Octubre 3, 2024

Para Jesucristo el verdadero valor es el hombre, no el dinero

 Para Jesucristo el verdadero valor es el hombre, no el dinero

Cuidar de la Creación es cuidar del Hombre,

cuidar del Hombre es cuidar de Dios en el Hombre.

Mateo 6, 24-34:

Dijo Jesús a sus discípulos: “Nadie puede estar al servi­cio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al con­trario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero. Por eso os digo: no estéis agobiados por la vida pensando qué vais a comer, ni por el cuerpo pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vesti­do? Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podría añadir una hora al tiempo de su vida? ¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan, ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues si la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o cómo os vais a vestir. Los paganos se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso. Sobre todo buscad el Reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por aña­didura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos”.

Desigualdad en el mundo.- Dice Jesús: “No podéis servir a Dios y al dinero”, posiblemente es la frase más revolucionaria que se pronunció a lo largo de toda la historia de la humanidad, porque el Dios verdadero es la máxima liberación, mientras que el dios dinero es la máxima opresión. El dinero es el rival de Dios, porque es el rival del hombre y la naturaleza. Son dos polos diametralmente opuestos. El dios dinero está actualmente impidiendo a gran parte de la población mundial tener lo necesario para vivir dignamente. Habitamos el planeta actualmente 7500 millones de personas: Imaginemos el mundo como una gran tarta: el 1 %, o sea, 75 millones tienen la mitad de la tarta, la mitad de lo que hay en todo el planeta, y todos los demás, o sea, 7524 millones la otra mitad. Es decir, que el 1% de la humanidad tiene tanto como el 99 % restante. Tan es así, que 257 individuos tienen tanto como 2800 millones de personas. En Europa hay 122 millones de pobres y podrían llegar a ser 146 millones en el año 2025. ¡Para qué tanto almacenar!

Y no solo eso, sino que la desigualdad a nivel mundial está creciendo cada vez a más velocidad. Hoy la razón de la humanidad está loca, porque solo una razón enloquecida es capaz de generar una desigualdad tan enorme en el mundo como la actual. La velocidad de acumulación de dinero y su poder en muy pocas manos es muy superior a la velocidad de reacción de los gobiernos para neutralizarla, señala Krugman, Nóbel de Economía 2008.

Desigualdad en España.– España es el país más desigual de la Unión Europea. Bruselas alerta a España de los altos niveles de desigualdad, pobreza y exclusión social, entre los más elevados de la UE. Y de los problemas de un mercado de trabajo que, a pesar de la catarata de reformas, presenta una de las tasas de temporalidad más altas de los veintiocho y arroja datos alarmantes: el 13,1% de los españoles que tienen trabajo están en riesgo de pobreza. De no cambiar las políticas económicas que se están aplicando en el año 2025 podría haber en España veinte millones de personas en riesgo de exclusión social. La desigualdad en España es tan alta que tan sólo tres personas acumulan la misma riqueza que 14,2 millones de españoles, con el agravante, consentido por los gobiernos de turno, de que los más ricos de España dejan de ingresar al erario público aproximadamente 550 millones de euros como resultado de canalizar su dinero a través de los 15 paraísos fiscales más agresivos, mientras que el Fondo de Reserva de las Pensiones se está quedando a cero. ¡Para qué tanto almacenar!

Y en Asturias.– Esto no es algo que pasa allá muy lejos, sino que nos alcanza a todos: Uno de cada tres niños y adolescentes asturianos está en riesgo de pobreza. Asturias aparece en posiciones de cabeza, en el conjunto de las CC AA, en tres conceptos básicos estudiados: a)aumento de la pobreza -en unión de La Rioja y Aragón-; b)incremento del número de hogares sin ingresos -junto a Navarra y Galicia-, y c)mayor caída de las rentas más bajas -en compañía de Andalucía y Castilla-La Mancha (Informe Oxfan)

Organismos internacionales.– Además actualmente unos seres completamente extraños al pueblo como el FMI (Fondo Monetario Internacional), el BM (Banco Mundial) o la OMC (Organización Mundial de Comercio) imponen políticas devastadoras a gran parte de la humanidad. Hacen la política desde hoteles de lujo sin ver ni conocer a las personas cuya vida van a destruir con sus decisiones. (Rodrigo Rato fue tres años Director del FMI…). Esos organismos imponen políticas económicas muy duras a los países pobres a favor de los ricos, hasta el punto de obligar a los pobres a vender patrimonio del Estado, o sea, del pueblo, para que paguen sus deudas a los ricos de países ricos que les prestan dinero. Los mayores obstáculos para el desarrollo de los países pobres están en las multinacionales de los ricos de los países ricos.

Sociedad de consumo.– Todos tenemos obligación de satisfacer nuestras necesidades básicas, y satisfacer nuestras necesidades básicas también es espiritualidad. Pero la Sociedad de consumo, con todo su aparato mediático a su servicio, aumenta nuestros deseos mucho más allá de nuestras necesidades, para que seamos unos consumidores compulsivos, y cuanto más tengamos más queramos tener, hasta el punto de que en muchos casos el consumidor ya no compra la prenda que necesita, sino la marca para presumir. Nos cuentan estos días los medios que hay gente que va a los grandes almacenes, compra una prenda de lujo o de marca, la estrena para presumir, ser vista y admirada, y a la semana la devuelve para llevar otra similar y hacer lo mismo.

La muerte de Dios.-  El dinero es el ídolo que mata a Dios. Todo el aparto mediático de la sociedad de consumo nos lleva a consumir más cada vez, pero con insatisfacción permanente y creciente. El capitalismo fabrica sufrimiento para el hombre y la naturaleza por explotarla más de lo que puede producir.

Hoy el dinero es un ídolo, es el dios de la sociedad de consumo.  El ídolo no ayuda a crecer, sino que destruye al ser humano. Hoy estamos ante la muerte de Dios, especialmente entre los jóvenes, manipulados, anestesiados y drogados por la sociedad de consumo, incluida la misma droga.

Hoy el centro comercial es el lugar sagrado, no la Iglesia. Estamos en una sociedad postcristiana y postreligiosa, porque el dios supremo es el dios dinero, el tener, el ídolo, el que “da la felicidad”.

El Dios de Jesús de Nazaret.– Para Jesús de Nazaret el verdadero valor es el hombre, no el dinero. El Dios de Jesús es el que tiene hambre y sed de justicia, y por eso nos dice que busquemos el Reino de Dios y su justicia, porque el Reino de Dios es justicia, es igualdad, es fraternidad, es amor mutuo, es solidaridad, es amistad, es trabajo para todos, es unión, es compañía, con todos los seres humanos y con toda la creación. Si construimos la vida y la sociedad basadas en estos grandes valores, todos y toda la creación seremos infinitamente más felices. Habrá buenos y muchos servicios para todos, habrá alegría, trabajo, esperanza, ganas de vida verdadera, sentido de la existencia. Por supuesto que no habrá corrupción, mentiras, engaños, trampas, fraudes, odios, violencias, guerras, emigración forzosa, abandonos de niños, abusos, robos, contaminación… Y habrá educación para todos, buena sanidad, acceso a toda clase de servicios, cuidado y disfrute de la naturaleza, investigación, acceso a la cultura, trabajo para todos con menos horas de trabajo y más tiempo para el ocio saludable y la cooperación voluntaria como servicio a la comunidad.

Servir a Dios es estar al servicio de todos estos grandes valores para todos los seres humanos y para toda la creación, con pleno sentido profundo del valor de nuestra vida, en camino hacia la plenitud definitiva.

P. Faustino Vilabrille Linares  –  A s t u r i a s

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