Mayo 1, 2024

“Actos insensatos de violencia, solidaridad con los musulmanes”

 “Actos insensatos de violencia, solidaridad con los musulmanes”

«Profundamente entristecido» por el atentado terrorista contra dos mezquitas neozelandesas en Christchurch, en el que han perdido la vida 49 personas, el Papa Francisco «asegura a todos los neozelandeses, y en particular a la comunidad musulmana, su solidaridad de todo corazón».

El Pontífice «se ha entristecido profundamente al tener noticia de los heridos y la pérdida de vidas causadas por los insensatos actos de violencia en dos mezquitas en Christchurch» y «asegura a todos los neozelandeses, y en particular a la comunidad musulmana, su solidaridad de todo corazón» ante estos atentados. Es lo que se lee en un telegrama de pésame firmado por el cardenal Secretario de Estado Pietro Parolin.

«Consciente de los esfuerzos del personal de seguridad y emergencias en esta difícil situación, Su Santidad reza por la curación de los heridos, el consuelo de quienes sufren la pérdida de sus seres queridos y por todos los afectados por esta tragedia. Encomendando a los que han muerto a la misericordia amorosa de Dios Todopoderoso, el Papa Francisco invoca las bendiciones divinas de consuelo y fortaleza sobre la nación».

El atentado terrorista, como lo definió la primera ministra neozelandesa Jacinda Arden, ha provocado la muerte de 49 personas que se encontraban en dos de las mezquitas de la ciudad de Christchurch. Hay también varios heridos de gravedad. La policía ha arrestado a cuatro personas. En particular, una de ellas, el australiano de 28 años Brenton Tarrant, transmitió en vivo mediante Facebook el ataque. Supremacista blanco, cultor de la batalla de Lepanto, publicó un manifiesto en línea pocas horas antes del ataque titulado “La gran sustitución”, quejándose de que la «inmigración masiva» está provocando un «genocidio de los blancos».

La Conferencia Episcopal católica de Nueva Zelanda expresó inmediatamente la propia solidaridad a la comunidad musulmana neozelandesa. «Queridos miembros de la comunidad musulmana, rezamos por ustedes mientras escuchamos las terribles noticias de violencia contra los musulmanes en las mezquitas de Christchurch», escribió el episcopado guiado por monseñor Paul Martin. «Queremos que sientan nuestra solidaridad con ustedes frente a esta violencia. Paz, salam».

El presidente de la Conferencia Episcopal australiana, Mark Coleridge, escribió a su colega neozelandés para expresarle su cercanía: «Querido Paul, desde la otra parte del mar que nos divide nos llegan noticias de eventos dramáticos en Christchurch», escribió el arzobispo de Brisbane. «En nombre de los obispos australianos, envío condolencias por la pérdida de vidas en este imperscrutable acto del mal. ¿Quién habría pensado que habría podido suceder algo peor (en 2011 la ciudad fue devastada por un sismo, ndr.) después del terremoto?; pero esto significa que hay que reconstruir la ciudad en otro sentido. A las condolencias uno nuestras oraciones para que del mal surja el bien, reforzando los vínculos de buena voluntad en la ciudad, en el país y en la familia humana entera, pero especialmente entre cristianos y musulmanes. Pax et bonum».

Diferentes personalidades católicas de todo el mundo han expresado su cercanía a la comunidad musulmana y su condena del atentado. El cardenal Christoph Schönborn, arzobisppo de esa Viena que ha sido fundamental en las relaciones entre el cristianismo y el islam en la historia, ha afirmado: «Estoy sorprendido y sacudido por el atentado terrorista contra personas reunidas en oración en la mezquita de Christchurch. Estamos al lado de las víctimas y de sus familias en nuestras oraciones y, como cristianos, al lado de todas las personas comprometidas en la coexistencia pacífica».

El arzobispo de Westminster, el cardenal Vincent Nichols, declaró: «Ofrezco mis sinceras condolencias y la más profunda simpatía después de los ataques terroristas contra dos mezquitas en Christchurch, que han sacudido al mundo y a todos los que consideran que el respeto de la vida humana es un fundamento esencial de toda sociedad».

El primado anglicano, Justin Welby, invitó a todos los cristianos a rezar por «la sanación de las personas, de las relaciones interreligiosas y de Nueva Zelanda», invitando nuevamente al Foro cristiano-musulmán a los cristianos para que vayan a las mezquitas y participen en las oraciones de los viernes, como signo de solidaridad.

«Profundo dolor y solidaridad a los hermanos musulmanes y a sus familias», expresó también el director de la Sala de Prensa del Sagrado Convento de Asís, el padre Enzo Fortunato: «Un acto de brutalidad contra civiles inocentes reunidos en oración. No existen ni extranjeros ni huéspedes, ni cristianos ni musulmanes, ni blancos ni negros, sino solamente hombres y mujeres en camino hacia la unidad de la familia humana. Los frailes, profundamente afectados, rezarán en la tumba de san Francisco para que los corazones llenos de odio aprendan a renunciar a la violencia y a abrazar la vía de la paz. Que termine el tiempo de la división y se alimente la cultura de la unidad».

Para concluir, la Comunità di Sant’Egidio «manifestó su solidaridad a la comunidad musulmana neozelandesa, golpeada injustamente por este atentado, en un país rico desde siempre de diversidad religiosa, cultural y de origen. Lanza al mismo tiempo un llamado para que se detenga en el Occidente la propaganda del odio que, de la red y las palabras, ha comenzado a pasar (ya desde hace tiempo) a los hechos en un crescendo de violencia y de racismo, asumiendo símbolos y ejemplos inaceptables, acompañados por distorsionadas reconstrucciones históricas. Por el contrario, es necesario sembrar palabras de paz, facilitar ocasiones de encuentro y de diálogo, y favorecer, a cualquier nivel, políticas que lleven a una integración efectiva. Esta es la única solución posible en sociedades que son, de hecho, plurales y que no podrán resolver nunca sus problemas elevando muros, sino mirando con confianza un futuro que hay que construir juntos, ya visible en tantas manifestaciones en Europa y otras partes».

Iacopo Scaramuzzi   –   Ciudad del Vaticano

Vatican Insider   –   Reflexión y Liberación

Editor