Mayo 3, 2024

+Pascua de Jesús Rodríguez; Misionero Gallego en Chile

 +Pascua de Jesús Rodríguez; Misionero Gallego en Chile

Ya en la Casa del Padre, el buen amigo y fiel discípulo del Nazareno; el P. Jesús Rodríguez Iglesias.

Nació en el campo de la Provincia de Lugo (Galicia). A los 28 años tomó la opción de ser Misionero y estudió en la Pontificia Universidad de Salamanca. Se licenció en Teología en 1963 y ese mismo año fue su ordenación Presbiteral. Posteriormente viajó a Roma a estudiar Encíclicas Sociales y regresó por un corto período a colaborar en una Parroquia de Orense, siempre en tierra Gallega.

Su arribo a Chile como Misionero fue en 1965 en tiempos de plena difusión del Concilio Vaticano II, convocado por el inolvidable Papa Juan XXIII. Fue recibido en Santiago por el Vicario Gabriel Larraín y lo ubicó en la céntrica Residencia de Santa Isabel con Lira. Así comenzó su labor misionera en Chile, siempre recordando que ‘al subir al avión recuerdo muy bien la última mirada a las luces de Madrid, porque preveía que aquel viaje era para siempre, sin retorno’. De hecho P. Jesús en más de 50 años de misión en Chile, fue de visita a España solo cinco veces.

P.Jesús cuando llegó a Santiago tenía 36 años, comenzó su labor como párroco en San Diego de Alcalá, en la comuna de Conchalí hasta el año 1977. Después pasó a la Parroquia Nuestra Señora del Carmen en el sector El Salto, siempre en la zona norte de Santiago. Y llegó el tiempo de su traslado a la zona sur de Santiago en la Parroquia San José Obrero de la población José María Caro hasta 1993. En esos tiempos fue nombrado párroco en la emblemática parroquia Nuestra Señora de La Victoria, cargo que sirvió hasta el 2003. Finalmente, colaboró entusiastamente en San Pedro Pescador y misionando en populosos sectores como Lo Sierra y Anita en la comuna de Lo Espejo.

Son tantas las personas que recuerdan el caminar de P. Jesús por la calles de Santiago pobre y poblacional. Sus metódicas visitas a las cárceles llevando aliento y apoyo espiritual a los reclusos y familias. Visitando enfermos, familias que volvían del exilio y a cuanto ser humano que estaba desvalido, cesante, perseguido, torturado o simplemente viviendo bajo la angustia de la soledad o la depresión. Así, proseguía la noble tarea del Samaritano.

Pero, reflexionemos una sabia reflexión que nos dejó P. Jesús: “El anuncio del Evangelio trajo al mundo la Esperanza Cristiana; el triunfo sobre la muerte y sus signos. Los creyentes y seguidores de Jesús de Nazareth, no somos mejores ni peores que los demás. Tampoco somos necesariamente más sabios ni más poderosos ni más nobles. Según la primitiva Iglesia, escogió Dios ‘lo necio del mundo… lo débil… lo despreciable’. Está muy claro, que ni podemos ni debemos desear sentirnos superiores a nadie”.

Querido hermano de tantas luchas, incomprensiones y alegrías que me tocó vivirlas junto a ti… En especial recuerdo nuestros ‘Análisis de Coyuntura Política Eclesial’ que con tanto énfasis publicamos porfiadamente por años en los tiempos da la dictadura militar. O, como incansablemente clamaste en los Tribunales, junto a un puñado de sacerdotes, para que se hiciera justicia en los brutales crímenes de Miguel Woodward, Joan Alsina, Tony Llidó, André Jarlan…

Gracias, querido hermano Jesús por tu testimonio de vida de sencillez y servicio. Por tu bendita capacidad de conmoverte ante la pobreza y por tu infatigable ayuda -por años- en la difusión de nuestra revista ‘Reflexión y Liberación’, Policarpo, Vida Nueva y otras publicaciones comprometidas con el Concilio II, la doctrina social de la Iglesia, los curas obreros y la Teología de la Liberación.

Descansa en Paz, cumpliste la Misión y ya en la inmensidad del Espíritu podrás ver para siempre lo que nos señalaste, con pasión, tantas veces: Lo esencial; -la Justicia, la Misericordia y la Fe- (Mateo 23,23).

Jaime Escobar M. / Director de revista ‘Reflexión y Liberación’

Santiago – Madrid – Roma

 

 

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