Abril 26, 2024

Crisis del Medio Ambiente

 Crisis del Medio Ambiente

El planeta afronta una severa crisis medioambiental, debida en gran medida a la actividad humana.

Es una crisis que afecta a la naturaleza en su conjunto y que desborda los límites de nuestras fronteras nacionales. Como humanidad, tenemos la necesidad de gestionar y defender los bienes comunes naturales. La política, que se encarga del bien común, es el ámbito en el que es posible abordar estas cuestiones.

Aunque los problemas son internacionales, a nivel nacional podemos hacer mucho para proteger la vida en nuestro país. Además, es el nivel en el que asumir las responsabilidades globales que nos corresponden.

Propuestas sobre[1]:

  1. Cambio climático. El planeta no puede superar a finales de este siglo 1,5oC de aumento de las temperaturas en relación con los niveles preindustriales. Para reducir drásticamente nuestras emisiones de gases de efecto invernadero sobre la atmósfera, debemos:
  • Producir energía de fuentes renovables.
  • Que el mercado del carbono tase suficientemente sus emisiones.
  • Aumentar la eficiencia energética.
  • Usar el transporte público y compartido.
  1. Contaminación y desechos, fuente de muertes prematuras. Reducir su impacto requiere:
  • Sustituir los coches de combustión por eléctricos o de hidrógeno.
  • Limitar la utilización del coche y su velocidad en las ciudades.
  • Prohibir los envases de plástico de un solo uso y progresiva eliminación del plástico en envases y embalajes –especialmente en alimentación–.
  1. Biodiversidad. Buena parte de nuestros ecosistemas están amenazados. Es una dinámica imparable, pero podemos aminorar su velocidad:
  • Reducir pesticidas a la mitad para 2025.
  • Generar espacios protegidos y posibilitar su conectividad.
  • Luchar contra las especies invasoras, impidiendo su propagación.
  • Reforestar y gestionar los bosques con el fin de evitar los grandes incendios forestales, cada vez más frecuentes.
  • Favorecer el asentamiento de la población rural y la agricultura familiar.
  • Apoyar a la agricultura ecológica.
  1. Agua dulce. La disponibilidad de agua dulce para uso doméstico, agrícola e industrial se reduce y las necesidades aumentan. Una ecuación difícil de resolver. Es preciso:
  • Gestionar los acuíferos y perseguir su explotación ilegal.
  • Completar el tratamiento de aguas en todo el territorio.
  • Renovar las redes de transporte de agua para que las pérdidas se minimicen.
  • Prepararse para los episodios de sequías e inundaciones que se producirán.
  1. Costas y medio marino:
  • Perseguir el cumplimiento de la ley de costas.
  • Asegurar el respeto de las cuotas pesqueras, permitiendo la recuperación de las especies.
  • Perseguir el uso de artes de pesca prohibidos y la captura de especies protegidas.
  1. Educación para conseguir un cambio cultural que facilite la asunción de estilos de vida saludables y respetuosos con el medioambiente:
  • Elaborar un plan de educación ambiental, obligatorio en todos los niveles, que ayude a cambiar nuestra mentalidad desde el inicio hasta el final de la formación de los jóvenes.
  • Impulsar campañas de sensibilización.
  • Utilizar productos de higiene y limpieza ecológicos, así como otros recursos (papel, electricidad, agua, calefacción, aire acondicionado…) sostenibles y renovables en los comedores escolares y en los lugares de consumo público de alimentos.

***

[1] Agua y energía: dos pilares básicos de la Casa Común, Conferencia Episcopal Española, 1 de setiembre de 2018.

Sector Social de la Compañía de Jesús

Cristianismo y Justicia

Editor