en acuerdo y a pedido de la Conferencia Episcopal Argentina, acaba de publicar La verdad los hará libres, la Iglesia católica en la espiral de violencia en Argentina 1966-1983, primer tomo de tres anunciados. Se lo presenta como un trabajo académico en base a documentos y archivos, muchos de ellos a los que se accede por primera vez, que serán analizados en el segundo tomo: La Conferencia Episcopal Argentina y la Santa Sede frente al terrorismo de Estado 1976-1983.
El párrafo que hace referencia al asesinato de Carlos Mugica (páginas 125-128) resulta extraño, y parece señalar que casi todos los trabajos, libros o artículos sobre su vida y asesinato son parciales y no miran “la verdad”. Dejo de lado que no hay análisis sobre la relación de Mugica con el arzobispo (“Carlos, ¿no tenés miedo de que te maten?”, le preguntaron. “Tengo miedo de que el arzobispo me eche de la Iglesia”, respondió; o la publicación en el Boletín Eclesiástico de la Arquidiócesis de una crítica falsa a partir de su artículo “Jesús y los revolucionarios de su tiempo”, que monseñor Canale se comprometió a corregir, cosa que nunca hizo.)
El artículo menciona en varias ocasiones a los Montoneros, incluso en referencias que nada tienen que ver con él, y ni una sola vez a la Triple A. La frase que el arzobispo Aramburu dijo al padre Héctor Botán (“Ahora no me van a negar que Mugica era montonero”) es ignorada. Finalmente, pareciera que la evaluación sobre su persona queda en manos de la revista Criterio, lo cual –también– resulta un criterio de análisis. Fue matado (¿qué duda cabe?) pero la “verdad” sobre su asesinato recae en “manos anónimas” como las que pusieron “una bomba en su casa familiar”. Y, mirando el supuesto contexto que se presenta, queda claro que los Montoneros fueron responsables de su asesinato.
Nada de eso afirman con seriedad investigadores que buscan “la verdad”. Y nada de eso afirmaban los curas amigos de Mugica. Es cierto que la jerarquía eclesiástica de entonces “quería” que hubieran sido los Montoneros los responsables del crimen. Y eso parecen querer, también, los autores del texto.
Aporte: Una amiga, buena conocedora de Carlos y autora de un libro, simplemente acota: “De Mugica no dicen nada nuevo. Solo omiten”.
Edurado de la Serna – Buenos Aires